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"No soy mujer, soy una trava": Barby, la tucumana que hace historia en Buenos Aires

Teatro travesti y tucumano

El Teatro Nacional Cervantes con sede en Buenos Aires la convocó para dirigir la obra Chica King Kong. Barby Guamán es tucumana, trans, bailarina, actriz y directora de teatro y dice que está bien, a veces, no ser profeta en su tierra.

Fotos: Marieté Vázquez.





A Barby Guamán le costaba mucho, de niña, resolver ese tipo de ejercicios matemáticos donde había que adivinar los números anteriores o posteriores de una cifra determinada. Y en esa sensación de incertidumbre que le quedó de recuerdo, entre la inminencia de lo que puede pasar y la resaca de lo ya sucedido, montó una obra que la convirtió en la primera directora travesti del Teatro Nacional Cervantes. Se llama “Chica King Kong” y está basada en un ensayo feminista de la francesa Virginie Despentes. Forma parte de un ciclo de cuatro puestas en escena que desde hace unos años se llevan a cabo en ese teatro. La novedad es que este año no solo actúa Susy Shock -cantante, escritora y artista trava bonaerense- sino que por primera vez la dirige una tucumana trans que aún vive en su provincia, que no tuvo que irse a vivir a Buenos Aires para abrazar un proyecto como éste. 

Barby Guamán dice que, si bien la mayoría de las travestis son expulsadas de sus hogares entre los 13 y 17 años por su identidad de género, ella siempre contó con el acompañamiento de su madre: “Con la Lolita siempre hemos vivido juntas. Ella se ha tenido que adaptar a una nueva vida que nadie le había enseñado. Una vida atravesada por la travestidad de su hija”.

Antes de pisar la carrera de Danza Contemporánea o de pasarse a Teatro, Barby se inscribió en Medicina, pero por poco tiempo. “Cuando me salí de Medicina la Lolita casi se muere. Ya me venía pasando que nadie me hablaba, no me dirigían la palabra, cuando quería hablar con alguien la gente se iba, era muy duro”, cuenta. La carrera de Danza Contemporánea en la Facultad de Artes no fue diferente: “Una profesora que ya se ha muerto me dijo ´acá hay muchas mujeres que son buenas (bailarinas), a vos te conviene ser varón´. He pasado la carrera de Danza escuchando que no servía porque era gorda, que no tenía oído, que no podía levantar la pierna. Es una construcción terrible”. La dureza de la academia la impulsó a desprenderse y a fundar espacios propios de danza y actuación que fueron duramente criticados por el ambiente académico: “Dejé la facultad. Uno de los docentes me dijo, años después, que en una reunión se decidió que yo era un elemento discordante y que no podían darme un título habilitante. Me bochaban en todas las prácticas”.

Justo cuando la universidad la expulsaba de sus claustros, en 2005, Barby se animó a montar “In´ perfectas”, una obra que estuvo casi ocho años en cartelera y que nació de forma contemporánea a “Teoría King Kong” de Despentes: “In´ perfectas se hizo en la Casa Club, era una obra que hablaba de las condiciones de las mujeres desde un contexto económico y social, con una poética bellísima. La historia era desgarradora y representaba las necesidades que ya reclamaba el feminismo, pero desde una mirada trava”. Dice que quizás esa obra, como suele pasar con las creaciones de las travestis, no trascendió “porque no tenía los medios o la popularidad suficiente quizás por ser una travesti”.

A partir de In´ perfectas, nació una compañía teatral que Barby dirige desde entonces hasta la actualidad, Banegua. “En medio del caos de la pandemia logramos poner en escena ´Preludio de una mariposa negra´, una obra muy exitosa en Tucumán. También ganamos una beca del Instituto Nacional del Teatro e hicimos un corto sobre la obra para la Universidad Nacional de Tucumán”, cuenta.

A lo largo de estos años, Barby se volcó al Teatro, pero también a perfeccionarse en vestuario, maquillaje profesional, iluminación, fotografía y todo lo que rodea a la puesta en escena. Fue becada por el Instituto Piazza y se recibió de diseñadora de indumentaria. 

 

“No soy mujer, soy una trava”

“Es permisible no ser protagonista, no ser profeta en tu tierra”, dice Barby Guamán. Es que los medios tucumanos casi no se hicieron eco de su rol como directora del Cervantes y para ella está bien porque tienen que ocuparse de otras cosas: “Pero que la gente no se quede cómoda porque nos ve (a las travestis) en algunos lugares o porque ahora se pronuncian algunos de nuestros nombres en la Argentina. No es lo que la mayoría de las chicas trans féminas está viviendo, no han logrado aún colocarse en trabajos genuinos en ámbitos públicos y privados”. Barby habla del cupo laboral travesti trans, de la política del lenguaje y de los cuerpos.

“No soy mujer, soy una trava. Algunos piensan que (las travestis) estamos en tránsito a algún lugar, con un formato de estereotipo. En realidad, yo no estoy en tránsito a ningún lado, ésta es mi forma. Me han denominado trava, no me quiero parecer a nada, ni cortar ninguna parte de mi cuerpo porque a alguien no le guste. Asumo mi travestidad y planteo la posibilidad de estar y ser trava y ser mutante todo el tiempo”, comenta Barby que aún no definió realizar el cambio registral de nombre o identidad de género en el DNI: “Me encantaría que el documento diga ´trava´, la X no es lo mismo. También pienso en el apellido de la Lolita que le ha pertenecido a un chongo, a un macho y ´Guamán´ que le pertenece a una persona que no sabe que existo. Si me cambio de nombre ¿cómo hago para liberarme de esa situación de marca? ¿cómo logro ser solamente la Barby?”.

 

Reivindicación de Mostra tucumana

“Mostras de radio desde San Miguel de Tucumán. Habitamos cuerpos y sexualidades disidentes. La radio del deleite de los cuerpos porque nuestras voces son políticas y tomamos el micrófono”. La voz grabada de Barby Guamán irrumpe en la noche porteña y le da otra intensidad y un matiz tucumano a “Chica King Kong”, la obra del Cervantes que transcurre en la explanada de la Biblioteca Nacional. Su voz no solo anuncia el single del show radial, también aparece de repente con humor negro o con un poema de Susy Shock que reivindica el derecho de ser un monstruo -ni varón ni mujer, ni XXY ni H2O- pero también noticias breves y verídicas sobre travesticidios en Tucumán y el nombre de Ayelén Gómez, la chica trans asesinada el 12 de agosto de 2017 en Tucumán, se hace eco entre las luces de la noche. 

Barby dice que la obra que dirige no representa a las travestis ya que habla desde el binario hombre- mujer y por eso pensó en una forma de intervenirla desde las vivencias contemporáneas y locales: “La impresión que me ha dado el texto, a pesar de ser relativamente nuevo, es que no nos estaba pasando eso ahora (a los feminismos). Además, que no habla en ningún lado de mi. Esto me hizo enemistarme con el texto, pero comenzamos con la Susy (Shock) en los ensayos a charlar mucho para darle una vuelta”. 

Mostras de radio” no es un recurso que inventó Barby para la obra de teatro sino que se trata de un ciclo de radio travesti e intinerante que existe desde hace 12 años con el festival “El Deleite de los cuerpos” y que comenzó en Córdoba. “El programa es real, hicimos físicamente Mostras de radio. Reconozco la tucumanidad fuera del contexto y la reconozco desde el lado de la travestidad, eso lo que me lleva a hacer radio”, dice. 

El año pasado, Barby salió en los medios por ser la primera trabajadora travesti del Instituto Nacional del Teatro que ingresó por el decreto del cupo laboral trans previo a la ley. Y ella misma le dijo a la prensa que el cupo laboral será genuino cuando deje de ser noticia que se es la primera trans en determinado lugar y esté todo lleno de travestis. Quizás lo mismo sea aplicable para esta novedad de ser la primera directora travesti del Teatro Nacional Cervantes. La primera, quizás, de muchas otras.