Top

"Es apasionante y adictivo": Eugenia, la campeona tucumana del cosplay

Historias de acá

Dragona, guerrera o superheroina, Eugenia Moyano recorre el país encarnando a personajes de ficción y cosechando galardones en competencias de cosplay. El arte, el juego y los prejuicios de quienes la ven como un adulto que se disfraza: “Es como pintar un cuadro, sólo que te lo ponés”. Fotos.





Cuando era una niña Eugenia Moyano esperaba con ansias que la invitaran a fiestas de disfraces, pero esas invitaciones no llegaban y, si lo hacían, no eran muy frecuentes. Ese deseo, vivido como una frustración infantil, fue el que le confesó años atrás a un amigo durante una charla: “Quiero disfrazarme y viajar, ir a lugares, así, disfrazada”. La respuesta que le dio su amigo le abrió un universo: “Ahhh vos querés ser cosplayer”. Eugenia nunca había escuchado la palabra, averiguó de qué se trataba y, a partir de entonces, ya no hubo vuelta atrás: “Ahí descubrí que lo que siempre quise ya existía. Nunca lo dudé, siempre supe que era para mí. El cosplay es más que disfrazarse, es una expresión artística. Es algo apasionante y adictivo”. Hoy tiene 36 años y es bióloga, cuando no está cumpliendo sus horarios de oficina, está fabricando trajes y armaduras, cosiendo pelucas o investigando sobre personajes de ficción para después encarnarlos. Puede convertirse en guerrera, dragona o en halcón y desfila en escenarios de todo el país donde se ha consagrado a nivel nacional e internacional. Es la campeona tucumana del cosplay y una adulta que no le teme a la fantasía.

“Arranqué hace cinco años. Generalmente, los que arrancan en esto empiezan de más chicos, pero yo empecé de grande. No es una disciplina muy conocida en Tucumán, me enteré y decidí arriesgarme. Son muchas artes las que se unen en el cosplay, desde coser y diseñar los trajes, pensar cómo hacer una armadura, el modelaje, la fotografía… Es arte, es como pintar un cuadro, solo que te lo ponés”, explica Eugenia que acaba de desembarcar en Tucumán luego de obtener el primer lugar en una de las competencias del circuito “Leyendas del cosplay” que se realizó en Buenos Aires. El evento organizado por Riot Games reúne a cosplayers de toda Sudamérica y está basado en los personajes del videojuego “League of Legends”. Para este certamen, la tucumana se caracterizó como Shyvana, una imponente dragona alada y luminosa que encandiló a todos: “El sábado había tenido un mal día, todo me salió mal. Pero, ella es un dragón, un personaje muy fuerte, gigante y vos tenés que entrar arrasando. Cuando entrás al escenario, tenés que entrar haciendo la posición de pelea característica del personaje. Es toda una faceta creativa lograr la pose, en el escenario sos el personaje”.

Eugenia como Shyvana en "Leyendas del cosplay".

Según explica, la diferencia entre alguien que se disfraza y alguien que práctica el arte del cosplay es que, mientras los disfraces son genéricos (policía, enfermera, cura o lo que fuera), los cosplayers encarnan con el mayor detalle posible personajes singulares de la ficción: Batichica, la Mujer Maravilla o un Transformer. Su primera incursión en esta disciplina fue en diciembre de 2016 cuando fabricó dos trajes: uno de Harley Quinn (el famoso personaje de DC Comic) y otro de Darth Maul (de la saga de Star Wars). Pero recién se animó a subirse a un escenario en marzo de 2017 en una competencia de cosplay que se realizó en Tucumán. Eugenia participó como la Chica Halcón de La liga de la justicia y se valió de sus conocimientos como bióloga para recrear con precisión las alas del personaje que contó con la misma cantidad de plumas principales que los halcones en el mundo empírico. Fue su ingreso a un universo fascinante: “Me pasaba de que estaba desesperada todo el tiempo para que me inviten a una fiesta de disfraces, pero, cuando yo era chica, no existía la cultura friki, era algo muy de ñoño, de nerd. Entonces no había ni redes sociales, ahora recién el cosplay es más popular. Hoy cualquiera puede ser cosplayer y mostrarlo, incluso sin necesidad de ir a eventos. A mí me gusta mucho competir, competencia que haya, yo voy”.

Si bien Eugenia lo define hobby, le dedica mucho tiempo a la confección de los distintos trajes y tuvo que recurrir a distintos aprendizajes para perfeccionarse dentro de la disciplina. Tuvo que aprender costura, maquillaje, pintura artística, entre otras técnicas. A la hora de encarnar un ser de ficción, todo comienza con la investigación acerca de las características de ese personaje: “A mí me gusta mucho la parte de la creación del personaje. Que puede ser gigante, tener armadura o alas. Si es un personaje que uno quiere mucho, lo más probable es que yo ya conozca su historia y lo que implica portar el traje. Si vos vas a hacer el traje, eso implica toda una búsqueda del material bibliográfico y cómo lo vas a hacer. Yo lo que más disfruto es el proceso creativo de solucionar los problemas. Por ejemplo, tenía que hacer un personaje con alas y yo quería que las alas se batan. Me pase días pensando en cómo hacer la mecánica para que tenga ese movimiento. O imitando la textura de las escamas de los dragones para que parezcan reales. En ese sentido, el cosplay es infinito porque los personajes son infinitos”.

Hay algunos cosplayers que compran sus trajes y atuendos, pero ella los fabrica con sus propias manos. Hacerlo desde Tucumán es todo un desafío por la escasez de algunos materiales y su elevado costo. Según revela, para un traje de alta competencia, el presupuesto sólo de los materiales oscila entre $20.000 y $35.000: “A veces, tenés que fabricar pelucas, comprar lentes de contacto y buscar muchos materiales que acá no se consiguen y que compro afuera”. Eugenia no sólo crea sus propios trajes, sino que también fabrica piezas como cascos o armaduras a pedido de otros cosplayers. Dragones, guerreros, superhéroes clásicos o futuristas, a sus distintas creaciones se las puede apreciar en su cuenta de Instagram.

“Cuando haces cosplay uno no es uno, se vuelve el personaje. A mí me gustan mucho los personajes de guerreras o luchadoras. El cariño de la gente cuando estás con tu cosplay es gigante… Ves la emoción y la ilusión de esas personas y es algo que te llena de orgullo. Me ha pasado que he ganado o he salido segunda y se me acercaba gente re emocionada porque era alguien del interior ganando en Buenos Aires”, comenta la tucumana que se ha vuelto una referente de esta disciplina en todo el noroeste del país. Con su arte, Eugenia ha recorrido casi todas las provincias del país como invitada a eventos de cosplay. También ha participado de manera virtual de competencias en Kenia y en Alemania por premios de hasta 2500 euros y siempre ha salido bien parada.  

“Dejen de boludear y vayan a laburar”, “Ya sos grande para andar disfrazándote”, “Mirá esta como pierde el tiempo con eso”, son algunos de los comentarios hirientes que suelen recibir tanto Eugenia como el resto de los cosplayers tucumanos. Por eso, cuando empezó con la disciplina, ella no se animaba a decirlo ni a mostrarlo. Elegía esa clandestinidad para no tener que lidiar con los preconceptos de los demás: “Acá en Tucumán y en el NOA hay muchos prejuicios con este hobby. En esto hay mucho de fantasía, hacer cosplay es jugar, jugar a disfrazarse. Existe el prejuicio de que los adultos no deben jugar a nada, pero sí se puede. Hay familias enteras que va cada uno con su cosplay a los eventos. Muchos te dicen: ‘cómo vas a tener 36 años y vas a estar jugando’ y a mí el cosplay me ha dado mucho, me capacitó en costura, corte y confección, maquillaje. Además, este hobby ha ayudado a mucha gente a vencer la timidez porque es algo que ayuda mucho al desenvolvimiento”.

 Ahora Eugenia se presenta como cosplayer y está orgullosa de ser parte de ese mundo de fantasías. Sabe coser, bordar y también abre la puerta para salir a jugar: “Hoy en día ser cosplayer es parte de mí. Soy bióloga, profesional, empleada y también soy parte de esto”.

Mirá sus fotos: