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"Su rostro era de espanto": la madrugada del horror para un zafrero tucumano

HISTORIA URBANA

"Abrió su boca y desenrrolló una lengua muy larga como la de una serpiente": la historia familiar de un tucumano del interior que habría vivido el terror en primera persona.

El trabajo del zafrero comienza siempre de noche.





Las historias que conocemos de la boca de aquellas personas que madrugaban para trabajar en las zonas rurales, son de las que más abundan en Tucumán, y algunas de ellas suelen ser transmitidas en distintas generaciones, como sucedió con este relato que Sebastián Galbán compartió en la fanpage de Exploradores Urbanos.

El relato estaría basado en la historia de un joven llamado Carlos, oriundo del paraje Los Robles en Monteros, provincia de Tucumán, y sería directamente un relato familiar: "Esta historia le sucedió a mi padre, hace muchos años, cuando era aún soltero. Un día a la madrugada, empezaba su jornada laboral como pelador de caña de azúcar en una finca ubicada campo adentro al sur de Tucumán. Para los que no conocen, esta labor arranca en horas de la madrugada, aquella era una noche muy gélida, eran aproximadamente las 4 a.m”, comenzó el relato del hijo del zafrero.

“Cuando mi padre se acercaba hacia el final de uno de los surcos, al levantar la mirada pudo observar muy cerca del alambrado a una figura de mujer, era como de una dama antigua, ropajes oscuros, vestidos largos. Estaba a pocos metros de mi padre por lo que el accede a preguntarle qué era lo que estaba haciendo en ese lugar”, sigue la historia.

“De inmediato (la mujer) comenzó a girar en el lugar donde se encontraba, ya para ese entonces mi padre se había dado cuenta de que no era algo bueno ni de este mundo. Luego esta misteriosa figura, dejó ver su rostro, que ya era como el de un hombre anciano, para posteriormente abrir su boca y desenrollar una lengua muy larga similar a la de una serpiente”, describen en la FanPage del terror tucumano.

“Mi padre corrió espantado, en medio de la oscuridad, todavía a esas horas de la madrugada, y llegó hasta donde estaba un grupo de trabajadores, luego se fueron acercando más, al ver su rostro de espanto ya suponían algo” detalló, dejando en claro que hubo testigos de la madrugada del horror que vivió este hombre oriundo de Los Robles.

“Luego de escucharlo, Rubén, otro trabajador oriundo de la zona, relató que a él le había sucedido algo similar, pero en la entrada de la finca, justo delante de la tranquera, cuando se le manifestó una figura de una dama de ropajes oscuros, pero luego fue como si se dejase caer al suelo para hacer unos movimientos como si se estuviera arrastrando, y finalmente adoptar la forma de un perro de color negro y de proporciones no convencionales para este tipo de mascotas. Rubén, espantado huyó del lugar en su bicicleta y nunca más volvió solo a esas horas de la madrugada por aquellos caminos rurales", cierra la historia de Carlos, con la reflexión de que su padre nunca más volvió a transitar la zona en soledad, en esas madrugadas oscuras que los zafreros bien conocen. ¿Conocés alguna historia similar?