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El día que Mercedes Sosa conoció a Charly García y viceversa

CHARLY 70

Carlos Alberto García era apenas un niño la primera vez que tocó el piano delante de la tucumana. Lo que pasó después, es historia.

(Foto tomada de radio cantilo)





Charly García cumple 70 años y su música perfuma la primavera en Tucumán, donde habrá festejos y homenajes. Una de las figuras que ha marcado la carrera de Carlos Alberto García es justamente la tucumana Mercedes Sosa, a quien conoció cuando niño y a quien estaría muy ligado hasta su muerte, en una de las grandes amistades y trabajo conjunto entre el mundo del folklore y el rock nacional.

El periodista Bobby Flores recreó en Infobae el día que Charly García conoció a Mercedes Sosa y viceversa, y cómo terminaron compartiendo escenario y luego trabajando juntos tras el regreso de la tucumana desde el exilio:

"El matrimonio compuesto por los padres de un niño que tocaba de oído y perfectamente cualquier teclado que le pusieran enfrente, llamado Carlos García Moreno, invitaron a cenar a su casa a la cantante folklórica Mercedes Sosa, que se estaba haciendo muy famosa en este país. Y aprovecharon para que el nene haga su gracia, que era tocar cualquier pieza de Mozart o del cancionero popular italiano con solo repetir lo que estaba escuchando.

La madre de Charly estaba trabajando en la producción de Folklorísimo, gran programa de la radio en esos años, así que ahí conoció a muchos de los grandes del folklore argentino como Ariel Ramírez, Eduardo Falú o el matrimonio conformado por Mercedes y Oscar Matus, siendo ella el nexo entre su hijo y esas grandes figuras. Quedaban maravillados por la habilidad y el innato talento del pequeñajo, lo cuál impulsó el interés familiar en fomentar las dotes artísticas de ese chico raro con inmenso y poco ortodoxo carisma.

Durante la segunda mitad de la década, musicalmente hablando, lo más avanzado e interesante desde lo popular era el llamado mediáticamente Folklore de Proyección. Con estructuras tradicionales del estilo, nuevos poetas avanzaban sobre los pentagramas dotando a esas dulces melodías de palabras certeras y, en algunos casos, bastante combativas.

Los años siguientes encontraron a Mercedes Sosa probando suerte en Europa con su arte, sobre todo escapando de las balas oficiales. Y a los nuevos poetas exiliándose donde encontraran algún amigo en quien pudieran confiar y al chico de la extrema habilidad con el piano convertirse en la estrella del rock argentino más influyente de toda su historia.

Todo esto hizo que cuando Daniel Grinbank organizó una serie de recitales de Mercedes Sosa en Buenos Aires después del exilio, quienes más celebraron el regreso fueron los miembros de la comunidad rocker porteña, con Charly García a la cabeza. Ella tuvo el buen gusto de incluir en su repertorio algunas canciones de esos chicos que eran parte de la resistencia intelectual a la dictadura, de manera que gran parte del público que durante 13 noches colmó el teatro Opera en la Av. Corrientes para ser parte de esa esperada vuelta eran el mismo público de esos chicos de peinados raros. En esas gloriosas jornadas, además de acompañar a Mercedes sus viejos camaradas José Luis Castiñeira de Dios, Raúl Barboza, Ariel Ramírez y Domingo Cura, se sumaron las participaciones de Charly, León Gieco y una nueva figura del chamamé, que era Antonio Tarragó Ros. Contaba Mercedes Sosa que era tanta su emoción esa noche de debut, plasmada en ese brillante disco que es “Mercedes Sosa en vivo en Argentina”, que debió cantar sin mirar al público en ningún momento, porque no hubiese podido contener el llanto surgido de la emoción del encuentro del artista exiliado y su gente"

La agencia Télam también reflejó la relación entre Sosa y García, que tuvo como uno de sus puntos más altos el lanzamiento de Alta Fidelidad en el '97:

"Mercedes Sosa expresó siempre una concepción de apertura del folclore hacia otras especies musicales: en esa ambición trabó una relación musical y fraternal con Charly García, a quien presentó en la edición 1997 del Festival de Folclore de Cosquín bajo un clima hostil.

La relación de la tucumana con la Comisión Municipal que organizaba el festival nunca fue fluida, acaso por los resquemores de su debut, en 1965, en un espacio cedido -sin previo aviso a la comisión- por Jorge Cafrune."No estoy de acuerdo con la llegada de Charly a Cosquín. Todos sabemos que está enfermo y la juventud del folclore podrá tomar vino o cerveza, pero nada más", atizó el ambiente Víctor Hugo Godoy de Los Cuatro de Córdoba.

Aquella fue la edición más concurrida de la historia de Cosquín. Mercedes Sosa desafió la expectativa y comenzó su repertorio con "Subo", de Rolando "Chivo" Valladares y prosiguió con "El otro país", de Teresa Parodi. La introducción de "Rezo por voz" preanunció el ingreso de García.

Cantaron juntos "De mi" e "Inconsciente colectivo". La despedida fue con el "Himno Nacional", en la versión del rockero. Mercedes hablaba ante la prensa de una campaña "anti-Charly" montada por "los dinosaurios"".