Top

"Nuestro tiempo y nuestro espacio están marcados por la caña de azúcar"

Historia viva tucumana

Una muestra fotográfica indaga en la historia de la industria azucarera en la provincia. Los obreros, el surco, la tragedia económica y la identidad de los tucumanos en imágenes: “Hay una estética del azúcar”. Video.

Foto: Paula Jiménez de la serie "Raíz".





Como una piña bien pegada. Como un golpe potente y paralizante en la boca del estómago; esa es la sensación que atraviesa al fotógrafo Diego Aráoz ante una secuencia de imágenes de archivo en la que se retrata el momento en que fue derribada la chimenea del ingenio Santa Ana: “Es brutal. Toda la secuencia. Te duele cada ladrillo derribado. Hace unos días vi por primera vez toda la serie. Los preparativos, la caída completa y la montaña de ladrillos, ya sin forma, sin identidad.  No sé por qué me lleva a otra fotografía tomada en la guerra del Paraguay en 1866, luego de la batalla de Tuyutí. Ahí se ven pilas de cadáveres insepultos de soldados paraguayos”. El reconocido fotoreportero tucumano es quien estuvo a cargo de la curaduría de la muestra “Surcos. A doscientos años del nacimiento de la industria azucarera” que se inaugurará el próximo martes 28 de septiembre a las 18.30 en Museo de la Industria Azucarera que funciona en la Casa del Obispo Colombres del Parque 9 de Julio. Las imágenes retratan parte fundamental del azúcar en nuestra cultura como una marca de nacimiento y como la cicatriz de una vida convulsionada.

Foto: Ina Casanova (San Pablo-Lules). 

“Cuando pienso en el cierre de ingenios, una de las más grandes tragedias que vivieron los tucumanos, trato de pensar no en los trabajadores que tuvieron que emigrar a ocupar villas miserias en el gran Buenos Aires o en el gran Rosario, sino que pienso en los beneficiarios; en quienes se beneficiaron con esa serie de medidas nefastas”, reflexiona el curador de la muestra. “Los visitantes se van a encontrar con un recorrido cronológicamente amplio y también muy diverso, no solamente en relación al tema elegido vinculado a la industria azucarera, sino también a los abordajes estéticos de las y los autores. Aun así, es un recorte. En un texto, en una exhibición, en una fotografía, en cualquier formato que nosotros elijamos para tratar algún tema, lo que hacemos es un recorte. Y en ese recorte podemos identificar algunas líneas curatoriales; el territorio, lo familiar, la tragedia... Todos son testimonios personales, subjetivos y acotados que miran a ese entramado complejo que arranca en el surco y que se vincula con la manera en la que cada uno utiliza a la fotografía”, adelantó en una charla con eltucumano.com. 

- ¿Cómo definirías a la relación entre la industria azucarera y la identidad de nuestra provincia?

- Siempre desconfío de esas máximas o falsos slogans pensados en una usina de publicistas. Pero cuando pienso en nuestro propio anuncio “Tucumán es azúcar”, pienso cuánto de verdad hay en eso. Y al mismo tiempo ese encasillamiento que genera una incomodidad, una tensión, un conflicto. ¿Somos eso? Sin dudas. Pero al mismo tiempo el asunto es más complejo. Me acuerdo cuando una vez escuché a una persona cercana decir: “el cultivo de caña de azúcar es para vagos”. En ese momento no entendía mucho; era changuito, pero me quedó grabado en la cabeza. Porque uno de chico sabe que laburar en el campo es sacrificado (sin caer en otro falso slogan como “todos somos el campo” o en la figura del alimento hiperindustrializado que te muestra una granja), y ese comentario me chocaba. Después de muchos años, entendí de dónde venía esa sacarofobia (un término que usa Roberto Pucci en su libro “Historia de la destrucción de una provincia”). Estamos atravesados por la caña de azúcar. Si vos hablás con las y los autores de la muestra, en la mayoría de los casos, hay algún tipo de vínculo con la industria. Hay un entramado que nos sostiene. El abuelo pequeño productor, mi viejo, porteño que se vino con veintipico y trabajó en los años ochenta en el ingenio La Providencia. 

 Foto: Julio Pantoja (Zafra, Cruz Alta,1994). 

- ¿Se podría hablar de una estética del azúcar? ¿Cómo ha ido mutando con el tiempo la relación entre la fotografía y la industria azucarera?

- Pensemos en cómo medíamos el tiempo, de manera relativa, en relación a la zafra azucarera: ¿Cuándo se ponía peligrosa la ruta 38? Cuando se levantaba la caña para la molienda de los ingenios. ¿Cuándo cae el hollín? ¿Cuándo se hace infinito el verde en Tucumán? Cuando vos mirás a cualquier punto cardinal de la provincia, vas a ver unas chimeneas; algunas humeantes, otras no. Nuestro tiempo y nuestro espacio están marcados por la caña de azúcar. No es poco. Es imposible que ese caudal de acontecimientos no afecte nuestra manera de ver el mundo. Nuestros rituales. Nuestra escritura. Tangible, de maneras más obvias o más sutiles, hay una estética del azúcar. En cuanto al vínculo entre la fotografía y la industria azucarera, yo identifico dos elementos que son los que me parecen más han atraído las miradas de las fotógrafas y los fotógrafos: Uno es el trabajador y la trabajadora del surco. Porque es el trabajo más bravo, porque siempre fueron los más desprotegidos y, al mismo tiempo, porque trabajan en un ambiente de gran belleza como es el paisaje del cañaveral con los cerros de fondo. Y la otra es el trabajador del ingenio propiamente dicho. Más calificado, más preparado, con mejores condiciones laborales. Pero en un lugar ruidoso, con polvo, sucio. El principio y el fin de la industria; del surco al ingenio; en dos escalas absolutamente diferentes. Del machete al trapiche. 

 

- ¿Cómo fue el proceso de curaduría de la muestra?

 - Al proceso curatorial lo iniciamos en el mes de mayo, si bien ya desde el año pasado junto con Doris Carabajal (productora de la exhibición) y parte del equipo que dirige Norma Torossi de la sub-secretaria de cultura y deportes de la municipalidad de San Miguel de Tucumán junto a la directora del Museo de la Industria Azucarera, Patricia Coconi, veníamos trabajando sobre la materialización de este proyecto. Con las dificultades que planteaba la pandemia, igual decidimos seguir adelante. En el proceso hubo de todo. Desde autores de los cuales me interesaba su obra, pero que no tenían una obra vinculada al tema y produjeron especialmente para esta ocasión. O invitar autores utilizando una imagen como punto de partida y que los autores propongan otra obra a partir de una nueva materialidad. También revisar redes sociales y descubrir imágenes y arrancar un ida y vuelta con la autora; obviamente revisar archivos; consultar con colegas por otros autores. Un sinfín de estrategias para revisitar doscientos años que, en realidad, son un poco menos porque la fotografía arranca oficialmente en 1839.

 Foto: Mario Argañaráz (Cerros tucumanos)

Bajo la curaduría de Aráoz, la muestra organizada por la Dirección de Museos de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán y el Museo de la Industria Azucarera reúne las obras de un nutrido grupo de fotógrafos y fotógrafas: Mario Argañaráz, Omar Argañaráz, Marcelo Brodsky, Paula Carlino, Ina Casanova, Agustina Font, Diego Font, Paula Jimenez, Tito Mangini, Romina Nieto, Nicolás Núñez, Julio Pantoja, Esteban Pastorino, Magui Ponce, Sebastián Rosso, Nicolás Sáez, Juan Pablo Sánchez Noli, Pablo Soler López, Adrián Sosa, Ramón Teves y Gabriel Varsanyi. También se incluye material procedente de distintos archivos: Archivo General de la Nación, Archivo Histórico de la Provincia, Departamento de Documentación y Archivo (DDA), diario La Gaceta y los archivos personales de Graciela Carnevale y de las familias García Fernández y Aráoz. En el marco de la muestra, el Departamento de Documentación y Archivo (DDA) de la Escuela Universitaria de Cine, Vídeo y Televisión de la UNT presentará el film "Ingenio San Pablo". Se trata de un documento cinematográfico producido por el Instituto Cinefotográfico de la UNT en el año 1972.

La cita con esa parte esencial de nuestra historia es el próximo martes.