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"Tenía 15 añitos y una muda de ropa que se lavó en una plaza"

CAMBIO DE VIDA

Javier escapó de su casa en Alberdi a los 15 años. Vivía con un padrastro maltratador y tenía problemas de consumo de alcohol. Una noche, le dieron un plato de comida caliente, creyeron en él, y su vida cambió para siempre.





“Cuando conocí a Javier, sabía que tenía que hacer algo por él y en silencio y con la utopía puesta en mi mente y en mi corazón, sabía que algo de vida nueva podría llevarle con gestos pequeños, y con esos mismos gestos el me salvaría a mí” escribe en las redes sociales Ezequiel Medina, el fundador de “Un plato caliente”, que en su tarea diaria de acercar comida a quienes duermen en las calles, conoció a un adolescente de 15 años oriundo de Alberdi, que no tenía nada más que la ropa  que llevaba a cuestas.

“Hoy Javier me dice que escuchó a aquel hombre desconocido que una noche de frío fue a despertarlo para darle un plato caliente de comida y un vaso de gaseosa. Fue tan grande la sorpresa de volverlo a ver, que hoy él quiere seguir mejorando su vida de la mano de la fe y de tantos chicos que en el hogar lo ayudan”, escribía Medina en las redes.

Consultado por eltucumano al respecto de los detalles de esta historia, Eze nos cuenta que lo conocieron una de las noches en la que repartían comida, en la zona del exprovincial: “Él estaba tirado en la zona de la av. Roca y 9 de Julio. Cuando lo conocimos, arreglamos para compartir un poco más, para saber sus intenciones con respecto a salir de esa situación de calle. Cumplí con eso, comimos, charlamos un poco. Quedamos en que no consumiría por tres días y que al tercer día yo lo iba a ir a buscar para ir al hogar 'Las manos de Dios' que queda en San Salvador 1051”.

Y pactando con lo arreglado, al tercer día Javier fue buscado de la calle y tenía dos cosas encima: una muda de ropa limpia que lavó en la plaza, y mucha alegría: “Con el pasar de los días estaba mucho mejor, aumentó de peso, subió 7 kilos en un mes, dejó el alcohol, porque más que nada ese era su problema. Es un chico de Alberdi que dejó su casa por el consumo, vivía con su padrastro que lo maltrataba. Su papá había fallecido. Empezó a tomar y terminó en la calle aquí en San Miguel de Tucumán”.

La historia de Javier es una de esas en las que aparentemente las cosas van encaminadas con mucho de su parte, y una red de apoyo externa que lo tiene contenido, dos años después de su rescate: “Hoy está trabajando, está totalmente reinsertado, lo fui a ver hace 4 o 5 días, está de novio, mucho más gordito, cambió su vida en un 100%. Está perseverando en la fé, es evangelista, es su herramienta para no querer recaer. Por suerte lo vi muy bien, trabaja en una panadería”, cuenta el entrevistado.

Además, ahora este adolescente de 17 años sabe leer, algo que usa para leer la biblia, su mayor sistema de apoyo: “Él ha cambiado en un 100%. Está trabajando en una panadería en villa 9 de Julio y ya hace pan. Sabe leer, escribir, sumar, restar, todo”.

A pesar de que en la teoría las oportunidades deberían ser parejas, en la realidad no se refleja y la accesibilidad a un cambio es tremendamente distinto para todos, como una suerte de lotería. Sin embargo, a veces apadrinar a alguien es una tarea que puede cambiar vidas, y el caso de Javier es un ejemplo que Ezequiel gusta de compartir. Si deseas sumarte a este importante movimiento, podés contactarte al 3815660668.