"Quisiera no decir adiós": el paso de Gilda por Tucumán a 25 años de su partida

Cuando Gilda pisó por última vez suelo tucumano a mediados de agosto de 1996 trajo un CD que tenía grabada una única canción, la última que había grabado. Apenas desembarcó en el aeropuerto Benjamín Matienzo, le obsequió el compact a quien entonces era su representante en el norte del país, Juan Carabajal. El hombre que ahora recuerda esa escena y aún no puede creer en la amarga ironía de la vida. Y también de las ausencias. Ese tema que todavía no se había publicado, comenzaba así:

Quisiera no decir adiós

Pero debo marcharme…

“Para mí esa fue la última gira que hizo. Había venido para cantar el 16 de agosto en las fiestas patronales de Nueva Esperanza, en Santiago del Estero. De ahí ya se quedaba en Tucumán para actuar en la fiesta de Santa Rosa de Leales. Me acuerdo que, cuando fui a recibirla al aeropuerto, me trajo de primicia el CD con el tema que iba a salir pronto: ‘No es mi despedida’. Parece mentira… Esa vez estuvo quince días con nosotros y estaba muy contenta porque iba a cantar en Gualeguaychú y ese viaje lo iba a hacer junto a su mamá y sus hijos”, rememora Juan Carabajal, reconocido representante local de artistas de la movida tropical. 

La historia dirá que semanas después de esa visita a nuestra provincia, Myriam Alejandra Bianchi Scioli, mejor conocida por el nombre artístico de Gilda, encontró la muerte la noche del siete de septiembre de 1996 en el kilómetro 129 de la ruta nacional 12, al norte de la provincia de Entre Ríos, cuando el colectivo en el que viajaba colisionó contra un camión. Aquella noche fatídica también falleció su madre, Isabel Scioli, su hija, Mariel Cagnin, tres de sus músicos y el chófer del colectivo. El trágico episodio que marcó el final abrupto de su meteórica carrera artística fue también el que dio paso a la leyenda, al santuario y a su aura de Diosa celestial de la movida tropical. 

Juan se enteró del funesto final mientras hacía una gira junto a la banda La Marca por el norte y, una vez que supo lo que había ocurrido con Gilda, su carrera como representante no volvió a ser la misma: “Me acuerdo que esa noche llegamos a las tres de la mañana a un baile en Termas de Río Hondo que lo manejaban mis hijos. Cuando llegamos, me salen a recibir mis hijos con una cara muy triste, de mucha preocupación. Entonces le pregunto a Juan, mi hijo mayor, qué pasaba y él me dijo: ‘mirá papá ha muerto Gilda’. Ha sido algo tremendo, yo todavía tenía que hacer un show más en Santiago, pero no pude salir. Eso me ha tocado de una forma tremenda…Tanto me ha tocado que estuve casi un año sin traer artistas a los bailes. A partir de eso he tomado conciencia. En las giras uno siempre andaba a las chapas en la ruta. En esa vorágine de llegar a los shows… Imaginate, ocho, nueve, diez shows por noche… Íbamos a las chapas para llegar de un lugar a otro. La experiencia te va a haciendo aprender de tantas cosas…”. 

El representante había conocido a la cantante en 1992 en el escenario de La Carpa Tropical de Lastenia cuando la artista recién arrancaba su carrera. Recuerda que esa noche, al momento de su show, no había casi público. A Juan le emocionó lo que escuchó y se acercó a ver de quién era esa voz angelical: “La saludo y la felicito porque había cantado unos lindos temas. Ella estaba asombrada o emocionada, me mira y, te juro, le saltaban las lágrimas. No la había ido a ver nadie, entonces yo le dije: ‘¿sabés qué pasa? No se te conoce a vos acá… Mirá, si vos querés, yo puedo hablar con tu mánager para promocionarte. Le di mi teléfono, me llamaron para que vaya a Buenos Aires y a los tres meses la traje para que se presente en Elegidos y en las radios. A todos los gustó. De ahí en más venía dos o tres veces al año de gira”. 

La Batucada, Club tiro de Tafí Viejo, Atlético Tucumán, Estación Experimental, Central Cordoba, La Carpa Tropical de Lastenia, Julio López, Recreo El Obrerito, fueron algunos de los escenarios de la provincia donde Gilda deslumbró al público tucumano. Juan recuerda de una esas presentaciones en que a la artista le tocó cantar en plena tarde de verano tucumano en Recreo Lili de Piedrabuena. Esa vez salió del escenario desmayada por la inclemencia del calor: “Cayó desmayada, se deshidrató por completo. Después le hemos dado sopa en la casa de una vecina porque estaba mal. Me acuerdo que el padre de Miguel Moyano que era médico nos dijo que le pongamos suero. Esa vez hemos suspendido uno de los shows para poder llegar a tiempo al carnaval de ranchillos donde la descosió”. 

“Cuando falleció ella estaba haciendo furor, iba camino a ser una estrella, pero lamentablemente tuvo esa desgracia que la frustró. Destaco la simpleza que tenía, lo atenta y lo cariñosa que era. Era excelente persona, sin ninguna pretensión rara como algún artista puede llegar a tener. Como artista se caracterizaba por lo bien que sonaba sobre el escenario. Vos la escuchabas a ella en vivo y era lo mismo que escucharla en un CD”, así la recuerda Juan en el día en que su cumplen 25 años de su partida. 

Con campera de cuero negra, pollera y botas altas se la puede ver a Gilda arriba de un escenario tucumano en el video inédito que se ha dado a conocer en esta fecha especial y que ha emocionado a fanáticos y no tanto. Esta auténtica gema pérdida de archivo fue encontrada y subida hoy a sus redes por la familia Moyano a cargo de MM producciones. Los Moyano son uno de los apellidos más emblemáticos de la escena tropical local y los responsables de las lágrimas de muchos al reencontrarse con la imagen y la voz de la leyenda eterna de la cumbia. El video sería de una presentación que realizó en 1996 en La Batucada, en uno de sus últimos recitales que brindó en Tucumán meses antes de morir. Escuchándola, Gilda parece consolarnos con esas palabras que dicen:

No pienses que voy a dejarte

No es mi despedida

Una pausa en nuestra vida

Un silencio entre tú y yo.

Mirá el video del show completo: