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"Nos dan miedo tus cumpleaños": la maldición de la fiesta más tóxica y divertida de Tucumán

Historias de acá

Incidentes, choques, huesos quebrados, reincidencias con ex novios, risas, llantos y memes; cuando llega el 16 de julio se preguntan qué pasará esta vez en el cumpleaños de Rita, el festejo maldito del que habla todo Famaillá: “Dicen que son un desastre, pero todos quieren ir”.

Foto meramente ilustrativa.





No importa que sea mayo y todavía falten dos meses para el evento, si hay algo que perturba el sueño de los jóvenes famaillenses es una preocupación que puede resumirse en dos preguntas: Dónde será la joda de la Rita y qué va a pasar esta vez. Podrá sonar exagerado, pero pocos sucesos generan más expectativas que este festejo que puede durar dos semanas en las cuales puede pasar cualquier cosa. Chocar contra un poste, fundir una moto, caerse y lesionarse en el boliche, entregarse a la tentación pecaminosa de volver con un ex novio y muchos otros episodios confusos y truculentos se repiten año a año para el 16 de julio, fecha en la cual cumple años Rita. Seductor y tóxico a la vez como un fruto prohibido, el mito dice que una maldición ha recaído sobre este festejo. Por primera vez, la agasajada rompe el silencio.

“No sé si soy yo o si son mis amigos, pero siempre pasa algo; siempre detrás de un cumpleaños mío hay una historia. Algunos la pasan bien y terminan accidentados, están los que rompen o pierden algo, los que lloran por los ex novios, los que vuelven con sus ex, esos que dos días después me llaman diciendo que todavía no se pueden recuperar… Me dicen que mis cumpleaños son un desastre, pero todos quieren ir. No podría describirlo, tendrías que verlo”, comenta, entre risas, la joven de 29 años que no se explica por qué su natalicio y los festejos en su honor se han vuelto una especie de Triángulo de las Bermudas de la joda en Tucumán. Maldición, brujería, mala suerte; son muchas las conjeturas con respecto al cumpleaños maldito del que hablan en Famaillá y alrededores.

Para comprender el alcance de esta maldición, basta con enumerar la sucesión de hechos bochornosos que se han producido en ediciones anteriores de este evento. Rita recuerda y cuenta: “Hace unos años atrás hice un cumpleaños en una finca en las afueras de Famaillá y cuando volvíamos a uno de los chicos se le ha fundido la moto. Nos manda un mensaje para que nosotros, que íbamos en auto, los busquemos. La cuestión es que se quedó sin batería y nosotros lo buscamos por todas partes y no lo encontramos porque la ruta estaba toda oscura. Lo encontramos varias horas después en medio de un cañaveral. Estaba sólo sentado en la moto y llorando porque tenía miedo. Otro año ha pasado que una amiga, al salir de la fiesta, ha chocado un poste con su auto. Nada grave, por suerte”.

“En el último cumpleaños, estaba conversando con una amiga que es la típica que se macha y llora. Entonces, me abraza y me dice que me ama y todo eso. Ella tiene brackets en los dientes y, en lo que me abraza, se le enganchan los brackets en uno de los aros con forma de estrella que yo llevaba puesto, me lo ha arrancado. Me fui al baño a verme porque me dolía y me salía sangre. En lo que vuelvo a verla, ya tenía un chichón enorme en la frente. Nadie sabe lo que le ha pasado”, relata y las historias de extraños accidentes no se termina ahí. Sólo hay que volver atrás en el tiempo y en cada edición del evento se encuentra con algún suceso indeseado. Antes de seguir con la enumeración, Rita aclara: “Tengo distintos grupos de amigos que, gracias a Dios, todos son muy buenitos. Cada vez que nos juntamos es solamente para pasarla bien, pasa que todos tenemos en común la misma mala suerte en algún momento”.

“Un año, la cosa empezó mal porque, un día antes, mi hermana me cortó el pelo y me ha cortado re mal. Era una cosa horrible. Me acuerdo que fuimos a festejar al boliche y yo me la pasaba llorando porque tenía el pelo así. Entonces una amiga que se ha caído en el boliche. Se cayó sentada, pero no podía caminar porque le dolía mucho, se le ha pinzado el nervio ciático. No podía bajar las escaleras así que tuvimos que bajarla del primer piso con la gente de seguridad… Un desastre”, rememora siempre con una sonrisa ante la seguidilla de episodios desafortunados.

Las desgracias no son exclusivas de su cumpleaños, sino que también le ha tocado vivir en carne propia estos sucesos en cumpleaños ajenos. Uno le costó la fractura de una de sus manos. La culpa de esta desgracia se la atribuye a la seductora voz de Valeria Lynch: “Fue en el cumpleaños de una amiga en un quincho. Había que salir a comprar bebidas y no encontraba la llave para salir, entonces me subo a la silla para tener una visión panorámica de dónde estaba el dueño de casa. Justo ahí ponen ‘Señor amante’ de Valeria Lynch… todos saben que me desgarro la garganta cantando ese tema. Empecé a cantar y levanté la mano y le di al ventilador de techo. Después, te juro que no daba más del dolor”. En un gesto que pinta de cuerpo entero su espíritu festivo y emulando al Tata Brown que jugó la final del mundial 86 contra Alemania con una luxación de hombro, Rita no abandonó la fiesta. Eso sí, días después le confirmaron que se había quebrado el quinto metatarsiano del dedo meñique. Cuando le pusieron el yeso sus amigos se lo decoraron como el famoso Guantelete del Infinito de Thanos, el megavillano de Marvel. Todo el poder para la joda y la molestada.


Un auto que frena y desparrama la torta en la cara de la cumpleañera, una torta que se arroja y que obliga a la agasajada a bañarse bajo el chorro frío de un surgente en pleno invierno, alguien que se encuentra con tres ex novios en el mismo evento, los que deciden llamar al ex, los que se arriesgan a volver con un o una ex; el rosario de desdichas podría continuar con más historias que Las mil y una noches, pero le ahorraremos al lector tantas pequeñas tragedias porque, a pesar de todo, lo que prevalece en estos festejos es el afán de diversión. Música, karaoke, baile, competencias de perreo; las fiestas de Rita tienen todo lo que está bien, aunque siempre haya algo que salga mal. “Nosotros somos muy básicos. No puede faltar el vino cortado con gaseosa, la hoja de coca y la música… Podemos escuchar cualquier tipo de música en la joda, pero llega un momento en que me gusta escuchar y cantar temas de Valeria Lynch o de Ana Gabriel, tengo esos gustos musicales re de vieja. Mis amigos ya lo saben. Todos somos iguales, que no paramos nunca ni nos medimos… Si hacemos karaoke, ahí nomás empezamos a saltar. Eso sí, nunca peleamos. Todos somos muy piolas”, confiesa.

Otras de las características destacables de los cumpleaños de Rita es su condición de festejo maratónico que ha llegado a extenderse por semanas: “Con esos cumpleaños hemos empezado por el 2015 por idea de un primo que me agitaba para juntarnos a guitarrear. Un día me dijo: che faltan dos semanas para tu cumpleaños ¿por qué no empezamos a festejar? Y ahí arrancamos. Eran unas guitarreadas que me costaban la vida. Después hacíamos juntadas en casas, en un boliche primero, en un bar, en otro boliche al otro día y así tardábamos dos semanas en hacer el cumpleaños”. Claro que todos estos festejos extendidos se produjeron en los tiempos previos a la pandemia, ahora que el contexto no lo permite, se añoran esas ranchadas con gente dándolo todo hasta el final: “Se extrañan esos festejos. En mis cumpleaños yo siempre termino muy cansada porque ando en todas, tomo como condenada y después me termino yendo temprano. Lo que siempre digo es que, lo más importante, es que todos nos llevamos bien. Si hay un problema, lo resolvemos entre todos”.

La maldición que pesa sobre su cumpleaños ya se ha vuelto toda una leyenda en la meca mundial de la empanada y de los mellizos. Tal es esa fama que, a semanas de uno de los eventos más esperados del año, ya empezaron a circular los memes y gastadas. Rita apela a la mesura y lleva calma a la población famaillense: “Este año no voy a festejar por la pandemia. Si es que hago algo, capaz que hago algo tranqui, en familia nada más. Por las dudas la maldición siga intacta, mi prioridad es hacer el cumpleaños después, cuando se pueda”.  La joven sabe de la fama que precede a las celebraciones, pero se lo toma con diversión: “Sé que ya es un mito. Todos me dicen y ahora qué será que nos va a pasar. Otros me dicen: nos dan miedo tus cumpleaños, pero no puedo dejar de ir”.