"Fue donde más discriminada me sentí": Cazzu y el recuerdo de sus años en Tucumán
TESTIMONIO
La popular cantante de trap recordó su paso por nuestra provincia, cuando llegó desde su Jujuy natal para estudiar en la Escuela de Cine. El tránsito de la cumbia al trap, la lucha permanente contra los prejuicios y su trayecto errático por la facultad. VIDEO

Aunque en el intento de vivir de la música tuvo que sortear numerosos obstáculos, Cazzu se encontró de golpe en el tiempo y con el género indicado para despegar definitivamente en un viaje sin escala hacia ese lugar que soñó desde niña. Hoy, la popular trapera nacida en Jujuy es una de las estrellas del trap y el reggaetón: viajó por el mundo grabando con los músicos más famosos del género y sus canciones fluctúan entre las 50 y las 100 millones de reproducciones en Youtube.
Sin embargo, aunque hoy parezca que la vida siempre le sonrió, el camino de la joven cantante tuvo un sinfín de barreras, tanto personales como profesionales, que la cantante pudo sortear con éxito, aunque algunas heridas parecen aún continuar el tránsito hacia la definitiva cicatrización.
En una entrevista brindada al ciclo Caja Negra, que se transmite por el canal de Youtube de Filo News, Cazzu, que inició su recorrido por la música con una banda de cumbia, recordó su paso por Tucumán, cuando llegó desde su Jujuy natal para estudiar en la Escuela de Cine, Video y Televisión.
“Previo a la cumbia yo había probado con el rock, pero la encontré más profesional a la cumbia. Para mi familia no era un motivo de orgullo. En mi familia había mucha cultura musical y yo de repente estaba cantando cumbia. Ahí empezó un camino de seis años en el género con tres bandas distintas, un camino que terminó en Tucumán”, recordó.
Sin embargo, el prejuicio que existía sobre la cumbia la hizo tomar un atajo que la condujo hacia nuestra provincia. “Fui a Tucumán a estudiar cine porque yo creía que no hacía música. En ese momento, para el resto de los músicos la cumbia no era música. Y, si bien tenías que saber tocar una nota, aun así la cumbia no era considerada música. Fue donde mayor discriminación sentí, donde más distinta me sentí y donde más traté de plantarme como yo era”, fustigó.
La personalidad de Cazzu, que en ese momento no era una estrella de la música, no encaja en el prototipo de estudiante de cine. Según relata la cantante, en Tucumán tuvo que aprender a encajar en un ambiente que la trataba con recelo. “En una de mis primeras intervenciones en clase, el profesor me preguntó: ¿cuál es la película que más te impresiona? Y yo le respondí: ‘Transformes’, mis compañeros se dieron vuelta a mirarme. Yo podría haberme hecho la culta y decir ‘Ladrón de Bicicleta’, pero en ese momento respondí honestamente. El profesor me dijo: ‘me parece muy bien’”.
Situaciones de ese estilo se volvieron cotidianas para la futura estrella, y la percepción que sus compañeros tenían de ella la empujaban, cada día un poco más, hacia un nuevo golpe de timón en su vida, el definitivo. “En ese momento el problema no solo era la cumbia, sino también el reggaetón. Yo llegaba a la facultad escuchando Jowell & Randy y me iba de la facultad a cantar cumbia. Imaginate: estar estudiando la Nouvelle Vague (nombre con el que la crítica denominó al grupo de cineastas franceses surgidos en la década del ’50), que te gusta La Rompe Carros de Daddy Yankee y que seas fanático de Rápido y Furioso. Sos como una especie de estúpido”.
“Siempre me sentí bastante más curtida que cualquier persona a mi alrededor, en ese contexto. Siempre fue bastante difícil. Cuando salté de la cumbia al trap oculté mucho mi pasado”.