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Dime que padre eres y te dire que hijo tienes

ENTRE LÁPICES Y EMOCIONES

La psicopedagoga Cecilia María Lozano, habla sobre los roles de papá y mamá que determinan la crianza de los más pequeños.





La maternidad y la paternidad son roles que conjugan todo nuestro ser, alma, cuerpo, mente y espíritu. Aunque así debería ser, entregarnos con todo nuestro ser por ellos que son nuestro legado.  Hoy los invito a reflexionar sobre los estilos de crianza, aquellas formas de educar a nuestros hijos, que son determinantes.

Si están leyendo esto, deben saber que dieron el primer paso para el cambio. Repensar el lugar de padres desde donde nos posicionamos para educar a nuestros niños. No sólo debemos mirar cómo será el futuro de nuestros hijos como personas sino, también, el camino mismo, el presente, hacer sus vidas felices o en el peor de los casos, tristes. 

Estoy convencida que en este viaje de ser padres, los maestros son ellos, los niños, y me pregunto ¿Cuánto necesitamos madurar para llegar a ser niños? Claramente, y lo digo desde mi óptica, con los anteojos de las experiencias como mamá y profesional, que en ellos está la magia y cuando podemos conectarnos con ese mundo fascinante de asombros, de inocencias, sin maldades, de entrega sin esperar algo a cambio, y de un amor tan
puro, demos por hecho que ya hemos aprendido, lo que en la vida, realmente es valioso. 

Vamos a lo que aquí nos une, a la razón por la que los traje, (y lo bendecida que me siento de tenerlos como lectores) qué tipo de padres eres y te diré que hijo tienes. Mi intención con este artículo es mirar a tus hijos, pausar la película, y volver la mirada en vos. Ahí tendrás el reflejo de lo que sos, como mamá o papá.

Así una crianza positiva traerá como consecuencia un niño adaptado, feliz y exitoso. Podríamos clasificar en cuatro grandes grupos: padres autoritarios, padres permisivos, padres negligentes y padres democráticos. 

En los padres autoritarios donde las normas son demasiadas estrictas no se generan situaciones para desarrollar la autonomía de los niños. Por lo tanto, al tener mínimas experiencias donde ellos no sienten sus logros, en el tiempo se van formando con bases de inseguridad y dependencia. Sucede lo mismo con la sensibilidad e interés, el afecto está poco presente, los resultados son los mismos. Claro, a este niño se le marcaron tanto las reglas y hay tantas prohibiciones que estos hijos no saben lo que es triunfar por sí sólos. Cuando un hijo dice frecuentemente: "No sé", "No Puedo" o llora frente a los desafíos, es porque no se siente capaz de hacerlo. 

En los padres permisivos: la afectividad está muy presente, no así las normas. En este escenario, la flexibilidad es excesiva, son los papás que cuyas normas no están claras, no hay firmeza. Los no, culminan en "bueno sí…"
Aquí desde este lugar, los niños van forjando una baja tolerancia a la frustración. Hijos que creen sentir que son ejes del mundo que sólo ellos son los que interesan. Consideran que la vida gira en torno a si mismo. Cómo pueden leer, de la misma manera que el estilo anterior, hijos inseguros, que les cuesta adaptarse de manera equilibrada y sana. 

Los padres negligentes: son los que no están, los ausentes, hijos poco cuidados, o quizás solo satisfechos con abrigo y alimento. Lamento decirles que este estilo de crianza es el más negativo, ya que los hijos en un presente y en un futuro, responden a todas las dificultades de la niñez, mencionadas en las dos anteriores. 

Vamos a encontrar y buscar la luz, como es mi posición en la vida, entre la oscuridad, podemos ver la claridad. Se que no es tarea fácil mirarnos como padres, pero es lo que la vida nos muestra que este es el camino , educar de la mejor manera posible. 

En último lugar, y el cuál sería el horizonte, sería en estilo democratico, donde hay un equilibrio entre la afectividad y los límites. Voy a dejarles algunos tips para ello: 

  • Mostrarles afecto, abrazarlos, besarlos,mostrarles cariño, los hijos necesitan ese contacto.
  • Hacerles ver que estamos interesados en ellos, entremos a su mundo, juguemos con ellos, compartamos tiempo de calidad, pero de juego.
  • Marcar límites,las normas son la contención, les indica qué hacer y que no. Deben ser claras y precisas, y también acordes a la edad.
  • Destacar lo que sus hijos hacen bien, felicitarlo y alentarlo. Y les cuento, si hay una conducta que cambiar, cuanto más se focalizan en ella, más la hará, miren mejor la raíz de esa conducta y no la manifestación.

Manos a la obra, no es fácil, pero si es simple. Llenemos su mochilas de buenos recuerdos.