"Escucho los rumores en el almacén, me miran de reojo en el barrio y te soy sincero: me pongo a llorar"

Sergio Tanos salía de su casa en Banda del Río Salí, entraba al almacén del barrio y el silencio se apoderaba del lugar: como si alguien cortara la música cuando lo veía llegar para comprar. “Escucho los rumores en el almacén, me miran de reojo en el barrio y te soy sincero: me pongo a llorar. Te llega el murmullo de la gente, lo que dicen que hice y la angustia te invade. El domingo me ha agarrado una angustia y he llorado”.¿Qué es lo que dicen que hizo? ¿Quién se esconde detrás de todo? Para entender la historia hay que remontarnos a un año atrás: “Yo vendo artesanías que traigo desde Jujuy: artesanías de barro, bandejas, ollas, cazuelas. Hace un año una cuenta empezó a publicar fotos personales. Insultaba y ponía cosas personales. Así empezó todo”.Con la ayuda de su hija, Sergio intentó averiguar quién se encontraba detrás de estas acusaciones realizadas a través de perfiles de Facebook con la imagen de Almila Ada, la actriz turca de Huérfanas, la novela de Telefe. Lo detalla Vanesa, la hija de Sergio: “He descubierto que el Facebook era una falsedad y empezó a crear otros. Me contacté por chat con esa persona y le dije lo de la foto de la actriz. Me respondió que era su hermana y que vivía en España. O sea: nada que ver”.

Mientras las acusaciones por estafa por un juego de ollas no entregado, la hija de Sergio realizó una publicación: “A mí me etiquetaron en las publicaciones, le comenté a quien denunciaba a mi papá que ponga pruebas, que no saque calumnias e injurias gratuitamente. Se hizo la amorosa por el chat, me respondió que era un malentendido y, al entrar en su perfil, descubrí que denunciaba que siempre la estafaban: a ella, a sus padres que eran mayores. Cuando comencé con las capturas y publicaciones, me bloqueó”.Como un culebrón turco, la cosa empezó a ponerse fea cuando Sergio quedó señalado como un estafador y en los comentarios empezaron a amenazarlo de muerte con mensajes graves: “Se le va cara de garca”, “Dénle una buena cagada”, “Quemale la casa, si a él no le importa tu vida, a nosotros tampoco”, “Poné el celular así lo putean todos”, “Me siento a esperarlo hasta que salga”, “Plomo y se termina la historia”.“Llegaron a proponer venir a incendiarnos la casa, uno puso que ‘había que darle plomo’,cosas gravísimas mientras la persona de las publicaciones insistía que fue varias veces a reclamar las ollas que había abonado anticipadamente. Yo nunca cobro de manera anticipada. Un cliente pide, por ejemplo, un juego de ollas, el servimoto se lo lleva a domicilio, el cliente verifica que esté todo en condiciones y recién le paga al servimoto”, cuenta Sergio, quien no encontró consuelo en mensajes de apoyo que también llegaron: “Yo le compré hace un mes y la verdad que no tuve ningún problema. Es más, le pagué con tarjeta de débito. Excelente atención. Muy atento”, “Siempre hay que escuchar las dos voces, gente”, “Si escuchás el cuento contado por Caperucita, el lobo siempre es el malo”.Ahora bien, ¿de quién sospecha Sergio? ¿Quién cree que está detrás de todo esto? “Tengo sospechas de quién es la persona que está detrás de todo esto, pero no doy nombres porque no estoy seguro. Sabemos que aparecieron con perfiles falsos. Ante todo esto, fui a la dependencia de La Banda, me dijeron que me vaya a un cyber, a imprimir todas las capturas y que las lleve”.“En estos momentos estoy con gripe y el virus ya lo tuve. No puedo salir de mi casa por el momento. Con todo lo que vengo viviendo, se cayeron las ventas y con mi pensión de discapacitado no me alcanza. La pensión es de 14 mil pesos porque sufro de depresión desde hace tres años cuando estuve internado, tengo hipertensión y diabetes. Con la pensión tengo que comprar los remedios y un solo remedio que me recetaron cuesta 6.800 pesos. Recién este lunes volví a vender un juego de ollas y unas cazuelas”. “De todas maneras no sabemos si mañana hará una nueva publicación, si creará otro perfil, si volverá a publicar cualquier cosa. En todo el círculo de clientes y amistades se divulgó un montón, me miran de reojo, es lo que más me duele. Le he pedido a la gente a través de una publicación que se acerque si necesitaba hablar. Claro que siempre hay que desconfía y que hay que escuchar la otra campana, pero en este caso no la hay: del otro lado solo hay un perfil falso que me hace la vida imposible".

"Dio datos personales, teléfono, dirección, para que todos empiecen a mandarme mensajes, me han amenazado, en una de las publicaciones sugerían que se armara un grupo y llegara a mi domicilio para hacerme daño. Que la gente no se deje engañar, siempre hay una verdadera verdad, detrás de cualquier insulto, detrás de cualquier hecho, por favor, antes de publicar cualquier cosa sin saber, antes de arruinar vidas, piensen que hay una persona que sufre. Solo eso”.