Top

"No reconocemos lo que perdimos": Matías Carretero, el músico que retrata la época más difícil

MÚSICA

Se había quedado sin trabajo en marzo del año pasado cuando en Tucumán todo era desolación. A las heridas personales y de una sociedad golpeada les quitó las vendas y creó Negativo, un disco desde un lugar que nadie se atrevió a enfrentar. Una entrevista dura e íntima y el retrato hecho canción.

Matías Carretero, autor de Negativo.





Matías Carretero está metido en un auto azul en el medio del ruido máximo que supone la hora de un mediodía común en la 24 y 25 del microcentro tucumano rodeado de topadoras, taxis en fila sin pasajeros, un coro de astronautas sin cielo y un verdadero lío que, detrás del parabrisas sucio de su auto, no le quita la sonrisa, pero sugiere: “Mejor vamos a otro lado”.

Deja el auto en la puerta del diario, Diego quiere lavarlo, pero se conforma con cuidarlo. Diego es el cuidador de autos de la cuadra y después de la entrevista le dirá a Matías que parece que Matías está más loco que él, y a la hora de las fotos le pedirá una foto con él. Son imágenes y escenas del reposo, bocanadas de aire después de tanto tiempo encerrado entre las cuatro paredes de la casa patio de Matías Carretero, al final de un pasillo perdido sobre calle Marcos Avellaneda, cerca de los puentes blancos. Es allí donde comenzó a gestarse el clima de un disco único, capaz de retratar la época que vive Tucumán, el mundo, es el disco que empezó a gestarse con la llegada de la pandemia y que ahora salió a la luz con un título sin matices ni puentes: Negativo.

Antes de estacionar el auto en la puerta de esta redacción, de dejar atrás el ruido, de la sonrisa, de mirar el cartel de La Pizzada donde vivió Alberdi, de mirar el cartel de Mostacho donde vivió Monteagudo, de las pizzerías donde antes hubo próceres tucumanos, antes de las fotos con el cuidador de coches de Moreno al 200, de la bocanada de aire, y de meterse con el clima de época, Matías Carretero dice ya sentado en los estudios de el tucumano: “Estoy feliz porque ha concluido una etapa de  producción, de grabación y se lanzó el disco después de un año bastante difícil de trabajo e introspección artística”.

“Justo cuando sale la pandemia y la cuarentena me encuentra sin trabajo y con una plata ahí el productor me propone arrancar con el disco. Encaré las grabaciones en mi casa así que todo se hizo desde ahí en marzo, abril, del año pasado, pero la parte fuerte de Negativo se hizo en mi casa en soledad y escribiendo y grabando guitarras, bajos, sintetizadores, coros, todo el crudo hecho por mí. Negativo es un disco que nace con la pandemia”.

“Muchas canciones ya estaban preproducidas por mí, demeadas por mí, pero no tenían el trabajo que se ve ahora. En pandemia escribí muchísimo. Las letras son bastante fuertes, prevalece mucho el testimonio, la lírica en el disco en sí. Son temas largos. Son seis canciones, cinco en sí que tienen de punta a punta texto, un mensaje personal, que nació de mí y está todo escrito. Tiene esa negatividad y tiene esa crítica a la situación en que nos ubicamos como sociedad y como personas de este mundo que hacemos las cosas sin parar, sin freno”.

Cada vez que Matías Carretero dice Negativo parece que volviera a bajarse del auto azul, a dejarlo mal estacionado en doble fila y a decir: “Negativo es lo que se hace: el camino y el rumbo hacia donde se va. No se ve algo muy esperanzador, por eso la violencia que se ve y que es fruto de toda una historia, destructiva. Negativo es algo que veo que no para. Humanamente decimos que estamos dispuestos a buscarle una solución a algo sin rever lo anterior, a lo que hicimos para llegar a este punto. Seguimos así: tratando de ganar algo que perdimos y que no reconocemos perder. Eso es lo negativo: todavía no reconocemos lo que perdimos”.

Como disco presentado en su totalidad con seis canciones juntas que conforman o intentan representar el mundo del cual habla Matías, Negativo se despega de la inmediatez de la canción sola, presentada como una unidad, como islas ajenas a ese universo que supone el disco: “Negativo está pensado como un disco de canciones en una época donde no se escuchan discos de punta a punta sino canciones sueltas, singles. Se está muy acostumbrado a presentar canciones sueltas, no a presentar discos. No se concibe como un todo el disco”.

“Desde el productor siempre se concibió esa idea artística de música, arte independiente que dice lo que quiere decir, que muestra lo que quiere mostrar. Desde el principio a fin se muestran distintos matices de música experimental, electrónica, de canciones, de mucha letra y mensaje. Es un viaje sonoro, pictórico o escénico donde se encuentran diferentes momentos con diferentes sonidos, muchas variaciones, algo que no existe por sí solo en una sola canción sino en el conjunto de canciones que implica un disco Negativo. La propuesta es para personas que les gusta escuchar música, que se sientan a escuchar música”.

“¿Por qué es necesario volver a escuchar un disco en su completitud? Considero que los simples persiguen un propósito netamente comercial desde el mercado, desde lo que vende. Es la misma historia de siempre. No es algo que sea necesario analizar porque está a la vista y es lo que propone: estar a full, levantarse temprano, trabajar, comer lo más rápido posible, escuchar una canción mientras voy caminando y seguir caminando y ser un robot de la vida y escuchar lo que nos dice la televisión que ya ni existe y ver internet y comerte la publicidad”, remarca Carretero en su propio camino.

Y aclara: “Por eso creo que está bueno parar un poco la pelota y apreciar un poco las cosas lindas que nos da la vida como contemplar un paisaje, salir a pasear un fin de semana, sentarse en una plaza a leer un libro, conversar con una persona y más en esta situación de pandemia donde se propone tanto la conexión virtual y nos aleja más de la esencia humana de una manera subliminal. Tampoco es que yo soy un renegado de eso. Hago lo mío que es hacer música y tengo que trabajar en mi trabajo formal y seguir la vida porque esto difícilmente cambie, pero sí está bueno lo que podamos mostrar como mensaje y mostrar otra propuesta”.

En este contexto, no paro de escuchar Negativo. Lo escucho todos los días. Salió como nos gustaba. Como lo estaba proponiendo. Con la producción congeniamos juntos. Ahora no lo reconozco porque estaba muy metido en el disco. Ahora lo más importante es sobrevivir más que cualquier otra cosa. La música, así como me trajo muchísimas alegrías, me trajo un millón de decepciones como proyectos que se caen, peleas con compañeros, o conseguir con quién tocar. Últimamente digo que la música me persigue, más que ir a buscarla. Siento que está detrás de mí y me pide: siento miedo por las decepciones que viví, pero a la vez me vuelvo loco por la música. Me volví loco en pandemia mientras grababa: me levantaba a las 8 de la mañana a grabar, a ver qué había hecho el día anterior, como si fuera un trabajo real, y grabar y grabar y grabar, y escribir y escribir y escribir, y leer y leer y leer, y ver películas y leer libros, y eso es súper atrayente pero a la vez me ponía en otros planos en la cabeza que me desconocía. Entonces sí, este disco deja un sello, un documento, una foto fiel de un año donde presento un disco donde dejo mi nombre, mi firma: Matías Carretero, Negativo”.

¿Y Matías Monk dónde queda? “Decido dejar cualquier álter ego de lado. Me siento muy cómodo en mi provincia. Este disco va bajo mi responsabilidad. Es un privilegio contar con otros músicos y artistas que influyeron en el disco desde el arte de tapa (vos tan negativo, yo tan celofán). Por eso lleva mi nombre y no me escudo bajo otro nombre o el nombre de una banda. Quizás lo vuelva a hacer más adelante, pero ahora no. Creo que la pandemia nos ha enseñado a que no hay más tiempo para caretearla y que lo que hagamos debe ser honesto: si yo digo algo, si yo hago algo, debe ser honesto. Si yo dejo algo como Negativo va a pesar en mi futuro, y tengo que sentir que eso me identifica. Si no me gustara, no querría estar en ese lugar. Tengo que ser honesto conmigo mismo para sacar un disco: no puedo decir cualquier cosa, siento que ya no puedo decir cualquier cosa”.