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"Mi amor lo tengo puesto ahí": el fotógrafo tucumano nominado a los Gardel

Talento de acá

Adolfo Valentín es uno de los representantes de la provincia en la nueva edición del mayor premio de la industria musical argentina. Su arte para el último disco de Lisandro Aristimuño le valió la nominación: “Ha sido una gran sorpresa”.

El tucumano nominado a los Gardel. Foto de: Victoria Oliva.





Para sacar la foto que le valió la nominación a los Premios Gardel, el máximo galardón de la industria musical en el país, Adolfo Valentín López López estuvo semanas juntando pedazos de vidrios que encontraba tirados en las calles de Buenos Aires. Así fue experimentando con diferentes formatos y texturas de vidrios gruesos, esmerilados y antiguos hasta que dio con uno que lograba el efecto deseado. Esa fue la génesis creativa que derivó en el arte de tapa de “Criptograma”, el último disco de Lisandro Aristimuño nominado en la categoría mejor diseño de portada. El fotógrafo y manager tucumano todavía no sale de su asombro: “ha sido una sorpresa que nos puso muy contentos”.

Todo comenzó en febrero del año pasado cuando el músico Lisandro Aristimuño terminó de grabar las canciones de su último disco, pero la llegada de la pandemia demoró todo el proceso de mezcla y edición del material. Fue ahí que empezaron a pensar cuál iba a ser la portada del nuevo álbum. Adolfo además de ser el manager del artista es fotógrafo y propuso la idea: “Soy su manager, pero también hago de todo. Eso sí, nunca me había imaginado hacer la tapa del disco porque siempre delegamos ese trabajo. Lisandro trabaja de manera muy conceptual y acá eso se ha conjugado con mi gusto y amor por la fotografía, pero era algo que no me lo esperaba. A mí, como fotógrafo, es un trabajo que me gustó mucho. Creo que salió muy bien y es una alegría que ahora lo nominen para el premio Gardel”. En la premiación que se realizará en junio, su trabajo competirá con las portadas de dos de los discos de las traperas del momento: “Una niña inútil”, de Cazzu y “Calambre” de Nathy Peluso. Además tiene el honor de ser uno de los dos tucumanos nominados este año al Gardel, el otro es el músico Walter Salinas, cuyo disco “Un sueño hecho realidad” está nominado como mejor álbum solista de cuarteto.


El fotógrafo de 40 años contó cómo fue el proceso de la imagen por la que fue nominado: “Yo ya había escuchado las canciones del disco y veníamos hablando mucho con Lisandro de qué se trataba la idea. Me había cruzado con estos vidrios que son como esmerilados y tienen como una especie de malla. Me di cuenta de que era una manera analógica de pixelar la imagen. Te genera una figura medio pixelada y medio desarmada, entonces dijimos probemos cómo queda. Estos vidrios ya no se fabrican así que fui probando con algunos que encontraba en la calle hasta que di con una vidriería que los hace. Usé dos luces, una fría y otra cálida, porque disco tiene como dos lados; dos extremos de emociones. El efecto ha quedado buenísimo”.

“Lisandro no se copa mucho sacándose fotos así que armé todo en diez minutos, ya tenía todos los equipos montados en el estudio, él se puso atrás del vidrio y nos pusimos a jugar un poco. Fueron quince minutos de trabajo que nos han servido un montón”, comenta el fotógrafo que ya había trabajado en las portadas de discos de artistas tucumanos como Leo Garzón y la banda Turucuto. En el caso de “Criptograma”, el álbum salió el año pasado en formato CD y también en vinilo. Cada una de las canciones del disco está acompañada por una foto de Adolfo quien también filmó y editó el videoclip del tema “Sombra 1”: “Ha sido una sorpresa hermosa cuando vi la tapa del vinilo. Hemos hecho la impresión en un papel metalizado y he quedado flasheado porque la edición ha quedado espectacular. Verlo al objeto es otra cosa, es algo muy flashero”.

El diseño que le valió la nominación.

La relación entre Adolfo Valentín y Lisandro Aristimuño trasciende lo profesional: “Tenemos personalidades muy diferentes. Aprendí muchas cosas de su ser y de su hacer, eso hace que tengamos una buena relación. Somos un buen complemento y eso hace que nos queramos un montón, somos como familia”. Pero, antes de convertirse en su manager, el tucumano sólo lo había visto dos veces en su vida. La primera de ellas fue una de esas reuniones trasnochadas que se extienden hasta las luces del nuevo día. Aristimuño había venido a la provincia a presentar uno de sus discos y, después del show, los músicos se trasladaron hasta “La Simona”, nombre con que se conocía a la casa donde Adolfo vivía junto a un amigo; en aquella época un reconocido epicentro de ranchadas ubicado en el corazón de Barrio Sur.


En 2012, el tucumano viajó a Buenos Aires a realizar unos talleres de fotografía y, a través de su amiga Luciana Soria, consiguió una entrada al show con el cual el músico presentaba el disco “Mundo Anfibio”. Al terminar el espectáculo, Lisandro le pidió que le escribiera porque tenía una propuesta para hacerle. Esa propuesta llegó casi un mes después: “Me sorprendió cuando me dijo si quería ser su manager. Yo le respondí: ‘No sé ser manager, pero si me gustaría’. Yo trabajé varios años en la producción de espectáculos, pero esto era otra cosa. Fui aprendiendo al lado de él y eso significó conocer un montón de cosas: la producción de un show, el registro de canciones, hacer los contratos…”.

Adolfo Valentín define a la fotografía como una de sus grandes pasiones: “Con la fotografía siempre estoy haciendo algo, ya sea en mi cabeza o en mi laboratorio personal. Siempre estoy haciendo y pensando en fotos. Siento que mi amor está puesto ahí, es lo que me alimenta y le pongo mucho tiempo, mucho interés”. Adolfo no canta, pero sacando fotos, pronto, puede ser Gardel.

Mirá el video de Sombra 1: