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"Una fecha y dos nombres": el misterio de la alianza de oro hallada en el corazón de Tucumán

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Una pieza de metal precioso que viajó durante década para caer en las manos de Melisa que ahora busca a su dueño. Tal vez sea una mensaje del pasado que cayó en manos de la persona correcta.





Cuantas veces te habrá pasado que perdiste algo muy importante, tal vez demasiado. Algo que no tiene valor, ni manera de ser reemplazado. Dar vuelta la casa, levantar alfombras y muebles, revolver cajones,  buscar hasta en los lugares más insólitos, son algunas de las cosas que hacemos en pos de encontrarlo.

Horas caminando por toda la casa, con los ojos cerrados tratando de reconstruir cada recorrido del día, de la semana: “¿Cuándo y dónde fue la última vez que lo tuve?”, se pregunta uno, para si se lo dejó en el trabajo, en el médico, en la AFIP o vaya uno a saber.

Esto le pasó a alguien ayer, a alguien que tal vez se encuentra con esta nota de casualidad, o tal vez sea un asiduo lector de eltucumano.com y entonces, si ya nos quería, ahora nos va a querer más, porque seremos quienes le demos todas las pistas necesarias para encontrarse con ese anillo de casamiento perdido,  con esa alianza que se cayó en una vereda y que por suerte fue encontrada por una persona con buenas intenciones.

Esa persona es Melisa, termeña de nacimiento, pero radicada en Tucumán desde hace 6 años y que al salir de hacerse unos trámites se encontró con un anillo de casamiento: “En la puerta de la Acción Social de la Universidad   (ASUNT), en calle San Martín al 800, lo encontré. Estaba en el piso y lo vi justito, lo levante y estoy esperando que aparezca el dueño. Tiene una fecha y dos nombres”, explica en charla con eltucumano.com.

“Lo primero que hice fue avisar en la Acción Social, pero no quise dejarlo ahí, pero firmé un acta dejando mis datos por si aparece el dueño, ahí podrá contactarse conmigo”.

El anillo tiene algunos datos que lo hacen fácilmente identificable solo para el verdadero dueño: “Tiene la fecha exacta del casamiento y el nombre de la persona. En la publicación yo borré parte de la fecha y el nombre para que no cualquiera lo pueda reclamar y solo el dueño sabrá el dato exacto así yo se lo doy”.

También existe la posibilidad que el dueño o dueña de la alianza se haya enojado y en una un momento de bronca, o tal vez motivado o motivada por un mal recuerdo haya decidido tirarla en la calle, como quién tira un viejo amor a la basura, como quién se desprende de una pasado al que no quiere volver, una historia que ya no vale la pena tener entre los dedos.

Melisa parece tener una respuesta superadora para esta duda: “No creo que alguien haya tirado el anillo. Si lo pensé pero llegué a la conclusión que no, por varias razones: por una lado, el año del casamiento es 1974, me parece demasiado tiempo como para terminar enojándose ahora. Además, por cómo está la situación económica, nadie tiraría un anillo de oro, si te enojas o peleas, vas y lo vendés porque eso cuesta mucha plata”, razona con bastante lógica la joven.

La termeña eligió las redes sociales para mostrar el anillo y contar lo sucedido, hasta ahora no ha llegado a la persona correcta pero si hubo que gente que se comunicó con ella: “Me llamó una señora de Mendoza porque el marido había perdido la alianza, pero cuando le dije que a esta la encontré en el entró de Tucumán, descartó que se la de ellos”.
 
Por suerte para el dueño del anillo,  Melisa no piensa descartar el anillo y no le pone plazo a la entre: “Es un objeto que a mí no me gustaría perder o me gustaría recuperar, por lo tanto estoy dispuesta a guardárselo a quién corresponda hasta que parezca. No lo voy a vender nunca y estará conmigo hasta que lo pueda devolver”.
 
Así que ya sabe, señor o señora, si lo perdió o lo tiró y se arrepiente, comuníquese con Melisa, o lléguese hasta la casa central de ASUNT en San Martín al 800 y pida sus datos, para poder recuperar aquel anilla que hace 47 años se ponía en uno de sus dedos y que hoy ya no tiene.