Top

"Tenemos ganas de salir adelante": el gesto que conmovió a un joven que busca laburo

Historias de acá

Federico tiene 22 años y, como lo viene haciendo desde hace meses, fue a imprimir su curriculum para seguir con su búsqueda laboral, pero se llevó una sorpresa cuando el dueño de la fotocopiadora no quiso cobrarle. La emoción, las palabras del comerciante y un consejo: “Traten de confiar más en los jóvenes”.

Federico no baja los brazos en su búsqueda laboral.





Está dura la calle. Más con la pandemia. Mucho más si se es joven y recién se están haciendo las primeras armas en el mercado laboral. A eso lo sabe muy Federico Fernández quien la mañana del viernes pasado encaró una vez más la actividad que, desde hace varios meses, ya es parte de su rutina: salir a repartir su currículo. El joven de 22 años indaga en los clasificados y recorre los comercios del centro a la espera de que se le abra una puerta, un camino, una posibilidad. Ganas de trabajar le sobran, pero hasta ahora no le han dado la chance de demostrarlo. Antes de emprender una nueva jornada de búsqueda, fue hasta un comercio de San Juan 75 para imprimir su CV y se encontró con un gesto que todavía lo conmueve. No sólo no pagó por las cinco copias impresas donde se detalla su experiencia laboral, sino que se fue del lugar con una enseñanza invaluable.

“Llegué y, de entrada, el señor me atendió con mucha amabilidad, tanto él como su hija. Le dije que iba a imprimir unos curriculum que necesitaba, le pregunté cuando era el valor de las copias, me dice que setenta pesos, pero, cuando le quiero pagar, me dice: no, acá no cobramos por eso, mucho menos, a los jóvenes que buscan trabajo y salir adelante. En ese momento me quedé sin palabras, me emocioné, le insistí pero no me quiso recibir la plata”, relata Federico todavía conmovido por el gesto y más aún con las palabras con las que el hombre lo despidió: “Cuando consigás trabajo, que seguro lo vas a conseguir, te vas a acordar de mí”.


A Federico esas palabras le alegraron el día y lo impulsaron a continuar con su búsqueda que, desde el año pasado y con la llegada de la pandemia de coronavirus, se ha vuelto cada vez más infructuosa. Pero el joven no se desanima y lo sigue intentado, después de todo, necesita de un sueldo para poder costearse sus estudios de traductorado de inglés en un instituto privado. Federico sabe lo que quiere y tiene un plan para conseguirlo. Sólo necesita esa chance que se le niega desde hace meses cada vez que sale a patear la calle en busca de una oportunidad: “Salgo varias veces durante la semana a buscar trabajo porque ahora el único ingreso que hay en mi casa es el de mi papá. Busco pagar mis estudios y ayudar a mí mamá con los gastos. Busco un trabajo que me permita trabajar por la tarde así estudio durante la mañana. Desde el año pasado que estoy buscando y te puedo decir que está complicada la búsqueda durante la pandemia… hasta el momento no tuve suerte, sigo buscando, ya de lo que sea porque necesito tener un ingreso”.

“Está complicado para nosotros los jóvenes conseguir trabajo, no soy el único al que le pasa, tengo muchos amigos de mi edad que no consiguen. Lo que pasa es que en la mayoría de los lugares piden experiencia en distintos rubros y para nosotros está complicado. A los de mi edad que recién estamos saliendo de la secundaria o terminando la facultad se nos complica porque no tenemos la experiencia que piden. Es entendible porque cada uno cuida su empresa, pero les diría que traten de confiar más en los jóvenes porque somos los que tenemos ganas de salir adelante, somos los que más ganas de trabajar tenemos. Hay muchos chicos a quienes un trabajo los puede sacar de todas las situaciones malas que se ven hoy en la calle”, reflexiona Federico quien desmitifica eso que tanto se dice y se repite hasta el hartazgo: los jóvenes de ahora no quieren trabajar. No, las ganas están, pero faltan oportunidades. ¿Cómo pretenden acaso que consigan esa experiencia laboral que se les requiere si se les niegan las posibilidades de conquistarla trabajando?


A su edad, ya ha trabajado como mozo, cadete y cajero, aunque este último es el rol que prefiere. Así describe sus aptitudes laborales: “Lo principal es que soy bastante responsable en cuanto a los horarios de trabajo. Soy bastante cordial para atender a los clientes, así como el señor de la imprenta. También me considero una persona inteligente que me adapto rápido a lo que tenga que aprender”. Federico no piensa bajar los brazos y deja su teléfono por si alguien que lea esta nota desea contar con sus servicios: 3816626927.

Después de lo que vivió el viernes cuando fue a imprimir su curriculum, el joven hizo una publicación en su cuenta de Facebook con un mensaje de agradecimiento a ese hombre de quien no sabe su nombre, pero al que tiene muy presente, no sólo por el gesto de las impresiones gratuitas, sino por un aprendizaje aún más valioso que le dejó: “Cuando me fui del local, me deseó mucha suerte en la búsqueda de trabajo y que tenga un buen día. Es la primera vez que me pasa algo así, ya imprimí en varios lugares y nunca vi un gesto así y esa amabilidad para atender a la gente. Para nosotros, los jóvenes, que la gente mayor te de esos ejemplos es una enseñanza que nos marca cómo desempeñarnos en la vida. Así, con ese gesto, me enseñó cómo tratar a los clientes”. Pero la gratitud no se agotará en ese mensaje: “Si llego a conseguir trabajo, quisiera hacerle algún regalo como una forma de agradecerle”.
Federico cruza los dedos. Sólo busca una oportunidad para ganarse la vida.