Top

Iker Díaz, el niño tucumano con nombre de arquero y alma de cantante

Historias de acá

Tiene siete años, es sobrino del goleador Leandro Díaz y pinta para crack del cuarteto. Gracias a la música ha podido superar un problema de dicción y sus canciones ya se viralizan en las redes: "Canta todo el día… llega un momento en que aturde". Mirá su videoclip.

Iker grabando en el estudio Esencia.





- Han quemado a un señor afuera.

Era junio en Tucumán y era la noche de San Juan. Como todos los años y siguiendo con la tradición, en las calles de Villa Amalia quemaban muñecos. Iker Díaz tenía apenas tres años y estaba asustado por lo que acababa de ver. Su papá y su mamá trataron de contenerlo y de explicarle, pero esa experiencia traumática había dejado su huella. Comenzó a hablar con dificultad, las palabras se le atoraban, tartamudeaba. Tuvo que hacer un tratamiento con una fonoaudióloga, pero lo que más lo ayudó a superarlo fue la música. A los cuatro años ya cantaba los cuartetos que escuchaban su padre y también su abuelo. Hoy, a los siete, el niño tucumano entona sus propias canciones, graba videoclips, recorre los escenarios y se viraliza en las redes sociales. Ya pide pantalla en Elegidos.

En Villa Amalia, todos conocen a los Díaz como una familia de estirpe futbolera. No sólo por el tío de Iker, el ex goleador decano “El loco” Leandro Díaz de presente en Estudiantes de La Plata. Su bisabuelo, Miguel Ángel Díaz, integró el primer plantel de Villa Amalia que logró consagrarse campeón; su abuelo, Miguel Rodolfo Díaz, fue arquero de la primera de Villa Amalia al igual que su papá, “El Colo” Maximiliano Díaz, de pasado en el club del barrio y en las inferiores de Independiente de Avellaneda, también como arquero. La fascinación por el puesto y su idolatría por Iker Casillas, quien supo ser el arquero del Real Madrid y de la selección española, se reflejó en el nombre de su segundo hijo. Iker, nuestro Iker, juega en la escuelita de fútbol de Villa Amalia, pero abjura del arco propio para encandilarse con el arco ajeno. “Donde lo pongan él se va para arriba… juega de delantero por los costados”, revela El Colo Díaz de 33 años.

En la casa de los Díaz siempre se escuchó cuarteto. Miguel Rodolfo, el abuelo de Iker, es admirador de ídolos de la talla de Gary, El Monstruo Sebastián y Miguel Conejito Alejandro. Maximiliano Díaz, su papá, hace tronar los parlantes al ritmo de El Potro Rodrigo y de Ulises Bueno. “Si escuchaba música clásica, capaz que ahora bailaba con esas zapatillas de punta, pero ojo que yo escucho de todo. Él cuando era más chiquito ya cantaba, si yo escuchaba Ulises Bueno, él cantaba las canciones de Ulises. Te digo la verdad, como padre, Yo quiero que sea Martín Palermo, pero le gusta cantar a él”, confiesa El Colo quien, cuando no está atajando en algún torneo amateur, escribe las letras de las canciones de la joven promesa de la música tucumana.  


“Canta todo el día… llega un momento en que aturde. Todos somos futbolistas aquí, pero, de un día para el otro, le ha empezado a llamar la atención la música”, revela entre risas a eltucumano.com Maximiliano Díaz. Pero ese afán por la música empezó cuando Iker conoció en su barrio al cantante de la banda EGVeinte, Esteban Galván. El Colo solía pasar con Iker por el frente de la casa de Esteban, en la avenida Eudoro Aráoz al 900. Cada vez que cruzaban por ahí en moto escuchaban a la banda tocando. Iker le insistía a su padre para ver de qué se trataban esos sonidos. Así fue que se hizo habitué de los ensayos y se fue aprendiendo todos los temas de la banda: “Cuando empezamos a ir a los ensayos, Esteban lo hacía cantar y me decía: a este chiquito yo le veo futuro. Estoy muy agradecido con él porque Iker es chico todavía, tiene siete, pero al menos ya encamina para algo bueno. Hace fútbol y taekwondo también. Hace un mes, mis viejos le regalaron un piano y ahora está yendo a clases de canto y piano, se vuelve loco con eso”.

Esteban Galván fue fundamental para que Iker grabara sus primeras canciones. También su papá, quien escribió los temas: “Se acercaba el día de la madre y me puse a escribir un tema pensando en mi mamá. Se lo hago escuchar a Esteban y me dijo: me gusta, lo grabo”. “Mi mamita” es el nombre de esa canción que llegó hasta Córdoba, la capital mundial del cuarteto, y recibió la bendición de Facu Gutiérrez, líder de la banda Facu y La Fuerza y referente de la movida cuartetera. Después de esa primera composición, fue Johana Sueldo, la mamá de Iker, quien insistió para que El Colo continuara escribiendo canciones: “Mi señora me decía: cuándo le vas a grabar un tema a Iker”. Así surgió “Quiero darte un besito”, el tema cuyo video fue subido por la fanpage Prensa Tucumán ya explota en las redes sociales. 

Iker junto al músico Esteban Galván. 

“Uno se va sorprendiendo día a día, él ha empezado con que le gustaba la música y tiempito después ya cantaba. Creo que se han ido dando las cosas, uno no dice: ojalá mañana lo contraten a mi hijo en Córdoba. Esto es algo nuevo para nosotros, él tiene siete y voz de niño todavía, pero, si a él le gusta, ojalá se le dé. A mí, sinceramente, me parece que esto va a ser para renegar. No es nada fácil el mundo de la música, se apoya poco a los artistas de acá”, comenta El Colo. El sábado pasado, Iker hizo su primera gira como cantante invitado por el solista Jorge Ponce a Catamarca. También le prometieron que el videoclip de “Quiero darte un besito” llegará ponto a la meca de la música tropical tucumana: la pantalla de Elegidos. Con sus siete años, el joven cantante va por más y aspira a estar en el piso del programa con sus canciones. Su futuro artístico es promisorio.


Iker aprovecha una pausa en la grabación del próximo videoclip que lo tendrá de protagonista y encara un rosquete de esos que son la delicia en las meriendas de Villa Amalia. Se trata del próximo video de EGVeinte, una versión de la canción “Yo soy tu padre” de Daniel Lezica de la que participa como invitado. Deja de lado por un momento el delicatesen y con la cara embadurnada de merengue atiende al diario en lo que es acaso la primera de sus entrevistas como artista. Es escueto, pero contundente en sus definiciones, como cuando asegura que es hincha de Boca y de Villa Amalia, como su papá y su tío Leandro y como todos o casi todos los Díaz.

- ¿Te gustaría dedicarte a la música?
- Puedo ser cantante, futbolista, taekondista… pero me gusta más cantar y tocar el piano.
- ¿Cómo quién te gustaría cantar?
- Como Esteban Galván.
- ¿Te da vergüenza o miedo cantar delante del público?
- A veces sí, a veces no.
- ¿Qué dice la gente cuando te escucha cantar?
- La gente me felicita, le gusta como bailo también.

El Colo, papá y letrista de Iker, no sabe cuál será el futuro de la carrera artística de su hijo. Quiere que él elija su camino, pero siempre será un agradecido por la forma en que la música ayudó al niño a superar su problema de dicción: “Él tenía un problema serio. Antes, prácticamente no podía hablar y, desde que empezó a cantar, se le fue yendo ese tartamudeo que tenía”. Con voz de niño, nombre de arquero y alma de estrella, Iker sigue cantando. Mientras canta, continúa sanando.

Escuchá cómo canta Iker: