"Aquí estoy": Luis fue a la escuela de pollera en Alberdi y rompe el silencio
HISTORIAS DE ACÁ
El alumno de la Escuela Técnica de Alberdi fue al acto de colación con el uniforme escolar con una pequeña modificación que causó revuelo nacional. Qué le dijo el director y qué pasará mañana en la escuela.

Luis Villafañe.
"En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política. La homofobia y el machismo en las instituciones escolares EXISTE. Y todxs lxs que no cumplimos con la heteronorma estamos y estaremos expuestxs a recibir violencia institucional desde que empezamos a cursar hasta el momento en el que nos egresemos (si es que nos dan la posibilidad de hacerlo). Como sociedad tenemos que visibilizar y repudiar toda esta clase de acciones, por nosotrxs y por lxs que vienen. NO NOS CALLAMOS MÁS!!!"
El manifiesto fue publicado por Luis Villafañe el jueves a las 11, con la foto que escandalizó y enorgulleció a muchísimos seguidores del joven egresado de la Escuela Técnica en Juan Bautista Alberdi, Tucumán: birrete negro en la cabeza, camisa blanca arremangada, corbata y pollera gris. Irreproducibles algunos, elogiosos otros, Luis habla este domingo con el tucumano después del revuelo nacional que causó la publicación.
“Aquí estoy. Ya mucho más tranquilo. Sobre todo con el director de la escuela, quien me pidió disculpas. Se le fue un toque el tono al verme llegar con la pollera: ‘¡Te tenés que ir!’, me dijo. Nunca imaginé la repercusión que podía tener el hecho. Lo había decidido desde hace unas semanas, con mis compañeres, pero lo que pasó después de subir la foto superó todo lo pensado”, explica Luis, quien está terminando de ultimar detalles para la manifestación de apoyo que recibirá este lunes en la puerta de la escuela.
La pollera en cuestión que Luis usó en el acto de colación la llevó en la mochila desde su casa: “No salí de mi casa vestido así por mi familia, que no me apoya. Me preguntaban por qué lo hice cuando se enteraron. Me dijeron que no les parecía lo que había hecho y representaban muchos de los comentarios que se compartían en las redes sociales”.
La repercusión de la pollera de Luis, así como lo leen, vuelve a asombrar al protagonista y dice mucho de lo que somos, pensamos y juzgamos como sociedad toda a esta altura de la vida: “A lo sumo pensé que se compartiría un par de veces en el pueblo, pero impactó. Todo lo que escribí en el posteo es lo que he sentido en este tiempo: la violencia escolar patriarcal existe y sobre todo la sufren generalmente mujeres”.
Luis explica que desde que terminó el acto de colación hasta que llegó a su casa el celular empezó a vibrar sin pausas: “Leí comentarios todo el tiempo. Los más que pude. Me asusté un momento en la presión de las llamadas, pero después se pasó. Me causaron gracia algunos comentarios, el problema no es la pollera ni lo que hice. El problema es que muchos críticos quieren quedarse ahí, en el tiempo, en el pasado, en volver a las cosas como antes”.
Mientras Luis ya piensa en la mudanza de Alberdi a San Miguel de Tucumán para estudiar Psicología en la Universidad Nacional de Tucumán, hay un recorrido que se realizará este lunes que incluirá la plaza principal y después la escuela. Pasó todo el fin de semana de la foto que causó lo jamás pensado: muchísimo apoyo, pero muchísimo en serio, desde distintos sectores de la sociedad y también críticas en el establecimiento y en la propia familia: “Me la pasé llorando, pero ya está. Sigo pensando que es muy bueno ser la oveja negra de la familia. Y que tenemos que hacer ruido. Somos las voces de quienes estuvieron mucho tiempo reprimidos. Y ese ruido tenemos que hacerlo escuchar. Digan lo que digan. Le guste a quien le guste”.
El manifiesto fue publicado por Luis Villafañe el jueves a las 11, con la foto que escandalizó y enorgulleció a muchísimos seguidores del joven egresado de la Escuela Técnica en Juan Bautista Alberdi, Tucumán: birrete negro en la cabeza, camisa blanca arremangada, corbata y pollera gris. Irreproducibles algunos, elogiosos otros, Luis habla este domingo con el tucumano después del revuelo nacional que causó la publicación.
“Aquí estoy. Ya mucho más tranquilo. Sobre todo con el director de la escuela, quien me pidió disculpas. Se le fue un toque el tono al verme llegar con la pollera: ‘¡Te tenés que ir!’, me dijo. Nunca imaginé la repercusión que podía tener el hecho. Lo había decidido desde hace unas semanas, con mis compañeres, pero lo que pasó después de subir la foto superó todo lo pensado”, explica Luis, quien está terminando de ultimar detalles para la manifestación de apoyo que recibirá este lunes en la puerta de la escuela.
La pollera en cuestión que Luis usó en el acto de colación la llevó en la mochila desde su casa: “No salí de mi casa vestido así por mi familia, que no me apoya. Me preguntaban por qué lo hice cuando se enteraron. Me dijeron que no les parecía lo que había hecho y representaban muchos de los comentarios que se compartían en las redes sociales”.
La repercusión de la pollera de Luis, así como lo leen, vuelve a asombrar al protagonista y dice mucho de lo que somos, pensamos y juzgamos como sociedad toda a esta altura de la vida: “A lo sumo pensé que se compartiría un par de veces en el pueblo, pero impactó. Todo lo que escribí en el posteo es lo que he sentido en este tiempo: la violencia escolar patriarcal existe y sobre todo la sufren generalmente mujeres”.
Luis explica que desde que terminó el acto de colación hasta que llegó a su casa el celular empezó a vibrar sin pausas: “Leí comentarios todo el tiempo. Los más que pude. Me asusté un momento en la presión de las llamadas, pero después se pasó. Me causaron gracia algunos comentarios, el problema no es la pollera ni lo que hice. El problema es que muchos críticos quieren quedarse ahí, en el tiempo, en el pasado, en volver a las cosas como antes”.
Mientras Luis ya piensa en la mudanza de Alberdi a San Miguel de Tucumán para estudiar Psicología en la Universidad Nacional de Tucumán, hay un recorrido que se realizará este lunes que incluirá la plaza principal y después la escuela. Pasó todo el fin de semana de la foto que causó lo jamás pensado: muchísimo apoyo, pero muchísimo en serio, desde distintos sectores de la sociedad y también críticas en el establecimiento y en la propia familia: “Me la pasé llorando, pero ya está. Sigo pensando que es muy bueno ser la oveja negra de la familia. Y que tenemos que hacer ruido. Somos las voces de quienes estuvieron mucho tiempo reprimidos. Y ese ruido tenemos que hacerlo escuchar. Digan lo que digan. Le guste a quien le guste”.
En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política. La homofobia y el machismo en las...
Publicado por Luis Villafañe en Jueves, 10 de diciembre de 2020