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"Me dijeron que mañana me quedo sin trabajo": Matías, su bebé y un ruego

HISTORIAS DE ACÁ

Vive en una pieza con Yael, de cuatro meses, y la mamá. Todos los días se despierta a las 6 y se toma el colectivo para ir a folletear a El Colmenar. Qué necesita, qué ofrece y cómo ayudarlo.

Matías y Yael. Todo por él.





Matías Albarracín vive en una piecita de dos por dos con su compañera y el pequeño Yael de apenas cuatro meses. Tiene 19 años y ese bebé es su motor para sacar fuerzas de donde a veces no encuentra y salir a buscar literalmente el pan de cada día. Porque Matías es joven, pero a veces la vida no avisa cuándo golpea y cuándo no: “Mañana me quedo sin trabajo, pero por mi bebé no me puedo caer”.


Matías no tuvo la suerte de completar el secundario: “Desde los 12 años trabajo. Ayudaba a mi tío a cuidar autos. Coseché limón, vendí gaceta, lavé autos. Yo vivo en Villa 9 de Julio y ahora estaba folleteando en El Colmenar. No tengo problemas para ir a trabajar adonde sea. Pero esta mañana me avisaron que me largan porque están levantando zonas”.


Hay un pensamiento que lo acompaña a Matías desde que se despierta a las 6 de la mañana: “Es mi hijo. La leche y los pañales. Estamos contentos con ser papás. Es una bendición este bebé. Pero también es una presión conseguir las cositas que necesita. A la leche la hacemos durar seis días. Pero te juro, amigo, y la gente que lea la nota lo va a saber: no alcanza”.


Matías toma una jarra de mate cocido con tortillas cuando hay, sale de su pieza en Villa 9 de Julio, trata de no hacer ruido para despertar a su bebé, su compañera se queda cuidándolo, y va a tomar el 5 que lo deja en la Francisco de Aguirre, antes de la Escuela Belgrano: “Ahí empiezo a caminar hasta que llego a la empresa y salgo a folletear por la William Cross. Gano 400 pesos por día, pero me pagan por semana. No me quejo de nada. Pero es que con el colectivo ya me queda poco. Gasto en dos boletos y el resto es todo para el bebé”.


Hoy Matías despertó con la noticia que muchísimos tucumanos y tucumanas han recibido en los últimos tiempos: se queda sin trabajo: “Estaba pensando en volver a vender gaceta, o ser seguridad barrial, pero sí o sí necesitan que tenga un medio para movilizarme. Por eso estoy pidiendo una bici, pero cualquier trabajo para mí va a estar bien: tengo que comprarle la leche”.


Si no tiene movilidad, Matías camina: “Ya me veía venir que la folletería no iba a durar mucho más. Me fui aquí nomás, hasta la plaza Urquiza a lavar autos. Pero cuando volvía a mi casa se bajaron de una moto y a punta de pistola me sacaron el celular y me robaron los 150 pesos que había hecho. Por eso si alguien tiene una changa para ofrecerme pueden llamarme al teléfono de mi hermana 3815 67-0742. Me gusta trabajar de lo que sea, cualquier cosa pero siempre con valores. Me lo enseñó mi familia. El mal camino es más rápido, pero nunca se me ocurrió tomarlo como opción. Pese a las cosas que siempre faltaron en la casa, nunca faltaron los valores. Y eso también quiero enseñarle a Yael cuando sea grande”.

La familia.