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"Es desesperante": Pilar venció al Coronavirus, pero cuenta qué le pasa en su casa

HISTORIAS DE PANDEMIA

La hisoparon el 10 y el 18 le confirmaron que era positiva de Covid-19. Ya recibió el alta de la enfermedad hace 14 días, pero el alivio no llega cuando cocina ni cuando duerme. ¿A alguien más le sucede? Su testimonio más valiente y su mayor deseo.

Con o sin barbijo, Pilar no huele. Cuando recupere el sentido, arroz con pollo.





“Me hisoparon el 10 y el 12 perdí el olfato. Antes de hisoparme, me dolía el pecho y me costaba respirar. El 18 recién supe que era positivo. A comparación de otras personas con Coronavirus, lo mío fue leve: fatiga, dolor de pecho, no mucho más”.


María Pilar habla este domingo a la tarde con el tucumano después de haber publicado qué le está pasando después de haber recibido el alta: “Nunca me habían llamado del Siprosa, me fijé en la página de internet, hasta que recibí el alta. Cuando me llamaron del Siprosa, les dije que seguía con falta de olfato. Me respondieron que pasados 14 días tenía que pasarme y volver a oler. Pero ya pasaron 24 días y sigo sin olfato”.


Para descartar efectos colaterales, Pilar siguió los pasos médicos: “Me hice una placa en el caps y no tengo ningún problema en los pulmones. Pero ya son 24 días sin olfato y para mí es un sentido muy importante especialmente porque como ama de casa cocino para mi familia. Lo único que puedo distinguir es lo dulce de lo salado, pero nada más”.


Famosa por sus pizzas caseras y los guisos de arroz con pollo, Pilar relata: “Hay veces que estoy haciendo otras cosas y me olvido cuando hago pizzas y, como no huelo, se me quema la pizza. Se me quemaron cosas. O también me pasa que mi hija todavía usa pañal, no avisa, y no siento el olor. O vuelvo a mi casa, piso excremento de perro sin darme cuenta, todos me dicen situaciones cotidianas que me complican la vida”.


Uno de los efectos post Coronavirus, sabe Pilar, es bajar de peso: “No te dan ganas de comer nada. Diferenciás lo que estás comiendo porque lo estás viendo y sentís la textura, pero no por el sabor. Al principio tenía que poner mucha sal para tratar de sentir algo, pero ahora hago que cada uno le ponga sal. Insisto: es difícil para una ama de casa”.


La situación de Pilar también trasciende a la comida: “Un día estaba durmiendo, entra mi pareja, y me dice: ‘Te vas a asfixiar, no se puede respirar, te podés intoxicar’. Había prendido un espiral de los verdes para los mosquitos. Estaba la pieza llena de humo y, como no olía, no me daba cuenta de nada”.


¿Qué le dijeron los médicos? “Que es normal, que esto tarda. Vi que a varias personas les pasa lo mismo. Siempre tranquiliza saber que no sos la única que está pasando por estas cosas. Pero es desesperante. Me gusta tomar mate, pero solo siento el agua con azúcar. Me gusta ponerle yuyitos y esas cosas al mate, pero no siento nada. Hay un tratamiento que indica que a los 17 días del alta tenés que ir oliendo cosas suaves, pero también leí que todo puede ser una cuestión de la mente”.


Como siempre, en las buenas y en las mañanas, hay toda una familia que apoya a Pilar: “Ellos están detrás mío. Cuando salgo a trabajar, le pregunto a mi pareja si me siente el olor a perfume. Me dice que sí y le digo: ‘Vos vas a ser mi nariz’. Lo único que espero es el alivio de volver a oler. Lo que más extraño es el olor a café. Cuando todo pase, me imagino volver a oler para disfrutar de la comida. Y hay muchas cosas ricas, pero ya sé cómo lo voy a festejar: con un rico de arroz con pollo. Así quiero festejar cuando vuelva a oler”.