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Una científica tucumana fue premiada por realizar la mejor tesis del país

CIENCIA DE ACÁ

Carmina Pérez Bertolli tiene 27 años y es física recibida en la Universidad de Buenos Aire (UBA), es becaria del Conicet y está terminando su doctorado en astrofísica. Un trabajo suyo fue elegido como el mejor del país por la Asociación Física Argentina (AFA).





Carmina Pérez Bertolli es una científica tucumana de 27 años de edad que fue premiada por la Asociación Física Argentina (AFA), como autora de la mejor tesis de licenciatura de física de toda la Argentina.

El reconocimiento le llegó en el marco de la entrega de premios Luis Másperis 2020 por su trabajo titulado “Estimación del flujo de muones en el laboratorio subterráneo Andes", cuyos directores fueron los investigadores Hernán Asorey y Christian Sarmiento-Cano.

En una entrevista con el diario Página 12, la tucumana comentó: “El premio al que me postulé es a la mejor tesis de Licenciatura en Física de todo el país. Se presentaron personas que habían entregado su trabajo final durante el último año en el marco de esta carrera, así que tuve suerte porque gané”.

“la verdad que para mí es una alegría enorme; además fue inesperado. La reunión de la AFA se realiza todos los años, habitualmente para septiembre. Siempre se desarrolla en una provincia distinta, en 2020 tocaba Córdoba pero por la pandemia, por supuesto, no se pudo viajar y se suspendió el evento presencial”, contó.

Pérez Bertolli confesó que no esperaba obtener el galardón: “Me sorprendió un montón y me puso muy contenta; el nivel de las otras tesis con las que competí era fantástico. Había concursantes de todos lados y con abordajes que realmente tenían mucha calidad en diversas áreas”.

“En mi caso, investigué acerca del Laboratorio Subterráneo Andes, que se encuentra debajo de la Cordillera en la frontera entre Argentina y Chile. Tiene una profundidad de 1700 metros y está blindado por roca, roca y más roca”, introdujo.

“Está bajo tierra para cumplir con un objetivo fundamental: aislarse lo máximo posible para el desarrollo exitoso de experimentos extremadamente sensibles. Precisamente, en mi tesis presenté algunos cálculos que son muy importantes para la calibración de esos experimentos de neutrinos, rayos cósmicos y materia oscura que allí se plasman. Poder estimar cuál será la señal de radiación cósmica y de ruido de muones que habrá en el lugar es clave para el crecimiento de un campo como la física de partículas. También se diseñan experimentos de geología, ambiente y biología pero no tienen tanto que ver con mi experticia”, explicó.

La tucumana es física recibida en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y está terminando su doctorado en Astrofísica en el Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas (ITeDA), dependientes de la Universidad Nacional de San Martín la Comisión Nacional de Energía Atómica y el Conicet (entidad de la cual es becaria).

En este sentido, ella revela que es lo que le apasiona sobre su carrera: “Para empezar, me fascina y me estremece al mismo tiempo el hecho de que como humanos formemos parte de algo tan grande y tan poco descubierto como es el universo. Hay tanto por hallar que me parece alucinante; de la misma manera que ocurre con la matemática. Es impresionante que una sola herramienta nos ayude tanto y tan bien a modelar y a comprender la forma en la que se comporta la naturaleza. Siempre fui muy curiosa, aunque en realidad cuando era adolescente me gustaba un poco de todo, leía prácticamente lo que encontraba”.

De hecho, Pérez Bertolli no tuvo en claro su vocación de entrada: “Cuando terminé la secundaria me metí en artes escénicas. Venía bien, pensaba que era lo mío, hasta que mi hermano me prestó el libro El gran diseño de Stephen Hawking y ahí todo cambió. Me rompió la cabeza en verdad, tanto que cada vez quise saber más y más. Luego, recuerdo, me leí todos los libros de matemática de Adrián Paenza. Hasta que en un momento tanta curiosidad se transformó en pasión. Dejé el teatro y empecé física, un cambio enorme” relató.

Para ella el arte y la ciencia están muy emparentadas: “En la ciencia también hay muchísima creatividad y sensibilidad. El único motivo que explica el hecho de pasarte horas y horas haciendo experimentos es la fascinación, es algo más que la razón. Días enteros analizando datos para encontrar posibles respuestas; preguntas que te consumen la vida, ahí también hay emoción. Ahí también hay pasión, hay ciencia pero también hay arte”.

Para finalizar, la física tucumana opinó sobre las complicaciones que las mujeres sufren en el ambiente científico: “Debo decir que durante la carrera no he sentido grandes obstáculos por el hecho de ser mujer, aunque sí hay compañeras que los tuvieron. Por ahí tuve suerte ya que no me topé con ninguna situación desagradable. El machismo es cotidiano para nosotras, estés en una carrera dominada por hombres o no. En Twitter he recibido muchos mensajes muy lindos y otros muy machistas, comentarios denigrantes”.

“Todavía no hay igualdad, porque si yo hubiera sido un pibe que ganaba el premio no hubiera recibido todo este tipo de comentarios. Me parece que no alcanza con que tengamos los puestos, los cargos, los títulos, ni las distinciones. A ninguna mujer se le debe faltar el respeto bajo ninguna circunstancia y nuestra imagen no es algo que los hombres tengan que evaluar. Nosotras no somos el objeto de evaluación de nadie. Tenemos que pelear por eso, para sentirnos respetadas”, concluyó.