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"Le escupieron la nuca y perdió": Damián vio cómo atacaron las mecheras y se hartó

HISTORIAS DE ACÁ

Iba en el 8 cuando todo pasó ante sus ojos y ayer las volvió a encontrar en el microcentro tucumano: "Las Brito y las Silva se mueven en grupo. Las conozco a todas. Están esperando la presa, miran las mochilas, las carteras, las bolsas y no paran de moverse". Qué dice la Policía y cómo roban.

En cualquier lado puede aparecer una mechera.





Damián venía en el 8 por la San Juan cuando las vio: “Rodearon en U a un chico que salía de trabajar en traje. Le escupieron la nuca del lado izquierdo, todas las que lo rodeaban miraron hacia arriba como si alguien estuviera escupiendo desde un balcón, el chico hizo lo mismo y en ese momento le metieron la mano en el bolsillo y le sacaron el celular”.


Todo lo que le relata Damián esta tarde de viernes a el tucumano sucedió en segundos: todavía no había arrancado el 8 y la escena siguió: “El chico se dio cuenta que lo habían robado en el acto y entre las mismas mecheras lo desorientaban: ‘¡Se fue para la Salta!’, le decía una. ¡No, se fue para la 25!’, le gritaba otra. Así se mueven. En grupo de seis. Yo las conozco a todas y ayer las volví a ver y me harté”.


Damián realizó una publicación sin filtros sobre el comportamiento de las mecheras que pululan en las calles céntricas y El Bajo y ahora, más tranquilo en este diálogo, cuenta: “Lo voy viendo hace muchísimo. Es impresionante cómo crecieron en los últimos dos años. Ayer fui al centro con mi mamá y mi hermana. Fuimos a comprar las cosas para el cumple de mi sobrinito. Estábamos viendo las cosas en la Córdoba y Junín, cerca de Paseo Macarena y ahí estaban: las famosas Silva”.


“Estaban agazapadas, buscando la presa: miraban mucho las bolsas, las mochilas, las carteras. Me quedo mirándolas para que tengan un poco de vergüenza, las veo cuando siguieron a alguien, me doy cuenta que no le pudieron robar, se fueron a la Mendoza y volvieron con las manos vacías. Se mueven todas juntas: son seis en total. Todas son morochas teñidas, pero una se destaca: es gorda y tiene el pelo corto”.


La bronca de Damián, como si a Tucumán le faltaran problemas, es que nadie se mete. Ni la gente pero, lo peor de todo, la Policía: “A una chica le pusieron una punta, se mueven con cuchillo. Mi mamá las vio y para intimidarlas le hicieron ver un cuchillo. Ayer una me miró, haciéndome frente, diciéndome: ‘¿Qué mirás?’ Desde que me quisieron robar en la Mendoza y Salta que ando con cuidado extremo. Me abrieron los bolsillos exteriores de la mochila, donde siempre guardo solamente papeles de caramelo. Fue un segundo: no sentí nada. En el morral llevo mis cosas de importancia y siento cómo van saltando con el movimiento de mi cuerpo. Cuando me robaron, vi la sombra detrás mío de una y a otra con el celular delante mío que no se movía. Inmediatamente me vi el bolso y si me robaron solo se llevaron los papeles de chicles y caramelos”.


“Desde entonces le pido a mi mamá y a mi hermana que cada vez que tengan que ir al centro me digan para que las acompañe. Además de las Silva, también están las Brito. Las Silva y las Brito. Son clanes de mecheras, son amigas entre ellas. La gente no se mete y se puede llegar a entender, pero tenemos que actuar nosotros porque la Policía no lo hace: está en connivencia con las mecheras".

"Un señor de un estacionamiento de la Córdoba vio cómo le robaron la billetera a un hombre mayor: el hombre del estacionamiento se cruzó a las dos mecheras, les dijo a dos policías dónde estaban y las policías le respondieron: ‘No vimos a ninguna mechera’, y se fueron para la Maipú sin dar mucha bola. Otros policías se excusan y te dicen: ‘No es nuestra zona’. Entonces creo que, sin hacer locuras ni de manera violenta, tenemos que meternos, involucrarnos con el tema. Que el miedo no nos impida hacerlo porque cada día hay más mecheras. Cada día son más”.