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"Me acuerdo y me emociono": le robaron la moto, pero la vida lo recompensó

MILAGROS DE ACÁ

Se llama Agustín y le dicen “El Cadete Solidario”. Esta semana conoció la solidaridad del lado de los que reciben. “No voy a decir su nombre”, dice sobre el misterioso benefactor al que llamó “Ángel”, quien le dio la mejor de las noticias. Conocé su historia.





“La moto tenía cinco meses, había pagado recién la quinta cuota y ahora tengo que pagar 13 más de algo que no tengo”, renegaba Agustín González, más conocido como “El Cadete Solidario”, en el programa ‘Tarde o Temprano’, que se emite por Radio Rivadavia Tucumán (97.1). 

Agustín, como su mote lo indica, trabaja haciendo repartos para una conocida empresa de delivery. El jueves, feriado por conmemorarse un nuevo aniversario de la Batalla de Tucumán, fue hasta la Plaza Urquiza como todas las semanas para hacer un poco de ejercicio. Dejó estacionada su moto entre calles Santa Fe y 25 de Mayo. Eran las 10:15. El sol brillaba a pleno, pero algo más brillaba por su ausencia: “¡La moto!”, pensó desesperado la ahora nueva víctima de la inseguridad en Tucumán, que sólo obtuvo negativas de parte de los encargados de los negocios de comida a los que solicitó acceder al material registrado por sus cámaras de seguridad.


La herramienta de trabajo de Agustín se había ido. Por ende, su trabajo también lo haría a menos que consiguiera otro móvil como reemplazo. Fue entonces que comenzó una campaña desesperada por redes sociales para dar con el paradero del rodado, una Honda Wave negra, chapa patente A117TTK. Apenas a horas de iniciar la movida, ocurría un verdadero milagro.

El llamado “Cadete Solidario” ganó su mote por organizar una serie de campañas solidarias, entre las que se destacó recientemente una colecta por el Día del Niño para chicos residentes en el barrio El Sifón, una de las zonas más vulnerables de la provincia. Y así, como dicta el karma, y más temprano que tarde, Agustín cosechó todo lo que sembró. En horas de la noche del mismo jueves en que sufrió el robo de su moto, recibió el llamado que le devolvería el alma al cuerpo y que le comprobaría –si es que acaso necesitara demostración- de que su accionar alguna vez tendría recompensa.

“Anoche (por el jueves), tarde ya, recibo una llamada. Me llamó una persona X que hasta ese momento no sabía ni cómo se llamaba. Me dijo que me llamaba mañana (por el viernes), que me quería ayudar”, les contaba el cadete a los conductores Agustín Reynolds, Cecilia Sosa y Laureano Zeta. “Me llamó y me dio la dirección de su casa, que tenía algo para darme que me iba a ayudar”, agregó.



Según el relato del propio Agustín, el misterioso benefactor le dio su dirección y le pidió que fuera hasta ahí. Una vez en el lugar, el hombre le contó que había tenido un accidente muy grave hace un año, que mucha gente lo ayudó para poder salir adelante y que, luego de muchos años, había logrado convertirse en padre. 

“Cuando me llamó anoche no lo creía, nunca se me pasó por la cabeza”, dice sobre lo que le esperaba y que, a continuación, revela con una felicidad interminable. “Me dijo que quería regalarme su moto”, reveló Agustín al aire de Rivadavia, ante la incrédula atención de sus entrevistadores. “Me dio las llaves de la moto, me dijo que me la regalaba, que busque los papeles porque quería que la moto esté a mi nombre”, detalló.

La moto es muy similar a la que tenía el “Cadete Solidario”. El dato que más llama la atención, y que habla del enorme gesto del benefactor al que Agustín decidió llamar “Ángel”, es que se trata de un vehículo prácticamente nuevo. “Me regaló una moto que tiene meses y lo único que me pidió a cambio es que no cambie, que siga ayudando, me dijo que no siempre los malos van a ganar”, recordó, emocionado.

“Vengo de un año que no ha sido muy bueno, pero aun así siempre trato de ponerle buena cara a todo”, relató el cadete, con algo de optimismo luego de recobrar su principal herramienta de trabajo. “Todavía no lo puedo creer; me acuerdo y me emociona”, concluyó.