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"Estoy vivo para cantar": el canto que inspira desde la terapia del Padilla

HISTORIAS DE ACÁ

Hace un mes que Franco está internado en el hospital. Sobrevivió a un terrible accidente vial. Su familia asegura que se trató de un milagro. Hoy el joven músico y profesor lucha por volver a su hogar, por volver con sus alumnos, por subirse nuevamente a un escenario. “La música es su inspiración en la vida y su motivo de vivir”, dice su hermano Marcelo.





El ruido blanco comienza a rodar. Es casi como el silencio, pero se lo escucha claro. Dura tan solo unos segundos. Lo interrumpe el sonido de la saliva acumulada que se extiende entre dos labios que se separan para romper un silencio inducido. Bip bip… Bip bip. Otros sonidos se suman. Son las señales que emite un monitor multiparamétrico que controla la tensión arterial, los latidos del corazón, la temperatura, frecuencia cardíaca y saturación de oxígeno. Finalmente, entre esa orquesta de agudos, surge una voz.

“Esta canción fue escrita acá en terapia del Hospital Padilla. La escribí con mucho amor, con muchas ganas de vivir... La canción dice así”.

Estoy vivo para cantar
Estoy vivo para soñar
Estoy vivo por mi hogar,
por mis hijos y por mi andar.


Vivo por mi extraña rareza
Vivo porque estás ahí
Esta saya con todo suena
Invitando a todos a salir a bailar.


Vivo por ti
Vivo por mí
Vivo por todos y bailemos feliz
Vivo por ti
Vivo por mí
Bailemos todos y bailemos feliz

Vivo por esta madre tierra
Vivo por los que todo lo dan
Vivo por lo que llevo en mis venas
La música que me invita a bailar.

Vivo por ti
Vivo por mí
Vivo por todos y bailemos feliz
Vivo por ti
Vivo por mí
Sayemos todos y bailemos feliz




La letra y la voz pertenecen a Franco Nacul, un joven músico, profesor y Técnico en Sonorización que hace un mes permanece internado en la Terapia Intensiva del Hospital Padilla. Sobrevivió a un terrible accidente vial sobre la Ruta 38, ocurrido el 25 de agosto pasado. Un siniestro que le arrebató a su pareja, Natalia. Estuvo en coma farmacológico desde entonces. Hace menos de una semana volvió a abrir los ojos y, entre otras cosas, a oír su propia voz. El miércoles 23 de septiembre, luego de asimilar su pérdida y de que su familia le contara lo sucedido, Franco pidió que le permitieran grabar un audio para enviarle a su madre a través de WhatsApp. Eran las 06:20.

“Dentro de todo lo que está pasando, es una de las cosas que le permite de salir adelante”, cuenta Marcelo Nacul, uno de los seis hermanos de Franco, sobre la canción que hoy recorre celulares de toda la provincia, como un mensaje de esperanza y agradecimiento. “Se inspiró en todo lo que está pasando; es una forma de agradecer a la gente que está pidiendo por él”, señala a eltucumano.com.

El audio original, que por estas horas también se difunde a través de Facebook, fue enviado por el propio Franco a su madre. Él le pidió que lo difunda entre familiares, amigos y conocidos como un agradecimiento por todo el apoyo recibido. 



“Recibimos miles y miles de mails, de llamados, de videos, gente que le acerca su música, inclusive el Oficial Gordillo le mandó un video, también una artista de Jujuy y, así, amigos, alumnos, profesores. Él mismo dice ‘yo no sabía que era tan querido’”, describe Marcelo, quien detalla que su hermano, antes del accidente, daba clases en tres escuelas y encabezaba un taller de música para niños y adultos mayores. 

Con evidente emoción, Marcelo revela a este diario las buenas noticias. Franco evoluciona favorablemente y sólo una cirugía lo separa de su hogar. “Hoy gracias a Dios evoluciona favorablemente, ya respira por sus propios medios, no tiene sondas ni fiebre y está de muy buen ánimo”, explica. “Ahora Franco se está estabilizando el tema pulmonar, tenía un hematoma en el riñón que ya se está disolviendo, tuvo una cirugía en el hígado, por eso hace cinco días que esta sin fiebre y hoy se le quitaron los antibióticos”, agrega con el orgullo de un padre.

Y es que Franco no es cualquier hermano para Marcelo. Es el que asistía a sus clases de canto lírico desde que estaba en la panza de su madre. Se podría decir que el amor por la música de Franco nació en esas horas de práctica y que Marcelo es una suerte de padrino musical. Un vínculo especial los une y en su voz se deja oír. Entre líneas, el orgullo aflora. Solo una vez tocaron juntos, recuerda. Aquella vez, no especifica cuándo, su hermano tocó la batería. Uno de las decenas de instrumentos que es capaz de interpretar. Subirse los dos al escenario nuevamente es, ahora, una de las tareas pendientes.

“Franco toca todos los instrumentos de viento, recibe enseñanzas de gente muy experimentada, pero lo de él es nato; lo lleva en la sangre”, lo describe. “Siempre estamos vinculados, me pide que le haga letra a las canciones y el las interpreta; y también hacemos al revés”, agrega.

Las horas pasan y la ansiedad crece. Sus padres, sus otros hermanos y 10 sobrinos esperan ver a Franco entrar por la puerta de la casa materna, en pleno centro de Concepción. Piensan subirlo en el coche bomba de los Bomberos de la ciudad, con la sirena sonando a todo volumen y toda la gente que rezó por su recuperación saludándolo a un costado del camino. Por supuesto, Marcelo admite que es una broma, aunque ganas no le faltan. La nostalgia es tanta y el momento tan delicado por la pandemia que la mente vuela y desea desesperadamente momentos felices. La tragedia golpeó duro a la familia Nacul y a la de Natalia, pareja de Franco. La música, en la voz del joven profesor, alivia, sana, brinda esperanza, inspira.

“Admiramos su fuerza de voluntad, su garra; es un ser de luz”, indica Marcelo, que ahora se refiere a todo el personal médico que atendió desde un primer momento a su hermano Franco. “Todo el personal del Hospital Padilla lo atendió muy bien desde el día que llegó, hay que sacarse el sombrero, estamos muy agradecidos con el equipo médico”, agrega
Por cuestiones sanitarias, la familia se comunica con Franco mediante videollamadas. Reciben un parte diario por la misma vía y cada tanto se turnan para viajar hasta la Capital para acercarle lo que necesite. 

A Marcelo le es difícil dejar de agradecer. Durante toda la entrevista, repite una y otra vez el enorme apoyo de la gente, lo acompañados que se sintieron como familia en medio de la tragedia. Pide que no dejen de orar. Dice “gracias”. Cuelga el teléfono y aguarda. La vuelta de su hermano está cerca y, mientras, escucha los versos del estribillo de la canción más linda que jamás oyó:

Vivo por ti
Vivo por mí
Vivo por todos y bailemos feliz