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"Quiero volver a dar buenas noticias": la ausencia de Silvina Saleme Posleman por la razón más importante

HISTORIAS DE ACÁ

Es la conductora del noticiero de canal 8 (Telefe Tucumán) desde hace 20 años, pero ni al mediodía ni a la noche la vemos en la pantalla desde hace meses. Rompe el silencio en una nota íntima y profunda a corazón abierto.

Elita y Silvina.





"¿Te parece esta foto de niña? Me parece que transmite mucho”, dice Silvina Saleme Posleman, la niña de la foto, la del lazo rojo, la de la sonrisa blanca y grande, la de los ojos cerrados para sentir más, todavía un poco más las manos de su madre, el abrazo de su madre, de Elita, la razón de todo lo que vive la periodista y conductora que por primera vez en 20 años no está en la pantalla de División Noticias, de Canal 8, de Telefe Noticias, de Telefe Tucumán, o como le dice ella a secas: “Del noti”.


La manos de esa niña son las manos de esta mujer que toman a su vez las manos de su madre más arrugaditas, a veces con una pulsera blanca alrededor de la muñeca cuando hubo que correr con el médico, y cerca, lejos de la pantalla, pero cerca de su mamá para cuidarla desde el 20 de marzo, cuando Silvina Saleme Posleman tomó una decisión de vida: “Lo hablé con el médico. Me dijo: ‘Si querés, andá a laburar. Pero estás muy expuesta por el canal, sí o sí estás en contacto con mucha gente que sale a los móviles. Y la verdad es que todos los días estoy con ella, y lo que menos quisiera es correr el riesgo de contagiarla”.


La decisión de Silvina, en un momento tan delicado y necesario para llevar la verdad a los miles y miles de tucumanos y tucumanas que miran su programa, no ha resultado para nada fácil. Tomó la decisión frente al espejo que suele posar para mostrar su look, sus accesorios, la bijou, el make-up, todo lo que lleva un sello distintivo, personalizado en Silvina. Fue ante ese espejo que, a cara lavada, con el celular en silencio, se vio, respiró profundo, cerró los ojos y cuando los abrió supo qué era lo que debía hacer: cuidar a su mamá. “Lo expliqué en el canal, y me están re mil bancando. Me ofrecieron que vaya en el auto, que lo deje en el estacionamiento del canal, que vaya al estudio sin contacto, que haga el noti y vuelva. Pero me dijo el médico: ‘Faltan dos o tres semanas para que esto se termine. Si aguantaste tanto tiempo, ¿para qué arriesgarte ahora que estamos en el pico?’”.


Cinco meses y 9 días han pasado desde aquel 20 de marzo, un día después del histórico anuncio del presidente Alberto Fernández que daba inicio a la cuarentena: “Al principio me costó un montón: seguía al aire vía zoom, hacía entrevistas con un toque distinto, pero no es lo mismo que el estudio: el delay, el sonido, todo se fue diluyendo, y empecé a pensar: ‘¿Qué hago”. Y a esa respuesta Silvina la encontró en la cocina impregnada por las especias y los sabores de su madre Elita, quien ya no cocina las sfijas ni las masas árabes que deleitaron por años las mesas y sobremesas de la familia pero que, con la magia de la receta escrita a mano sobre la hoja de un cuaderno a rayas, Silvina se tomó en serio un hobby y le dio forma a cosas muy ricas que relamen las bocas y dan ganas de romper la dieta o, a esta altura del año, sumar unos kilos más.


“Algo debía hacer para tratar de llevar la cuarentena: mucho trabajo mental, anímico, todo suma para capear el temporal en medio de este clima. Siempre poniéndole un poco de onda, con más ganas de la cuenta, y el propósito de despejar la mente. Me tomé en serio hacer cosas ricas y, como todo en mi vida, se dio por casualidad: hacía para mi casa comida árabe, sfijas, hummus, los dulces, las masas árabes. No me hacía falta, pero quería. Como mi mami no le paso la receta, comencé. La tengo a ella medio pachucha y cocino yo. Eso sí: por más que tengas las recetas, siempre hay un toque personal. Por suerte está gustando: al principio lo posteaba algún domingo, y empezaban los comentarios: ‘¡Yo quiero!’, ‘¡Yo te compro!’. Me empujaban: ‘Dale, no seas tonta’. Si lo hacés con amor, como todo en mi vida, sale bien, siempre dándole una vuelta de tuerca”.


Como pasa en las mejores familias, la primera persona que prueba un sorbo caliente con cuidado o un bocado es quien cocina: “Soy súper golosa, me encanta el chocolate. Debo haber aumentado como 50 kilos, siempre fue buen comer cosas ricas, las que a mí me gustan. Y para cocinar soy así: mezclo las cosas y terminan siendo la bomba. La receta es una columna vertebral, pero después podés irte por varios lados. Así como sueño con mi propia línea de ropa, ya estrené la marca: SSP repostería de autor”.


Mientras Silvina cocinaba y cuidaba a su mamá, su público se preguntaba con el correr de los días sobre su ausencia y los posteos en Facebook comenzaron a viralizarse: “Me mandaban millones de capturas preguntándome qué pasó. Quería salir a aclarar todo, pero entre una cosa y otra se me pasó. Me preguntaban: ‘¿Ya no estás más?’, ‘¿Te fuiste?’, parecía una cuestión de Estado. Es impresionante lo que es el imaginario: tomé la decisión de cuidar a mi mamá sin arriesgarla, y si bien estoy dentro de mi derecho, estoy re bancada en el canal”.


Las sensaciones que atraviesan a Silvina Saleme Posleman esta cuarentena es la misma que toca de cerca a miles de tucumanos y tucumanas: “Yo cuido mi laburo, pero mi familia está por encima de todo. La única vez que me ausenté fue por vacaciones que si no las tomaba, ya las perdía. Fue la vez que más tiempo estuve fuera del aire. Ahora sigo todo este tiempo del otro lado de la pantalla: cuido a mi mamá en todos los sentidos. No pongo el noti en casa. Los informativos no se ven. No es que mi mamá vive en una burbuja, pero con mis hermanos tratamos de no hablar de estos temas, de los nuevos casos ni nada”.


En este fin de semana, el primero desde que se anunciaron las nuevas medidas en Tucumán y los miedos se mezclan con el pesimismo, Silvina elige el optimismo y se despide de esta nota luego de chequear que todo esté bien en el dormitorio de Elita. Es entonces cuando la conductora vuelve a cerrar los ojos, respira profundo, y sonríe cuando imagina su regreso a la pantalla: “Mientras pienso en lo que decís, se me pone la piel de gallina. Aunque no parezca, aunque dé la imagen de llevarme todo por delante, soy una mina súper sensible: a diferencia de otros regresos míos a la televisión, ahora me imagino una vuelta diferente". 

"Siempre mis regresos superaron mis expectativas. Siempre pensé que quizás ya no les gustaba, pero recibía el cariño de la gente: ‘Te somos fieles’, me dicen. Ahora, la cosa no va a estar en ‘mi’ regreso sino en cuando llegue el fin de la pandemia y en el regreso de la normalidad a Tucumán, quizás de una nueva normalidad, pero normalidad al fin. Quiero volver a dar buenas noticias, con buenas nuevas, con motivos para sonreír. Con salud para todos, para mi mamá, para todos los tucumanos, para todos. Eso es lo que más quiero en la vida”.