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Víctor, el tucumano de los dedos fogosos que cantó reggaetón con Gardel

Historias de acá

Protagonista en los programas de la TV porteña y con éxitos que trascendieron las fronteras del país, Víctor Díaz es una gloria de la música tucumana. Con su guitarra tropical le cantó a Maradona y lo hizo incursionar en el reggaetón al zorzal criollo. La historia de una vida dedicada al ritmo.

Víctor compartiendo el escenario con Lía Crucet.





- ¿Cuántos años tiene Víctor?
- Mirá, a mí los grandes productores de Buenos Aires me enseñaron que nunca hay que decirlo porque a los artistas no se les pregunta la edad.

Con los antecedentes que lo preceden, a Víctor Díaz hay que tratarlo de usted. Aunque prefiere no ponerle un número a su trayectoria vital, son varias décadas las que lleva trajinando escenarios y componiendo canciones. Ha tocado junto a grandes estrellas de la música tropical como Lía Crucet, Miguel Ángel Vielmetti y Don Carlos y hasta se ha dado el gusto de hacerlo bajar un ratito del cielo a Carlos Gardel para hacerlo cantar sus tangos al ritmo del reggaetón. Sí, el zorzal criollo ha rencarnado gracias a este tucumano que ha vuelto a su provincia natal después de treinta años en Buenos Aires. El programa de Anabela Ascar en Crónica TV, el de Alejandro Fantino, el de Pamela David y Peligro Sin Codificar lo han tenido como protagonista con su música. El de los dedos fogosos y la guitarra tropical: ¿Quién es Víctor Díaz?  

“Vengo de familia de músicos… mi sangre, mis huesos, todo mi ser tiene música porque, cuando compongo, me brotan notas musicales inéditas de la mente. Armonías y armonías, sin parar... Me encanta tocar varios instrumentos y enseñar también… la música es mi vida”, revela el músico que toca 14 instrumentos diferentes y que ha incursionado en géneros tan disimiles como la cumbia, el tango, el reggaetón, el jazz y la música clásica. Virtuoso a la hora de tocar la guitarra, se ganó el nombre artístico de Víctor y sus dedos fogosos. Con sus manos ágiles, Víctor la hace cantar a la viola.

Junto al humorista Juan Verdaguer y otros grandes. 

Nacido en Yerba Buena y criado a una cuadra de la plaza Belgrano, a los 13 años ya tocaba la batería en la banda de su hermano: “Larry y los dinámicos”. De ahí la música lo llevaría a ser parte de “Vielmetti y su combo”, una de las bandas más emblemáticas que entonces tenía la música tropical en la provincia. Después integró el conjunto, como él le llama, de Henry Varela que hacía furor en los bailes del sur tucumano: “En esa época tocábamos toda la noche y de todo: tango, pasodoble, mambo, rumba, bossa nova… se hacía de todo. Había que estudiar mucho en esa época para tocar, no era como ahora que se hace un solo ritmo nomás”. Al poco tiempo, pasó a comandar su propia orquesta: “Víctor Díaz y su grupo Dilema”; banda que sonaba fuerte en las radios locales.

Y las primeras grabaciones, de la mano de otra leyenda de la música tucumana. Nada menos que “El Maestro” Avelino: “Cuando Avelino hacia furor en Tucumán, la empresa discográfica le pide que busque el mejor conjunto de Tucumán para ir a grabar a Buenos Aires y Avelino me busca a mí. Ese era el grupo de Víctor Díaz y cantaba María Nieves. Era todo música tropical, a los temas los componía Avelino y también participó en dos canciones tocando el saxo. Me acuerdo que en esa época te pagaban todo para ir a grabar: el viaje ida y vuelta, el hotel, todo de primera. Ahora, nadie te paga nada”.

Uno de los grandes éxitos de su carrera llegó en 1987 con el disco “Víctor Díaz y su maravillosa guitarra tropical” con el cantante Mario Marcelo como la voz principal. Con un futuro promisorio en la música, se trasladó a Buenos Aires donde formó parte de la banda de Lía Crucet cuando la estrella de la cumbia se encontraba en su zenit artístico. También fue el artífice de los primeros pasos de la cantante Violeta, cuyo álbum obtuvo disco de oro y de platino. También se fue de gira por distintos escenarios de Chile, México, Colombia, Bolivia y Puerto Rico. A Víctor y su música no había quien los detenga. También incursionó en otro rubro: puso una florería en Vicente López donde también daba clases de música. Se trató de la única florería música de Buenos Aires y de todo el país que no tardó en volverse famosa: “Era una florería medio artística, medio que era conservatorio también. Todo el mundo veía eso y llamaba mucho la atención, hasta me hicieron una nota de una página en Clarín”.

Víctor con el libro de Weiss.

Es abril de 2004 y nuestra mayor deidad futbolística, Diego Armando Maradona, se encuentra internada en la Clínica Suizo Argentina en Buenos Aires. El parte médico indica una crisis cardíaca agravada por una infección pulmonar. Diego está en un limbo difuso entre la vida y la muerte. Afuera de la clínica, los fanáticos del ídolo han montado un santuario improvisado: hay afiches, mensajes de aliento, crucifijos y banderas. Hay cámaras de televisión alerta todo el día y periodistas que hacen vigilia en el lugar. Hasta ahí se ha llegado Víctor con un afiche en el que ha escrito la letra de una canción que le ha dedicado: “Maradona sos el mejor”. Ese es uno de los primeros tributos de devoción popular que se irán acumulando en el lugar durante los once días de internación.  Pero el músico redobla la apuesta y graba un videoclip en el lago de los bosques de Palermo. Su homenaje tiene ritmo y rap. Lo que Víctor todavía no sabe es que su afiche y la canción serán incluidos en el libro “Cosecharás tu siembra” de la fotógrafa Valeria Weiss. “El libro se vendió en ocho países del mundo, quedé inmortalizado ahí”, recuerda ahora sin ocultar su orgullo.

Una de las habilidades artísticas de Víctor es su capacidad de componer canciones, así como lo hizo cuando Diego se jugaba una partida difícil, las letras y las melodías le surgen de manera casi instintiva. Tiene una relación visceral con sus obras, hay una parte de él latente en esos temas: “Mis canciones son como si fueran mis hijitos, las re quiero a todas. Me encanta escucharlas, en SADAIC ya tengo 65 canciones inscriptas. Además, tengo en cassette no sé… como 5000, un montón. Componía y grababa las melodías que me brotaban. Tengo miles y miles de melodías, una cosa de locos”.

Como si no le alcanzara con tantos escenarios recorridos a lo largo de los años, Víctor desembarcó en la televisión porteña. Fue cuando grabó como reggaetón los tangos de Carlos Gardel; un encuentro y un estilo insospechados que le abrieron de par en par las puertas de los principales canales del país. Así se gestó el dúo musical con el zorzal criollo: “Se me ocurrió porque en esa época se estaban haciendo muchas adaptaciones de canciones y, como yo manejaba todos los ritmos, me surgió lo del reggaetón. Tuve que trabajar mucho en mi mente para transformar el tango en reggaetón. Lo probamos en el estudio y salió espectacular. Fue como si Gardel viniera de los cielos a cantar conmigo un rato y se fuera de nuevo… fue una cosa de locos”. Primero fue la invitación de Anabela Ascar para su ciclo en Crónica TV, estudio al que volvería después varias veces. Siguieron Animales Sueltos, Peligro sin Codificar y el programa de Pamela David. El prime time se rendía a los pies de su música.


Lejos ahora de la gran ciudad, hace dos años y medio que Víctor volvió a sus pagos. Acá es el alma mater de la banda “Víctor Díaz y sus panteras negras” y continúa dando clases de música, otra de sus grandes pasiones: “Cuando voy a enseñar eso es para mí un cable a tierra. Es como si estuviera en un paraíso, lo disfruto y mis alumnos también. La armonía hace bien al cuerpo, a la mente y al espíritu”. Aquellos que quieran contratar sus servicios pueden hacerlo llamando al  3813886079 invita el músico. La vuelta a Tucumán estuvo marcada por la nostalgia, Víctor extrañaba a sus amigos y a las comidas locales como las empanadas, el locro y la humita. Según explica, la escena musical en la provincia no es muy generosa con los referentes de acá. De hecho, muchos de sus antiguos colegas se han visto obligados a cambiar de profesión. “Uno puso una carnicería, otro un quiosco, alguno maneja un taxi. Gracias a Dios yo puedo seguir en el rubro de la música y, cuando sale algún trabajo, siempre es bienvenido. Lo que pasa es que les hicieron un lavado de cerebro a las familias de acá y apoyan mucho más a los músicos de afuera y no a los tucumanos, en las otras provincias es al revés. Es una cosa de locos, es como si jugaran Atlético o San Martín acá contra un equipo brasilero y nosotros apoyáramos a los de afuera. Siempre es igual, a la plata se las llevan los de afuera y se edifican castillos a costilla de los tucumanos”, comenta Víctor Díaz, un hombre sin edad, pero con mucho ritmo sobre sus espaldas. 


Mirá los videos de Víctor Díaz: