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"Para mí" cumple 25 años: los secretos del himno tucumano

CANCIÓN DE ACÁ

Los Peces Gordos la incluyeron en su disco Corazón de Blues que se editó en 1995, hoy es uno de los temas más cantados de la provincia. Pablo Pacifico, su autor, revela la trama oculta tras la letra que emociona a varias generaciones.





Era un mediodía cualquiera del año 99, lo sé porque me preparaba para ir a cursar mi primer año del secundario. Estaba en la cocina de mi casa, cuando en la radio, que siempre estaba prendida, empezó a sonar una canción que me llamó la atención de entrada: la frase “los domingos a la canchan para ver a San Martín” me llevó a que apoyara la oreja contra el parlante para no perderme ni una palabra más de la letra. 

La canción hablaba de San Martín, pero también de delantales y secundarios, de Nito y Charly, de figuritas, de mujeres que enamoran en una mirada, de besos, de revistas Play Boy. La canción hablaba de mí, la canción era para mí. 

Alcancé a escribir el nombre del tema y del autor en algún papel que nunca más volví a encontrar, haciendo que volver a escucharla se convierta en una misión imposible. 

Tiempos después, en el 2005, o tal vez 2006, ya teniendo 20 años, el Flaco López, un compañero de la facultad, la cantó, guitarra en mano, en una terraza de barrio Ciudadela. Así la reencontré. Desde entonces no he presenciado nunca más una guitarreada donde no suene “Para mí”, la canción más linda que conozco y conoceré.

Hace 25 años, Los Peces Gordos la grababan en su legendario disco Corazón de Blues que también incluía El Blues del Barrio Oeste II, entro otros temazos: “Casi la dejamos afuera del disco, algunos integrantes de la banda no estaban de acuerdo con grabarla porque era muy diferente al resto de las canciones. Pero el dueño del estudio, que es un productor y músico de Peteco Carabajal, nos dijo ‘tienen que grabarla, porque va a ser éxito’. Así que una noche, Ya eran como las 4 o 5, la grabamos de una sola toma con guitarra y voz: Chechi Bazzano y yo”, cuanta Pablo Pacifico, autor de la pieza maestra que se convirtió en un himno que trasciende generaciones y que aún corre por las venas de miles de tucumanos.

“La compuse cuando tenía cerca de 20 años, nunca recuerdo bien los momentos exactos en los que hago las canciones. Pero sí sé que fue una de las primeras que hice y como no tenía tanta práctica, utilicé el recurso de escribir sobre mí mismo, de mirarme al espejo y plasmar eso, entonces salió una autobiografía con recuerdos muy cercanos y muy auténticos”, relata Pacífico.

Como lo anuncia en el primer verso, la letra habla de momentos de la vida de Pablo que bien podrían ser los de cualquiera: “Aprendí a tocar la guitarra con Sui Generis. Desde muy chico que soy fanático de San Martín y voy a la cancha. Me crie juntando figuritas y viendo Titanes en Ring. Fui al Colegio Sagrado Corazón donde al terminar la primaria se cambiaba de uniforme, dejando el delantal para usar un saco, como un símbolo de adultez”.

“Yo terminé la primaria el mismo año de la guerra de Malvinas y arranqué el secundario mientras volvía la democracia. Me tocó que cambios importantes de mi vida coincidan con momentos históricos del país y eso está plasmado en la canción”, agrega. 


“Creo que el éxito tiene que ver con que es auténtica y que cualquiera puede identificarse con ella, incluso, con los años ha trascendido las fronteras de la provincia porque creo que las vivencias son universales”, opina.

En tanto, sobre la estrofa que habla de un amor hacia alguien a la que acompaña “aunque viva para allá”, Pablo confiesa: “No es para nadie en particular, si no para una situación que era muy común en ese tiempo: Yo iba al Sagrado y vivía en barrio Piedrabuena, si quería ver a una chica del Huerto, Sarmiento o cualquier colegio del centro si o si debía desviar mi camino y llegar a casa, sin explicación, dos o tres horas más tardes de lo que correspondía”. 

Cualquier tucumano que se precie de tal, sabrá que un asado, hamburgueseada, choripaneada, juntada y/o tomación, no se completa si no hay quién, en algún momento de la noche, generalmente pasada las 4 am, saque una guitarra y cante Para Mí. En ese caso, es muy importante, fundamental e imprescindible que algunos de los presentes, este dispuesto a ejercer el rol de corista, secundando a la voz principal a la hora de estirar las “AAAA” y las “IIII” en las últimas palabras de cada verso del estribillo. Si algunas de las situaciones antes descriptas no se cumplieran, entonces el grupo no estaría integrado por tucumanos o, lo que es peor, por amigos. 

“Todos los fines de semana recibo audios o llamadas de algún amigo o conocido que me hace escuchar que están cantando mi canción”, confiesa Pablo, abonando a la teoría arriba descripta, incluso, se sabe que, en más de una ocasión, a falta de guitarra o guitarrero, la canción fue improvisada capela con el último fin de cumplir con el rito.

Acaso, Cuántas veces algún grupo de tucumanos, con el pecho inflado, habrá entonado esas estrofas en algún camping de la Quebrada de Humahuaca, en trance emotivo similar al que invade a los Pumas al cantar el himno.

“Yo pienso que las canciones no son de los autores sino de todos, de la gente la escucha y se la apropia”, dice Pablo y evidentemente, hay quienes se lo tomaron muy en serio, porque sabido es que hay quienes adjudican su autoría, tal vez con el fin de impresiona a alguna dama o caballero, desprevenido, que por haber nacido en otros pagos se ve, ingenuamente, conquistado ante los encantos de la canción más hermosa del mundo, a cuyo compositor, cree tener frente a sus ojos. 

“Una vez me llamó mi hermano desde Rosario que estaba en una guitarreada, donde unos muchachos decían ser los autores de la canción”, cuenta Pacifico entre risas, sabiendo que no fue ni la primera ni última vez que su composición sirvió para que otros se ufanen con ella.

Pablo sostiene que cada uno interpreta las canciones como puede y como quiere, dándole identidad propia: “En la cancha, un niño, hijo de un amigo, al que le gustaba mucho la canción me dijo: ‘Que tema que hiciste sobre los Santos y Palermo’, yo no entendía a qué se refería con Palermo, hasta que me explicó: ‘Yo soñé ser un Titán como Martín’. Él no lo conoció a Karadagian, pero si a Martín Palermo, su Titán”. 

La canción fue grabada por muchos músicos de diferentes lugares: “El tema se canta en Ecuador, Colombia, Perú, incluso Armenia, a veces no lo puedo creer, pero es así”, comenta Pablo que se enorgullece escuchando versiones de otros músicos: “Ahora la grabamos junto a muchos artistas a los que quiero mucho y eso me emociona. Yo aprendía guitarra con Lucho Hoyos, por ejemplo, y ahora él canta un tema mío”. 

“Uno de mis mayores orgullos es haber cantado Para Mí en los festejos del centenario de San Martín ante la Ciudadela repleta, nunca me voy a olvidar de eso, porque soy Ciruja de alma y pude estar en un escenario para toda la gente del Santo”. 

Hoy, las bondades de le tecnología hacen que el autor de esta nota, pueda escuchar Para Mí cada vez que quiera, la magia ya no está en encontrarla de casualidad en una radio o una guitarreada, sino en que, al escucharla, en un celular, Smart tv, o cualquier soporte, aún provoca eso en mi cuerpo, aún corre por mis venas, aún me pone una sonrisa en la boca. Gracias Pablo.