"Queríamos mostrarle ese Tucumán a nuestros futuros hijos"
HISTORIAS DE ACÁ
Pablo y Rina recorrían la ciudad con la cámara en la mano. Sus registros se viralizaron en las redes. La imperdible trama secreta detrás de los videos que muestran el centro tucumano en los años 90.
Pablo, Rina y la cámara JVC con la que inmortalizaron el Tucumán de los 90
Es un domingo de primavera, seco y agradable, todavía no llegó el calor que azotará por cuatro o cinco meses, como siempre. Dentro de un mes y chirola, Palito Ortega cumplirá un año como gobernador de la provincia tras aparecer como un conejo de la galera del PJ para arrebatarle lo que parecía un triunfo seguro a Bussi.
Es 27 de septiembre de 1992 y media ciudad está de fiesta porque San Martín acaba de conseguir un triunfazo en La Plata, gracias tres goles del Pajaro Juárez, frente al Gimnasia de Hugo Romeo Guerra, los jóvenes Mellizos Barros Schelotto y el Uruguayo Pablo Bengoechea.
En tanto, el Decano descansa luego de sufrir una goleada el día anterior en manos de Unión de Santa Fe. Fue 4 a 1 en contra para un equipo que todavía no digiere el penal atajado por Guillén unos meses antes.
Para Pablo Ortiz, que tiene 24 años, es un domingo agridulce, su Ciruja ganó, pero su San Lorenzo cayó ante Boca y perdió la punta. Sigue los partidos de reojo, o a medio oír, por la radio, mientras con su novia, Rina Tempel, prueban la cámara filmadora JVC que ella trajo de Brasil, aprovechando las bonanzas del uno a uno que había ideado Cavallo y ejecutado Menem. Todavía, entonces, no se veía venir el temporal que eso nos terminaría causando.
“Fuimos al Parque 9 de Julio a probar la cámara, y después cuando volvíamos a casa por la 25, yo iba manejando y le dije a mi novia que filme con el auto en movimiento para ver cómo quedaba”, explica Pablo Ortiz que compartió un video de 1992 en el que se ve la calle 25 de mayo desde la Córdoba hasta que se convierte en 9 de Julio, pasando la Plaza Independencia.
En el recorrido se ven los autos estacionados donde hoy hay una semipeatonal, se destacan algún que otro Falcon, Galaxy o Duna, entre otros modelos que marcaron una época. El anochecer de un domingo agitado permite que resalten las luces neón tan características de aquellos años, carteles de MC Center, Piombino o Castillo sobresalen en el paseo más popular de nuestra ciudad.
En la esquina de peatonal Mendoza, el eterno Café 25 luce lleno, al lado de una casa que vende ropa y anuncia la marca Legacy. Más delante, en la vereda del frente alcanza a verse la reluciente entrada a la Galería de La Fuente, donde hoy está el “Minicuotas Ribeiro”.
En la cuadra siguiente no cambia tanto el paisaje: la Plaza Independencia, la Casa de Gobierno, el edificio con las pintadas de gaseosas, y Blue Bell, persisten como si el tiempo no hubiese trascurrido. En la esquina de 24 y 25 puede verse a la vieja y gloriosa Recova, una confitería donde cafetear y veredear con vista al viejo Grand Hotel Corona, eran sinónimos de placer. Hoy una pizzería muy conocida y un edificio abandonado es lo que queda en aquellas dos emblemáticas ochavas.