Top

"Pensaba que sólo pasaba en las películas": conquistó a un tucumano y rompe el silencio

HISTORIAS DE ACÁ Y ALLÁ

Es la joven fanática que hace cuatro años había ido a un recital de Los Manseros Santiagueños en Jesús María. Hace unos días, un tucumano la descubrió, a través de un video de YouTube. La noticia llegó a su vida hoy cuenta como sigue la historia.

Pilar Ferrary junto a su hija Uma, a comienzos de este año.





“Ayyyy tengo un enamorado, muerooo”, es la frase acompañada de dos corazoncitos que se comparte junto a la nota de el tucumano, una de las historias de acá que más nos ha gustado contar y que empezó el 24 de junio, cuando relatamos cómo un tucumano se había enamorado de una fanática de Los Manseros a la que solo había visto mientras cantaba: “Eterno amor”.


La mujer que enamoró al protagonista tucumano llegó a la nota, o la nota llegó a ella. Así como es cierto que en esta era digital es un poco más sencillo de que algo así tan mágico suceda, tan cierto es que en otros tiempos hubiera sido más difícil o imposible que pasara. En este caso: que la mujer sin nombre hasta el momento de la primera nota apareciera.


Si estuviéramos en la era pre-digital, el artículo hubiera sido impreso en un papel que se hubiera distribuido casi exclusivamente en nuestra provincia y, probablemente, no hubiera llegado a la mujer en cuestión. Sin embargo, en el tucumano, no nos importa tanto el soporte sino el contenido del mensaje.


Entonces vamos obviar las bondades de internet y abonaremos a la teoría de que las palabras del tucumano enamorado de la fanática de Los Manseros hubiera llegado de cualquier forma a ella. Hasta con un mensaje escrito dentro de una botella lanzado al mar, incluso aunque ni en Tucumán ni en Catamarca haya mar.  


Es entonces que aparece el primer dato: la joven es catamarqueña. Podría ser de cualquier ciudad del país que hubiera llegado al recital en Jesús María. Pero es de Catamarca: no está lejos y en su celular recibió el link de la nota. Se la pasó un amigo que se topó con su rostro ilustrando una de las noticias destacadas de Facebook.


“Mi amigo me dijo: ‘Estás enamorando a los tucumanos’. Yo no entendía a qué se refería y me mandó la nota. No lo podía creer. Me parece muy loco todo esto. Jamás me había pasado algo así”, cuenta la mujer, que a partir de ahora y bajo su exclusiva autorización vamos a presentar con su nombre real: Pilar Ferrary.


“Yo pensaba que sólo pasaba en las películas. Me escribieron un montón de personas. Amigos y amigas de todos lados. Aquí en Catamarca me llamaron de radios, programas de tele y varios portales compartieron la historia”, se asombra Pilar.


Entre tantos mensajes y llamados, Pilar admite que recibió todo tipo de comentarios: “Me dijeron de todo, por un lado algunos me dicen que debe ser medio psicópata el tipo. Pero también la mayoría me dijo cosas positivas. Hubo gente que no conozco que  me contó que lloraron al leer la nota. Es una hermosa historia. A mí emociona ser parte de algo así. Nunca lo había vivido. Me gustaría conocerlo”, confiesa Pilar.


A diferencia del tucumano enamorado que la vio en el recital a través de un video de YouTube, Pilar ni siquiera cuenta con siete segundos de su enamorado: no lo conoce, no sabe su nombre, su edad, ni nada. Solo que es tucumano y que la mira a través de un video: “No puedo, ni quiero imaginármelo de ninguna manera en especial. No quiero generar una imagen que probablemente sea equivocada. Si lo conozco, sabré quién y cómo es”.  


“Desde que leí la nota estuve esperando que él apareciera. Me imaginé que me llegaría un mensaje en cualquier momento. Sin embargo, hasta ahora no hubo nada”, dice Pilar, quien intuye que lo más probable es que el tucumano se enterará de su identidad recién ahora, una vez que se encuentre con esta respuesta. 

“Yo no puede creer haberle gustado en ese video. No es mi mejor versión”, comenta entre risas, mientras revela que esa noche había ido al festival junto a su hija y ahijado: “Esa noche mi hija me avisa que me están filmando: por eso saludo a la cámara. Después tenía muchos mensajes de gente que me dijo que había salido en la TV Pública en vivo. Hasta el día de hoy me gastan con ese video. Nunca me imaginé que a alguien le podía gustar en otra provincia”.


Una mujer viaja a ver un recital desde Catamarca a Córdoba, es filmada por un director de cámara que termina siendo un cupido involuntario. Cuatro años después, un tucumano camina por una peatonal y escucha una canción que lo conmueve. Ya en su trabajo, busca el tema y se topa con esa joven.


La historia se publica y llega a Pilar, quien también se conmueve y hoy quiere saber más sobre su enamorado misterioso. Ante la llamada de este diario, puente de una posible historia de amor, ella se presenta, sabiendo que también se presenta ante él. Cómo seguirá la historia, aún no lo sabemos. Tanto para uno como para el otro, esta es la trama de una hermosa historia que los tiene envueltos sin esperarlo.


Pilar solo había ido a ver un recital, él solo caminaba al trabajo. Son dos acciones sin relación aparente a cientos de kilómetros de distancia, con una diferencia de kilómetros y cuatro años de por medio que bastaron para que hoy, al menos por un tiempo, sus vidas sean distintas, más lindas, menos comunes, mágicas. “Si lo ves, decile que gracias”, me dice ella justo antes de cortar.