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"No puedo parar de llorar": la felicidad de Catto Emmerich

NUNCA ES TARDE

El actor y conductor cumplió una meta que tenía pendiente desde hace más de 30 años. "la primera en la que pienso es mi mamá", expresó el artistas que la peleó bien desde abajo, logrando construir una exitosa carrera.





Llegó a Tucumán a comienzos de los 90s, cuando recién salía de la adolescencia: “Soy un tucumano más, amo Tucumán, mis hijos y amigos son de acá. Además como empanadas y panchuques”, dice con gracia Catto Emmerich que, con 49 años, acaba de terminar el secundario.

“Me enteré hace casi dos horas que egresé y no paro de llorar de la emoción”, afirma Catto que no puede evitar recordar aquellos tiempos difíciles en su Mendoza natal. “Mi madre se vino para aquí con mis hermanos, tras un problema familiar. Yo yiré por el país como artista callejero, por eso dejé la escuela en su momento. Después me instalé en Tucumán”, explicó.

“Yo dejé la escuela pero nunca dejé de estudiar. Siempre me preparé mucho para todo lo que hice”, afirmó Catto que sobre sus primeros años en la provincia recuerda que “Tenía 20 años y trabajaba de mimo callejero en el centro y un día me vio el gran Carlos Bonilla que me dio la primera oportunidad llevándome a Canal 10 a hacer mímica a un programa que se llamaba ‘TV Games’, que era una especie de ‘Jugate Conmigo’ tucumano”.

Emmerich admite que cuando interrumpió sus estudios secundarios a los 16 años, su madre sufrió mucho: “La Ana María es un genia, profesora de teatro, que ama estudiar, una mujer muy culta, que siempre luchó porque estudiemos y para ella fue muy doloroso cuando dejé, además en ese entonces estuvimos separados. Ella estaba con dos de sus hijos, pero le faltaba uno”.

“De todos modos, nunca dejé de leer y de escuchar y aprender de los que más sabía. Por eso digo que nunca paré de estudiar. Pero después ya empecé a laburar y se me hacía muy difícil retomar la escuela”.

Catto, que se define como un actor que se dedica también a la conducción, relata que el año pasado decidió cumplir con una meta que tenía pendiente “Terminar el secundario era una deuda personal. Por eso hoy que lo logré no paro de llorar”.

“Siendo un adulto es realmente complicado volver a cursar el secundario. Uno se encuentra con temas que hace años que no toca, o que nunca tocó. A mí, matemáticas e Inglés me costaron mucho. Por suerte mis dos hijos me ayudaron mucho”.   

De todos modos, Emmerich admite que, a pesar del esfuerzo, el terminar la secundaria a su edad no es lo ideal: “A mí no me gusta romantizar las cosas que no están buenas. Yo debería haber terminado a los 17, irme a Bariloche o Carlos Paz y luego estudiar una carrera. Pero mi vida fue distinta, no me quejo, pero si busqué que mis hijos sean más ordenados”.

A su vez, siente que si bien es uno de los conductores más exitosos de nuestra provincia, si siente que tuvo algunas dificultades en algunos momentos de su carrera: “Algunas veces cuestionaban mi trabajo diciendo que no debía conducir alguien que no tuviera terminado el secundario. Pero por suerte fueron excepciones, la mayoría de la gente con la que me topé, jamás puso reparos en mis estudios formales”.

De todos modos, el admite que un título de locutor le hubiera abierto muchas más puertas: “Podría haber realizado más locuciones en mi carrera”.

“Estoy muy orgulloso de mi carrera, pero conforme no. Soy un inconformista absoluto. Creo que si estuviera conforme me estancaría. A lo largo de mi carrera tuve grandes maestros, de todos aprendí y aprendo. No solo de los mayores, también de los jóvenes. En los medios de comunicación hay que aprender constantemente, no hay que quedarse en el tiempo, hay que aprender los nuevos lenguajes de las nuevas generaciones”, sentenció.

Este logro, significa para Catto cerrar una etapa de muchos años: “Desde que supe que aprobé la última materia, no he parado de pensar en las angustias de mamá, en aquellas noches de frío y hambre, sin tener donde dormir. Encontrarme aquí, más de 30 años después habiendo cumplido muchos sueños y con el título es muy emotivo para mí”.

Ahora es tiempo de festejar y brindar en familia, pero en el fondo, Catto sabe que ya le picó un bichito y que el secundario es una etapa cerrada que puede dar paso a otra que se podría abrir: “El año que viene me gustaría entrar a la Profesorado de Historia. Ahí sería compañero de uno de mis hijos. Igual tengo que pensarlo bien. Tengo seis meses para decidirme. Ahora déjame que me prepare un fernet y festeje tranquilo, sin pensar en eso todavía”, dice y cierra la conversación, mientras abre el freezer, saca el hielo, la coca ya está destapada. 



Catto Emerich disfrazado de mimo, junto a Carlos Bonilla en el programa "TV Games" que se emitía en Canal 10 durante el año 1993