Top

"Nos dijeron que era una señal": la pareja tucumana que suspendió la boda

HISTORIAS DE ACA

La pandemia ocasionada por el coronavirus nos cambió los hábitos a todos los tucumanos. En este caso, una pareja se vio obligada a postergar su casamiento debido a la cuarentena obligatoria. Enterate los detalles de esta historia.

Lo que vale es la intención. Pablo Posleman y Josefina Funes tuvieron se suspender su casamiento por la pandemia.





Josefina y Pablo se conocieron hace muchos años, en la Facultad de Filosofía y Letras. Cursaban la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Por entonces, cada uno hacía su vida, compartía algún que otro espacio, pero no habían tenido demasiadas oportunidades de interactuar. Apenas se saludaban. Años después se cruzaron en alguna esquina de barrio Norte, conversaron un ratito, intercambiaron contactos, se agregaron a las redes sociales y se prestaron más atención. 

A partir de esa charla ya nada sería lo mismo, antes de que cantara el gallo ya no podrían estar el uno sin el otro: “Después de nuestra primera salida jamás nos separamos”, confiesa Josefina. A los pocos meses ya estaba conviviendo, y la decisión de casarse se caía de maduro: “Fue algo que decidimos entre los dos. No hubo un pedido formal, en el que yo me arrodillara en una playa del caribe para pedirle matrimonio”, explicó Pablo Posleman.

La cuestión es que simplemente lo decidieron, estaban tan convencidos que no hacía falta charlarlo tanto y se pusieron a averiguar: que la iglesia, que el registro civil, que el salón y todo lo que conlleva la organización del evento. Con la fecha elegida, se plantaron en la cabecera de la mesa en un almuerzo familiar y anunciaron la noticia a padres y hermanos de ambos. Después, cada uno por su lado, fueron contándoselo a los amigos. Llanto que va y que viene, de un lado y del otro, las copas que se levantan brindis tras brindis porque Posleman y “La Jo” se casaban en marzo.

Hace apenas tres semanas Pablo tenía su despedida de soltero, nadie imaginaba lo que iba a suceder. Estaba todo listo para la fiesta del 28, el civil era el 27 a la mañana. Sin embargo, Josefina, que recibía noticias desde España por parte de unas amigas, empezaba a sospechar que la cosa se iba a complicar. Pablo, optimista, pensaba que eso no iba a llegar aquí.

Hace dos semanas, el viernes 13, el gobernado Juan Manzur sacó un decreto pronvicial que les movió el piso: “No se permitirían eventos sociales masivos”. La Legislatura iba a sesionar al siguiente martes y tendría un panorama más claro. Por las dudas hablaron con la dueña del salón que les dijo: “Dentro de la Ley todos; fuera de la Ley, nada”, anticipándoles que ya no dependía de ellos. El casamiento estaba en riesgo. 

El presidente Alberto Fernández habló ese mismo domingo y la cosa estaba clara: no habría fiesta. “Teníamos todo pagado, pero no nos preocupaba, porque el salón nos ofreció una fecha más adelante, y nos respeta los precios. A esa altura, la intención era casarnos por civil y poder viajar porque nos pedían 180 mil mangos para cambiar los pasajes. Una locura. De última no viajábamos, pero esa guita no podíamos gastar”, cuenta Posleman. El jueves volvió a hablar el Presidente y declaró la cuarentena total y obligatoria. “Recibimos un mail de la aerolíneas suspendiéndonos los vuelos y ofreciéndonos una reprogramación, así que nos quedamos tranquilos con eso”. 

“Por suerte no tuvimos perjuicios económicos. Tenemos la bebida guardada para cuando podamos casarnos. El salón está reservado al mismo precio y tanto el viaje como la estadía de la luna de miel se reprogramará sin gastos adicionales. Lo único malo es tener que volver a organizar todo y que las alianzas tiene la fecha del 28 de marzo, ya veremos si las hacemos cambiar o las dejamos así de recuerdo de la fecha original”, relató Pablo. 

En cuanto a la nueva fecha anticipan que van esperar que pase el invierno, tal vez septiembre. Primero arreglarán el viaje y después el resto: “Si superamos todo el día encerrados y juntos, tal vez nos casamos en septiembre u octubre”, bromeó ella.

La pareja hizo un video en el que anunciaban la suspensión del casamiento y por supuesto que se prestó para todo tipo de bromas: “la mayoría nos decía que era la oportunidad para pensarlo bien, o que era una señal y que tal vez debíamos aprovechar esta segunda oportunidad: Lo cierto es que es una situación graciosa tener que suspender tu casamiento por una pandemia”, cerró entre risas Josefina. El altar, puede esperar.