Top

"Vivimos de la música callejera": guitarra en mano, Juan y Wilson la pelean en la peatonal

Historias de acá

De día en la calle y de noche por los bares, el dúo se la juega por su arte.

En la sombra de la escuela Normal, Wilston y Juan. Fotos Pedro Noli





Los músicos Juan Ángel González, de 27 años, y Wilson Santana, de 24,  saben que no podrán trabajar si es que llueve. Y también saben que todos los otros días -así la temperatura llegue a 45 grados- se pararán en la sombra de la escuela Normal a tocar su música.

De lunes a sábado, todas las mañanas y las tardes, delante de ellos ubicarán la funda de la guitarra para que la quienes caminen por la Peatonal Muñecas paguen, a su voluntad, por el arte.


“En nuestro caso, al ser músicos callejeros, vivir de la música no es fácil. No dependemos de un sueldo fijo, dependemos de la colaboración de la gente. Este es nuestro único trabajo”, dice Juan quien al igual de que su compañero de guitarra ha decidido dedicarse exclusivamente a la música.

Artista por vocación, el guitarrista ha hecho de su instrumento su vida: “no se si alguna vez dejaría la calle. Por ahora no lo pienso. Y quizás cambiaría sólo si es por algún trabajo que tenga que ver con la música”.

Juan Ángel y Wilson se conocieron siete meses atrás en la peatonal. Juan tocaba solo y Wilson acompañaba a los Hermanos Juárez, también músicos callejeros que suelen ubicarse en la peatonal Mendoza.


Pensaron que juntos les iría mejor y así fue. Después de tocar en la calle, cuando se hace de noche el dúo de folcloristas empieza una recorrida por los bares del centro, por los del Parque 9 de Julio y por las sangucherías que se encuentran frente a la plaza Irigoyen. Van arriba de una motito. Tocan tres temas y pasan la gorra, con el permiso de los encargados de los bares.


“Es lindo que a las personas les guste nuestra música”, comenta Juan, quien toca la guitarra desde los 15. Le enseñó su tío y después siguió solito. Wilson tiene la música de herencia directa y llega el tango en la sangre.  Aprendió de niño; su papá es el bailarín Reinaldo Santana (Chúcaro Bazán de nombre artístico), quien fue guitarrista del Chaqueño Pavacino cuando el músico ñorteño era el Chango Salteño.

El calor, el frío. El estar de pie todo el día. El no saber con cuánto volverán a casa. “Al principio era más complicado. Pero después uno se va acostumbrado”, dice Juan quien mañana desde las 10, guitarra en mano, cantará junto a su compañero en la peatonal.