"Tucumán es bien Tula Chula": de qué habla cuando habla El Ju

“Tucumán es bien tulachulero”, dice Juan Giúdice y se termina de un sorbo la limonada servida en una botella de vidrio con jengibre, menta y esas cosas que vende Casapán en Salta y Marcos Paz. Había elegido la barra pegada a la calle porque ahí hay un enchufe y tenía el celular descargado y, en los tiempos que vive Juan Giúdice, quedarse sin batería es un pecado: “Cada 20 segundos me llegan las notificaciones. Tula Chula está pegando”.

Juan Giúdice desconecta el celular y pasamos a una mesa. Es un hombre moderno, extraño, verborrágico, voraz, sediento, locuaz, capaz de completar sus oraciones con tarareos y de romper los silencios con el tamborileo de sus dedos. Juan Giúdice se sienta en la mesa y ahora es El Ju, uno de los músicos fundamentales para entender la nueva escena con base en su casa estudio de Rivadavia al 600 y desde ahí, a través de las redes sociales y las plataformas digitales, capaz de llegar adonde se le cante.

Claro que la música que hace El Ju es física y tiene una agenda que más adelante contará, pero primero lo primero: ¿qué carajo es Tula Chula? ¿Qué dice? ¿Qué cuenta? ¿Qué insinúa? ¿Cómo suena? ¿Cómo nació? ¿Quién hizo el video? ¿En qué pensaba? Muchas preguntas para responder sin pedir nada entonces El Ju llama al mozo de dos metros que trabaja en Casapán y pide un café cargado, no un cortado, un café bien cargado: “La canción surge en el 2015 en una banda que se llamaba Bruce Prodan. Me cargaban que me parecía a Bruce Willis y a Luca Prodan. Yo tocaba la bata”.

“El violero de la banda es Gogui. Viene un día y me dice: ‘Che, tengo una canción, ¿le querés poner la letra?’ La escucho y empiezo. Tula Chula es un invento fonético. El tubo justo o Él tuvo justo. Tula Chula es una expresión: ‘Tá loco qué tula chula que está Tucumán. Ta loco el tula chula en China con el nuevo virus. Tula chula es lo que pensás cuando te llama algo la atención”.

La canción que ha salido a la luz esta semana y en horas superó las 500 reproducciones en el canal de El Ju en YouTube pasó por cuatro productores: “Leandro Lagarreta, Juan Cruz Palacios, Luis Gómez Salas y Ramiro Rodríguez, el productor de Sipeganboys. Ramiro le saca muchas cosas a Luis, no aumenta, pero modula y me da un par de tips. Ramiro tiene que ver mucho con la versión que suena en el video. Ramiro es HD 720, el tema del video es producción de Ramiro, Ramiro  te da Netflix, Ramiro es Spotify. Cuando termino el proceso con Gómez Salas defino cinco versiones que llevo a la radio. Me gusta que mis canciones tengan variabilidad”.

El video animado por Varópolis es un flash: “Tula Chula, la letra y las imágenes, reflejan un momento horrible de la sociedad que ha sido la represión. Lo dice la letra: ‘Represión, represión, represión’. El video lo hizo Eduardo Lisondo, Varópolis. Antes de que lo hiciera nos reunimos. Le dije que tenía que ser una historia totalmente dibujada. Yapón, el primer single, es cantado, tiene toda la escena y Tula Chula es under. Yapón y Tula Chula son dos continentes que se tocan. Tula Chula es muy caótico". 

"Le pedí a Varópolis que trabajara con la parte más oscura que tiene y se comió la película mal. Le mandé un audio diciéndole: ‘Nunca más iba a ser lo mismo Tula Chula con el video que sin el video. Y lo que sucedió era lo que yo quería: los personajes, la rata, el dealer, todos con el parche, todos son un ojo tapado, no viendo las cosas que pasan. Me sorprende esta sociedad tulachulense. Hay una escena en el video: cuando entra la Policía a buscarme al bar, que es Bigotes, me buscan porque yo ya me quité las vendas para ver lo que pasa. ‘Ah, ¿sí? ¿Vos ya te quitaste las vendas? Vamos, adentro’”.

“Todo lo que vos ves está dibujado y animado. Varo dibuja y anima. Lo hizo en tres meses. En horas superó las 500 reproducciones y las notificaciones en Instagram me llegan cada 20 segundos. Capaz que el video cae en una semana. Pero no creo: es pegadiza, tiene animación, forma parte del universo audiovisual. Hoy la imagen es fundamental para la música: te diría que es 50 y 50. Yapón fue una superproducción. Dos días de rodaje en Tafí del Valle, La Quebrada de Las Conchas y Tucumán. Ahora estoy trabajando en Dealer: no va a ser actuado ni animado. Lo que sé es que va a ser blanco y negro. O negro y blanco”, dice El Ju sin respiro hasta que el sonido del pocillo del café marca el final de lo que dice.

Ahora bien, todo está hermoso con Spotify, YouTube, Instagram, Yapón, Tula Chula, Dealer, Sin ver y las canciones que faltan, ¿pero cuándo se subirá a escena Juan? “No tengo un disco todavía. Son seis canciones y estará en marzo: ya tengo dos canciones con video, dos por salir, y dos en proceso. Ahí voy a salir a presentarlo. No quiero que el público venga a mí. Quiero yo ir a buscar al público. No quiero esperar, no quiero ser pasivo. Quiero ir yo a proponer lo que hago”.

Como si saliera nuevamente a la ruta para hacer dedo y llegar a tocar, El Ju traza un recorrido tan bello como Tucumán: “Quiero tocar en la escuela Normal, a la salida del colegio una tarde. Quiero tocar en el Orestes Caviglia. Quiero tocar en la Plaza San Martín. En el Kilómetro 12. También quiero tocar en Salta y en Córdoba donde hay un club bien tulachulero. Y me encantaría tocar en Alberdi, en la plaza de Juan Bautista Alberdi. Viviría en Alberdi. Ni en La Cocha ni en Monteros ni en Aguilares: en Alberdi. Me encanta Alberdi: cuando iba a laburar los jueves, me quedaba una noche y flayaba Alberdi. Por eso me encanta Alberdi, por eso y porque mi amigo Gogui es de ahí”, conlcuye El Ju, dándole un cierre cícilico a esta historia a través del amigo Gogui, el violero que le dijo hace cuatro años que tenía una canción. Y esa es una canción suena así: