La primera vez de Roxette en Argentina fue en Tucumán y así se la recuerda
Recital histórico
La muerte de la líder de la banda sueca Marie Fredriksson reavivó el recuerdo del antológico show que dieron en la cancha de San Martín en 1992. Martín Robles Levin es uno de los mayores fanáticos de Roxette en Tucumán y recuerda el día que conoció a la cantante y le confesó que acá conocieron el hotel más sucio de todos.

Martín junto a la cantante de la banda sueca.
Eran los comienzos de los noventa y un dúo sueco revolucionaba al pop en todo el mundo. Roxette se llama esa banda que supo surfear lo más alto de la ola musical de aquella década. Sus canciones se escuchaban en cada rincón del planeta y lideraban los principales charts. En Tucumán, con doce años, Martín Robles Levin esperaba a salir de clases en el Colegio Nacional Bartolomé Mitre para ir a su casa a escuchar atento la radio con un cassette TDK siempre listo para grabar los temas. Eran tiempos en que había que rogar que el locutor no interfiriera con su voz la canción para que no arruinara la grabación. Ni Martín, ni miles de tucumanos se imaginaron entonces que, en el auge de su carrera, el primer suelo argentino que pisaría la banda fuera el de la provincia para brindar un show histórico en estadio de La Ciudadela. Mucho menos imaginó que, tiempo después, se daría el gusto de conocerlos personalmente. Ahora que la noticia del fallecimiento de la cantante de 61 años Marie Fredriksson conmovió al mundo de la música, este fanático remueve esos recuerdos y las anécdotas compartidas: “Era muy cariñosa, te abrazaba y te agradecía. Es raro porque los suecos son fríos, pero ella no era así”.
Cuántos tucumanos habrán chapado (sí, entonces se chapaba o se transaba) con las canciones de Roxette en los bailes de colegio en aquellos tiempos cuando todavía existían los lentos; el segmento musical señalado para el amor y la efervescencia hormonal adolescente. No hay estadísticas que lo prueben, pero todos lo saben: muchos les deben a esos temas sus primeros besos. La voz seráfica de Marie Fredriksson fue la música de fondo de toda una era, mientras sus raros peinados nuevos copaban las portadas de las revistas. Para muchos, como para Martín, Roxette es una parte importante y a la vez inolvidable de sus vidas. Por eso él lo recuerda como si fuera ayer: la primera vez que los escuchó fue en el “Pepsi chart", el programa televisivo que se emitía por Canal 8 a comienzos de los noventa. Ese fue un camino de ida.

Parte de la colección de discos de Martín.
No se olvida Martín de sus peregrinajes semanales a la disquería Avenida Musical, ubicada al frente del Colegio Santa Rosa, para buscar los cassettes de la banda que llegaban a Tucumán. Recuerda que, con el primer dinero semanal que le dieron sus padres, se compró el álbum “Joyride”: “No se conseguía mucho de ellos acá. Había mucho público, pero no había fanáticos, fue algo que fue creciendo. Me acuerdo que de otros artistas del pop, como Michael Jackson, traían los singles, pero de ellos no”. El entonces joven tucumano juntaba los recortes de las noticias sobre la banda y compraba las revistas que hacían furor en aquellos años como “Generación X” y “13/20”. A través de esas publicaciones se puso en contacto con otros fanáticos de todo el país: “Era todo por carta, yo les mandaba un TDK y ellos te lo grababan y te lo mandaban de nuevo”.
Para Martín y el resto de los fanáticos tucumanos de la banda, la gran sorpresa llegó en abril de 1992 cuando la primera escala en Argentina del “Join the joyride tour 91/92" fue en la provincia, en lo que sería uno de los shows más trascendentes de los que se tengan memoria por acá. Más de 20.000 personas colmaron la cancha de San Martín para verlos en vivo. Con sólo trece años, ese fue el primer recital al que fue. Ricardo, su padre, lo acompañó: “Básicamente, lo que recuerdo de ese día es la emoción de verlos cantar. Estábamos bastante alejados porque había sacado una entrada popular, todavía la tengo. Había muchísima gente. En un momento se abrió una puerta y entró una manada de gente, mi viejo tenía miedo de que nos aplasten. Lo había vuelto loco a mi papá para que me lleve”. Los más memoriosos recuerdan como uno de los momentos mágicos de aquella noche cuando comenzaron a tocar la canción “Big love” y un enorme corazón inflable se desplegó en el estadio. Toda una innovación para la época.

La entrada del recital histórico en cancha de San Martín
Desde entonces, Martín se dedicó a coleccionar todo el material discográfico de la banda que llegó a sus manos. Del disco “Look Sharp”, por ejemplo, tiene doce versiones diferentes, hasta una edición finlandesa. “Son 28 años de juntar material de ellos”, confiesa con orgullo. Cuando Roxette volvió al país en 1995 para presentar el disco “Crash! Boom! Bang!” en el estadio de Ferrocarril Oeste, él estuvo ahí. En 2011, cuando regresaron para presentar “Charm School”, Martín consiguió una acreditación de prensa y se mandó al hotel “Four Seasons” en Buenos Aires. Ahí cumplió su sueño de conocerlos en persona y, cuando le contó que era de Tucumán, Marie lanzó unas carcajadas. El recuerdo de su paso por la provincia en aquella gira de 1992 había quedado grabado: “Me dijo que se acordaba que el hotel estaba frente a un parque y que había sido el más sucio que conocieron en la gira. Quedamos marcados como los reyes de la cucaracha”. Ese hotel tristemente célebre para los suecos era el Grand Hotel de Tucumán.
En septiembre de 2002, a la cantante sueca le diagnosticaron un tumor cerebral. Lograron operarla con éxito, pero tuvo que aprender nuevamente a hablar, comer, caminar y a cantar sus propias canciones. También sufrió de ceguera y de ataques de epilepsia. Pero logró volver para realizar sus últimas giras internacionales con la banda. Luego, en 2016, Fredriksson se despidió de Roxette.

Roxette en la cancha de San Martín.
Martín se llevó una grata sorpresa aquella vez que la conoció. Fue un encuentro cálido, ameno y cariñoso: “Ella estaba perfecta. Me acuerdo que fue excelente conmigo, me abrazó y conversamos en inglés. Fue muy emocionante verla y hablar con ella”. No fue así con su compañero de banda, Per Gessle, que se mostró mucho más distante. Ayer, el tucumano recibió como un baldazo de agua fría la noticia de la partida de aquella sueca afectuosa que conversó con él: “La verdad que es algo que te entristece porque, si bien es alguien con quien no tenés contacto, es alguien que admirás y es como que una parte de tu juventud se fue. Me acordé de ese día que la conocí, eso no me lo olvido más”.
El dúo Roxette es considerado uno de los grupos suecos más importantes y de mayor éxito, desde los tiempos de ABBA. Han vendido más de 75 millones de discos y sencillos y fue la primera banda de habla no inglesa en grabar un unplugged para MTV. También fueron parte de la banda de sonido de la emblemática película Pretty Woman con su canción “It Must Have Been Love”, ese y otros temas como “The Look”, “Listen to Your Heart” y “Spending My Time”; hits que en los noventa se escuchaban en las pistas de todos los boliches del país y a la hora de los lentos en esas semanas de colegios donde se prodigaban los primeros besos.
Hoy Martín tiene 40 años, es abogado y vive con su esposa Ivana y sus tres hijos: Benjamín, Victoria y Guadalupe. Han pasado largos años desde que grabó sus primeros TDK de la banda sueca, pero aún sigue siendo la música de algunos de sus días más felices: “Roxette es mi cable a tierra. Cada vez que los escucho vuelvo a ser adolescente, cada canción me retrotrae a un momento fantástico de mi vida, es como ser un adolescente eterno”.