"Yo le hice la promesa de que nunca lo iba a dejar morir"
Orgullo tucumano
El recuerdo vivo del mítico artista tucumano Rodolfo Bulacio en la emoción de Porota, su mamá y una de las impulsoras de la fundación que lo homenajea. Su vida, su arte y la fiesta que preparan este jueves en Monteros cuando su obra reciba la distinción de ser considerada de interés cultural.

Rodo junto a sus compañeros de Tenor Grasso.
Cuando al joven artista de 27 años Rodolfo Bulacio le arrebataron la vida el 10 de marzo de 1997, Porota, su mamá, le hizo una promesa que, tras muchos años de trabajo incansable y de devoción a su hijo, este jueves, al fin, sentirá que comienza a saldar. Ha pasado el tiempo desde entonces, pero Rodo sigue vivo en su obra, en la memoria de quienes lo conocieron y en la emoción de su madre: “Él hace 22 años ya que partió, pero yo le hice una promesa de que nunca lo iba a dejar morir. Esa ha sido mi lucha hasta que ha podido nacer esta fundación”. “Las margaritas de Rodolfo Bulacio” se llama esa fundación de la que habla Porota, funciona desde julio de este año en Monteros, en la calle 9 de Julio 245, a escasos metros de la casa donde el artista nació y se crió. Ahí, en la fundación, este jueves a partir de las 20.30, familiares y amigos de Rodo recibirán el diploma que declara a su obra de interés cultural. Ahí, Porota sentirá que ha cumplido con eso que le prometió a su hijo. Y lo hará como a él le hubiera gustado: con mucho arte y mucha fiesta.
Rodolfo Bulacio, Rodo, la Rodo, ha sido el fiel representante de una generación de artistas tucumanos que revolucionó la escena local y que se ha convertido en un mito para el arte tucumano. Pero, más allá de su legado artístico, Porota Jiménez de Bulacio lo siente siempre presente en su vida cotidiana. “Mirá acá en la casa hasta hoy mis nietos, que no lo conocieron, hablan de Rodo como si estuviera entre nosotros. Rodo está en todo momento. Está presente, no sé si no lo dejamos ir o él quiere estar presente. Estamos reunidos y lo estamos recordando en sus travesuras, en sus bromas y en sus dichos”, dice la madre del artista monterizo sin disimular la emoción que tiñe sus palabras. En esa casa de la calle 9 de Julio, Rodolfo siempre fue el más mimado. Por eso Porota todavía lo extraña; lo extraña y todavía lo llora.
“Rodo era un cascabel, le encantaba saltar de un lado a otro, con sus chistes, con sus bromas… A él le gustaba cocinar, hacer cosas de la casa, era muy alegre: le gustaba bailar, escuchar música, cantar. Era muy amiguero, mi casa vivía llena de sus amigos”, así lo recuerda Porota, que se puso al hombro la tarea de que la obra de su hijo no quede en el olvido. Fue ese el impulso que la llevó a crear junto a amigos y allegados a Rodo la fundación que hoy lo homenajea: “Veníamos luchando hace casi veinte años y recién el 18 de julio la inauguramos. Nosotros luchábamos, conseguíamos algo y luego se esfumaba, nunca ese trabajo tenía su fruto. Era muy difícil llegar a ese objetivo hasta que un día hubo personas que se interesaron y tuvimos una ayuda muy grande para empezar con la personería jurídica. Después, nos ofrecieron la casa que es una casa alquilada”. Ente los que colaboraron para que ese sueño se concretara, Porota destaca al intendente Francisco Serra y al presidente subrogante de la Legislatura, Regino Amado, que ofician de padrinos de la fundación, aunque aclara: “Esta no es una cuestión política, sino cultural”.

En octubre de este año, la obra de la Rodo fue declarada de interés cultural por la Cámara de Diputados de la Nación gracias al trabajo que una adolescente hizo para la clase de historia en la Escuela de Bellas Artes de la UNT. Camila Cruz Contrera, de 14 años, investigó sobre la vida y la carrera artística de Bulacio; ese trabajo sirvió como base de la justificación del proyecto presentado por los diputados Teresita Villavicencio, Alicia Soraire, Hernán Berisso, José Luis Riccardo y Ana Carla Carrizo: “Yo no he pensado nunca que esto llegue hasta la cámara de diputados de la nación, ha nacido del trabajo de esa niñita que hace esa investigación y después Teresita Villavicencio lo propuso. Su obra no tiene un tiempo determinado, ni un antes ni un después. Yo muchas veces he escuchado a personas que saben de arte decir que es impresionante la cantidad de técnicas que él ha usado y por qué esas obras son tan importantes. Ese es el fin de la fundación, mantenerlas a las obras en muy buenas condiciones y que la gente la pueda conocer”, explica Porota que advierte que sólo la mitad de las obras son exhibidas y que el resto todavía faltan enmarcar o restaurar, tarea con la que piensan continuar.
La del jueves por la noche, cuando reciban el diploma que certifica la distinción que le otorgó la cámara de diputados, será una verdadera fiesta para fundación y para Porota que, a sus 79 años, parece contagiada del espíritu festivo de Rodo. No sólo se exhibirá parte importante de la obra pictórica de Rodolfo Bulacio como pinturas y grabados, sino también los vestidos y trajes que fueron parte de las performances “Invasión pepa” y “Casada con el arte”, del emblemático grupo artístico de la década del noventa Tenor Grasso, del cual Rodo era integrante. Jorge Lobato Coronel, vocal de la fundación y curador de la muestra, explica que es imposible pensar la obra de Rodo por separado de lo performático, esa simbiosis estará representada el jueves: “Lo que yo buscaba es plasmar esa relación que va más allá de la obra. En Monteros es la primera vez que se van a exhibir los trajes, si bien a la obra muchos la conocen, esta relación con los trajes no. Hay pinturas que son la primera aproximación a lo conceptual en Tucumán como “Carta Nova”, una serie de cartas escritas en lienzo”. En este sentido, el artista que fue compañero de Rodo en Tenor Grasso, destacó: “Todo lo que hacía él era como adelantarse, por eso sus obras son tan actuales. Esa obra no estaba separada de la performance”.
Además de la exhibición de las obras, habrá una intervención de Esteban Koukas denominada Arkoiris, performances de Rolo Juárez, Tuly López y Pablo Vera y el show del duo Los Novios, integrado por Larry Chávez y Sandro Pereira, entre otras sorpresas que prefieren todavía no adelantar.
“Pienso que va a ser una linda movida”, invita Porota en tono juvenil a lo que no duda será una gran celebración de la obra y también de la vida de su hijo: “Yo le digo a los chicos que Rodo nos debe estar mirando y diciendo, Ay mi mamá, vos y mis hermanos qué locos que son… igual que yo”. Porota está contenta, sabe que va a cumplir lo que le prometió a Rodo: “Mi hijo debe estar muy feliz, él siempre me decía: “mamá, cuando yo sea famoso, vamos a viajar por todo el mundo”. Dios no le ha dado esa oportunidad, pero quizás ahora sus obras viajen. Personalmente, siempre le pido a Dios que me de fuerzas para seguir adelante y que me haga fuerte, muy fuerte, para llevar todo esto adelante hasta que nos toque reencontramos”.



