Es la nena mala que te pincha el globo y la caperucita que se come al lobo, así lo anuncia en una de sus canciones Chocolate Remix, el nombre artístico con el cual la tucumana Romina Bernardo irrumpió en la escena reggatonera. Autos de lujo, cadenas y sortijas de oro, mujeres pulposas que se menean al compás de un perreo frenético exudando sexualidad y ritmo; mucho ritmo. Choco retoma la melodía, la estética y los estereotipos impuestos por el género musical para inmolarlo desde dentro con la potencia explosiva de su música de alto poder de deconstrucción. Esa es la propuesta con la cual la artista que ha llevado su "Lesbian Reggaetón" por los escenarios de todo el mundo desembarcará en la provincia este sábado en Santos Discépolo (Rioja 219). Chocolate Remix será una de las animadoras del  FestiPantera, el festival transfeminista y disidente creado por la cantante Miss Bolivia.

“El reggaetón tiene mucho contenido sexual, pero siempre es una misma voz la que enuncia, la de un varón heterosexual. Yo quería hablar de eso porque era algo típico de ese género musical que tenía una cuestión simbólica muy machista. Ojo, esto no quiere decir que los otros géneros no sean machistas, se está viendo en el rock como día a día caen los machirulos. Pero el reggaetón tenía toda una estética de los tipos con los autos y las mujeres bailando alrededor. Me pareció que estaba bueno hacer algo con eso, el género ya estaba inventado, pero la manera que encontré es satirizándolo”, explica Romina. De pronto, una mujer copó los escenarios para cantar sobre sexo y revolucionarlos con una propuesta musical disidente: “Me interesaba hablar de la sexualidad lesbiana”. 

El proyecto nació en 2013 como una especie de performance virtual y Chocolate Remix era la protagonista. Hasta que un día la invitaron a dar un show y ahí empezó a transitar por los escenarios con una propuesta musical que combina el reggaetón con otros géneros como cumbia, funk carioca, dembow, reggae y electrónica, entre otros. Desde la poética, el mensaje rompe con los estereotipos de género y las temáticas que afectan al colectivo de mujeres y LGBTIQ como la discriminación, la censura y la violencia. También se mete a fondo con los tabúes: placer femenino, la sexualidad, el lesbianismo. Todo esto en una coctelera artística donde se fusiona la estética queer con la música para bailar y perrear. Eso engloba el concepto de "Lesbian Reggaetón" ideado por Romina. Música y política, mensaje y ritmo. Para agitar las pistas de los boliches y para pensar. 

El salto de lo virtual a lo espectacular marcó también una nueva relación con el público, que dejaron de ser sólo aquellos seguidores detrás de una pantalla para compartir el calor de los shows en vivo y en directo: “Hay una buena aceptación del público, incluso en los shows que no tienen que ver con el feminismo. A mí me gusta mucho lo que me llevo porque termino cuestionándome a mí misma y sacándome mis propios principios”. El reggaetón de Chocolate Remix pegó no sólo en la escena local, sino que giró por distintos escenarios del mundo: Alemania, Austria, Colombia, España, Estados Unidos, Inglaterra, México y Portugal. En 2017, la cantante fue elegida por la BBC como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo en su chart anual.

“Tiene muchos estigmas el reggaetón. Está la cuestión de que dicen que no es música, aunque últimamente se está valorando más, como sucedió con la cumbia en su momento. Están los que dicen que los músicos de reggaetón usan tres acordes. Pero, de pronto, tiene otras cosas que son virtudes y que se han dejado de lado como el flow y el ritmo. Es un género que mueve y que ofrece”, reflexiona Romina. Además, por su origen como un ritmo que nace en los suburbios de Centroamérica, el género carga con el estigma clasista: “En el 2013 cuando estaba de moda la gasolina esa era una música de las clases bajas”. 

Romina tiene 34 años, vivió en el Barrio Vial, hizo la primaria en la escuela Rivadavia y la secundaria en el Instituto Jim. Hace 15 años se fue a Buenos Aires para estudiar arte multimedia y, por su condición de “nerda”,  empezó a trabajar como programadora. Por entonces no imaginaba convertirse en una reggatonera. Entre las cosas que extraña de Tucumán se encuentran la humita en olla, los cerros y, principalmente, las charlas con comprovincianos y comprovincianas: “Me encanta hablar con gente de acá. Son otros códigos, acá hacemos muchos chistes, tenemos un humor y una forma de hablar particulares. Parece una tontería, pero no lo es”.  En cuanto a cómo percibe a la provincia a la distancia y con el paso del tiempo: “Hace quince años que no vivo acá, lo que pueda opinar va a estar atravesado por prejuicios históricos. Es una sociedad muy tradicionalista, arraiga a otros valores. Hoy las cosas han cambiado mucho, lo mismo que está pasando en Buenos Aires, pasa acá también. Los movimientos sociales están a full. Hay gente que le pone el pecho todos los días y hace que las cosas cambien. Nada va a poder frenar el deseo de la gente”.

El sábado los tucumanos podrán ver de nuevo a Chocolate Remix en la provincia, donde no volvía a tocar desde 2015. Del FestiPantera participarán también  Femigangsta, Mari Curi, Macumbias, DJ Flor Cazzu, DJ Beibi y DJ Bolivia. El festival, organizado por Miss Bolivia, será en beneficio de Flor Linyera, cantante y tecladista de la banda Kumbia Queer que se encuentra con problemas de salud: “Principalmente, el festival es una invitación a divertirse y a desinhibirse  y gozar del cuerpo y las potencialidad de la música. Se hace con cariño, con humor y con mucha energía. La idea que la gente se lleve una linda experiencia. Si la gente se lleva una interrogante y cosas para pensar, bienvenido que eso pase”.