La grieta menos pensada: Todo mal entre el Mago sin Dientes y el Payaso Tuerquita

"Estaba todo bien entre nosotros, hasta que se prendieron las cámaras y empezó el programa". El Payaso "Tuerquita", que viajó desde Tucumán a Buenos Aires para ser parte de los festejos del triunfo de Alberto Fernández el domingo, asegura que pasó un mal momento este lunes, cuando tuvo un fuerte cruce con el Mago Sin Dientes durante la grabación del Bailando. El personaje tucumano aprovechó el día después de las elecciones para codearse con la farándula porteña. A la mañana visitó al canal América para sacarse fotos con algunos famosos: Sol Pérez, Mariano Iúdica, Luis Ventura, entre otros. Por la tarde, se trasladó hasta El Trece, donde se iba a grabar el programa de Marcelo Tinelli que se emitiría por la noche.
Con su maquillaje y su traje de lentejuelas llegó hasta la puerta del canal, donde lo esperaba "Toto", un amigo que le había prometido hacerlo pasar. "Me dijo que me ubique a la par del Mago Sin Dientes, y me dieron las indicaciones de lo que tenía que contestar si Tinelli me preguntaba algo", cuenta ahora en diálogo con eltucumano.comAsí que fue, se ubicó dónde le dijeron, se saludó con su colega y se sacaron una selfie para cerrar la grieta. El payaso peronista y el mago macrista inmortalizados con una sonrisa. Pero, según su relato, todo cambió cuando se encendieron las luces y comenzó la grabación. "El Mago agarró una valija que tenía, se paró encima y me empezó a tapar, para que la cámara no me tome si filmaban para esa parte. Entonces yo le pedí que se corra y me de espacio y ahí se pudrió todo. Me dijo 'salí de acá, vos sos un gauchito de Tucumán, sos del interior', y en ningún momento me dejó aparecer de nuevo". El tucumano sacó un cartel que tenía, lo puso por encima de la cabeza del Mago, y logró que las cámaras lo capten. "Payaso Tuerquita. 30 años de alegría. Juan Bautista Alberdi", decía. Aunque quiso, no pudo grabar nada de lo que estaba pasando. "Teníamos prohibido usar los teléfonos, porque controlan todo y no quieren que se filtre ninguna imagen antes que el programa salga al aire".Masticando bronca y todo, asegura que quiso aclarar los tantos y hacer las paces, pero no pudo. "Cuando terminó el show lo busqué para hablar de nuevo, pero se fue y no me dio más bolilla. Después le mandé un mensaje y no me contestó. No sé qué se piensa, capaz que tiene miedo que le robe protagonismo", disparó.La versión desde Buenos Aires es completamente diferente. "Nada que ver, jamás le dije eso. Yo lo estaba ayudando desde temprano y tengo todos los mensajes que me mandó a lo largo del día y los que me sigue mandando. Incluso fui yo el que le avisó a qué hora era la grabación de Tinelli. Pero eso que él denuncia nunca pasó. Él aparentemente quiere hacer algo mediático, para hacerse conocido, pero las cosas no se hacen así", refutó Pablo Cavaleiro, el ilusionista que se hizo conocido como "Mago sin Dientes".

Las diferencias entre ambos finalmente dinamitaron la buena onda que se había generado. Peronista versus macrista. Porteño versus interior. Mago versus payaso. Una triple grieta que resultó imposible de sostener.