Top

Una aldea de duendes ofrece un viaje a la infancia y a la historia de Tafí Viejo

PARA DESCUBRIR

Se trata de un espacio ubicado en las inmediaciones de la Hostería taficeña. Los personajes están hechos con materiales reciclados y son un testimonio de la identidad del lugar: los hay ferroviarios y también cosecheros del limón.

La Aldea Duende, un recorrido distinto por las yungas taficeñas. Foto: Carlos Carrió





En las yungas taficeñas hay una aldea escondida. Es la que crearon Tucho Romano y Darío Cortez. En el lugar hay duendes que cuentan la historia de Tafí Viejo y que invitan a los visitantes a un viaje a la infancia.

Tucho es el "duendero". Hace más de 16 años que comenzó a hacer estos personajes y desde entonces no paró. "Soy autodidacta, soy pintor también; lo que se me viene a la mente lo realizo con las manos", contó a eltucumano.com tras la inauguración de la aldea, que se concretó el sábado por la mañana. "Me los imagino, lo sueño, vienen a mi mente y los empiezo a crear automáticamente", agregó.

La aldea, ubicada detrás de la Hostería Municipal Atahualpa Yupanqui, era un sueño pendiente que surgió hace una década pero en aquel momento, recordó Tucho, se le cerraron muchas puertas. "Era artesano, pero no teneía ningún título", explicó. Pese a la frustación, siguió creando e incluso, vendió sus producciones afuera de la provincia. 

El paso de los años, sin embargo, no borró la idea de crear una aldea de duendes. En una charla, el proyecto reapareció con fuerza. "Nos encontramos con un amigo, Darío Cortez y él me dice que tenía un proyecto, había encontrado un lugar hermoso, como una aldea para los duendes", recordó Tucho. Entonces, comenzaron las gestiones y desde la Municipalidad les dieron el apoyo necesario para concretar el proyecto. 

Finalmente, este fin de semana se inauguró el circuito en el que se puede descubrir parte de la historia taficeña a través de estos personajes. El mensaje final, cabe señalar, no sólo tiene que ver con el pasado de la ciudad, sino que también tiene la intención de despertar otras inquietudes, como la del cuidado del medioambiente.

Aldea Duende, en verde

Por el momento, son 30 los duendes que "habitan" la aldea. Ellos son cosecheros del limón, ferroviarios o huerteros que rescatan el valor de los cultivos familiares. Una de las particularidades de los personajes es están fabricados con materiales reciclados, salvo por la porcelana fría que se utiliza para moldear los rostros. Botellas de plástico, alambre, colchones, telas, cartones y bolsas son algunos de los elementos que se convirtieron en duendes. "Los ojos los rescatamos de los osos de peluche y no tiramos nada", remarcó Tucho. 

En el recorrido de la aldea también se destacan algunos duendes recicladores, a fin de generar conciencia entre los visitantes.


Un viaje a la infancia

Antes de iniciar el recorrido por la aldea, Tucho pide tres cosas a los visitantes. La primera es apagar el celular y prestarle atención a la conexión con la naturaleza; la segunda es que recordar la infancia y la tercera es "pedir permiso a la Madre Naturaleza para entrar". 

A través de los duendes, los guías de la aldea cuentan la historia de Tafí Viejo. Algunos de ellos, por ejemplo, están vestidos de obreros ferroviarios. Y también hay algunos cosecheros de limones. 

Parte del viaje por el lugar implica también pensar en los deseos. "En la última estación contamos un cuento", indicó Tucho. El mismo está cargado con un mensaje acerca de la igualdad. Finalmente, hay un lugar para pedir deseos. Pero el mismo no debe estar vinculado con lo material.  "El ser humano busca un quinto elemento", explicó Tucho, en referencia al agua, el aire la tierra y el fuego. "Ese sería la búsqueda de la felicidad", reflexionó. Entonces, a través de la narración, Tucho  empieza "a contar que no hace falta lo material para ser feliz. Se da con solo expresar y dar gracias a dios, dar un beso a la madre y al padre y decir te amo".


Inclusión

La idea es que cualquier persona pueda disfrutar del paseo. Para llegar a la aldea no es necesario caminar mucho desde la Hostería. Y la experiencia excede lo visual. De hecho, señaló Tucho, durante el fin de semana llegó Nicolás, un chico no vidente. "Se ha enterado de la aldea y quería conocer porque es fanático de los duendes", contó. A través de sus manos, recorrió la sonrisa y los gestos de los personajes. "Me dijo, 'tenés la misma sonrisa que tus duendes'", contó emocionado el artesano, que recordó que en una parte del recorrido, todos los participantes se vendan los ojos. "En el monte de la igualdad yo le decía que por una vez todos íbamos a estar igual que él", describió sobre una de las etapas de recorrido que se puede realizar en las yungas taficeñas. 


Cuántó, cuándo y cómo

Por el momento, las visitas a la aldea se pueden realizar los fines de semana a partir de las 10.30. Las mismas se programan en grupos de aproximadamente 30 personas y, en caso de lluvia, se suspenden. La experiencia dura aproximadamente una hora y media.

Además, señaló Tucho, "se pueden charlas para grupos familiares o de colegio. Lo charlan con nosotros y lo hacemos durante la semana por la mañana o tarde", señaló. 

Para coordinar una visita, se puede llamar al 3816459982.