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La producción literaria tucumana llama la atención de Buenos Aires

CAMPO FÉRTIL

Un diario porteño le dedicó una nota al mundo editorial y de creación relacionado con las Letras en la provincia. A diferencia de otras provincias "grandes", aquí la actividad creció en los últimos años.

Imagen ilustrativa: LV12





La narrativa tucumana creció en los últimos años, de la mano de nuevos autores que, además, se convirtieron en gestores: crearon editoriales, revistas, encuentros y otros espacios para la expresión de la literatura.

Este fin de semana, Osvaldo Aguirre publicó en el diario Perfil una nota que da cuenta del crecimiento de la actividad en Tucumán, que a diferencia de Córdoba o Rosario, ofrece un campo de crecimiento constante de produccion literaria.


En el artículo de Perfil mencionan, por ejemplo, a Máximo Chehín, ganador del concurso de la Fundación El Libro con Salir a la nieve. También mencionan a Juan Ángel Cabaleiro, que este año fue premiado en España. Además, resalta la antología que reúne cuentos de Luis Acardi Lobo, Marcela Canelada, Diego Font, Valentín Monroy y Horacio Paz, entre otros. O las producciones de María Lobo, autora de Un pequeño militante del PO; Ezequiel Nacusse; Blas Rivadeneira.

"El panorama parece más propicio con la reactivación de la Editorial de la Universidad Nacional de Tucumán (Edunt), bajo la dirección de Rossana Nofal. Mientras prepara la edición de la obra poética de Inés Aráoz (1945), la editorial acaba de publicar La llamada. Historia de un rumor de la posguerra de Malvinas, del historiador Federico Lorenz", expresó Aguirre en su artículo, que también resaltó el surgimiento  de editoriales como Culiquitaca, Minibús, Gato Gordo, La Cimarrona y Monoambiente.


Asimismo, Tucumán Zeta, “la primera revista de periodismo narrativo del norte argentino”, entró en el radar de Buenos Aires. Se trata de una publicación online vigente desde octubre de 2012 que fue fundada por Bruno Cirnigliaro, Pedro Noli y Exequiel Svetliza

Tucumán está en una nueva etapa. Hace unos años no había casi nada, producía muy poca gente, como Inés Aráoz, Fabián Soberón o Denise León. Ahora eso está cambiando, se diversificó y amplió, y hay sobre todo una movida joven muy interesante. Creo que nos falta camino para consolidarnos”, fue la lectura que hizo Sofía de la Vega, una de las organizadoras del Festival Internacional de Literatura que se realiza anualmente en la capital provincial.


Espacios alternativos, creatividad y compromiso

En Tucumán, efectivamente, la literatura florece. Por ejemplo, el fin de semana en el que se publicó el artículo de Perfil, en la provincia se realizaba el TANOA. Mariana Salvatore, una de las organizadoras, contó a Eltucumano.com que en el festival contra de la violencia hacia las mujeres y LGTBIQP se presentó una "tirada independiente de casi 500 libros compuesta por antologías de relato y poesía de algunas de las poetas más representativas del feminismo del noroeste y una tirada de 300 cordeles (cordel es un libro que pertenece a la tradición anarquista). Esos 300 fueron repartidos en Santa Lucía, en las calles, plazas y en la biblioteca. Fueron repartidos en el marco del dia internacional por la no violencia hacia las mujeres;  también en la peatonal tucumana, y en el Piletón". "Constituyen la propuesta literaria del TANOA para espacios públicos, espacios independientes y espacios abiertos", explicó.

Fabricio Osorio, editor y escritor tucumano, también compartió su experiencia. "Gato Gordo Ediciones surge como idea a mediados del 2014 y surge materialmente en enero del 2015 con tres lanzamientos: Balcones, Un limbo ideal, y Fiestas maravillosas. La idea era poder publicar con muy bajos recursos (una impresora casera y un par de resmas comunes) y distribuir también a muy bajos precios libros en formato plaqueta con historias que se corran de los temas tradicionales que aborda la literatura tucumana, proponiendo la composición de un catálogo asociado a la fiesta, al sexo, al lesbianismo, al orgullo marica, entre otros", explicó. 

La idea es ir "proponiendo no sólo una forma de circulación literaria comunitaria y por fuera del mercado editorial de las grandes librerías, sino también yendo en contra de las ediciones de servicio en la que los autores pagan por ser publicados. Gato Gordo Ediciones no les cobra a los autores, pero también, por esta razón, los elije, los busca".


Además, Osorio coincidió en que "es un momento muy bueno en cuanto a producción y edición literaria en Tucumán. Han surgido muchas editoriales independientes este último tiempo, y no paran de crecer. Hablamos de Minibus, La Cimarrona, Monoambiente, Charqui, Pensamientos, cada una con propuestas muy diferentes y muy auténticas", enumeró. 

"Pienso que la mayoría vamos aprendiendo a partir de la práctica y de proyectar a partir del deseo, porque acá no tenemos la carrera de edición en la Universidad. En ese aprendizaje vamos viendo cómo lidiar con las dificultades, como la falta de espacios físicos que funcionen como puntos de venta fijos de nuestros libros, que a menudo influye (y a veces negativamente) en las ventas que tenemos", concluyó.