¿Quién es el 'infiltrado' en el relieve de la Jura de la Independencia de Lola Mora?
Un personaje histórico fue incluido por la artista tucumana en la obra de arte que se encuentra en la Casa Histórica.

Imagen gentileza Welcome Argentina
Faltan pocos días para celebrar un nuevo aniversario de la Declaración de la Independencia, que se vive con especial intensidad en Tucumán. Como es frecuente en julio, las miradas se vuelven hacia la Casa Histórica, el lugar en donde se conserva la historia de esos días convulsionados de 1816, en los cuales que un puñado de próceres resolvieron cortar los lazos con el Reino de España. Lo que pocos saben, sin embargo, son algunas de las curiosidades del solar histórico.
Los relieves de la artista tucumana Lola Mora (1867-1936) forman parte de la colección de tesoros que se encuentran en la que supo ser la casa de Francisca Bazán de Laguna. Ubicados en el patio trasero, se encuentra enfrentados y resultan impactantes por sus dimensiones. Ingresando por calle Congreso, el que tiene como tema central al pueblo congregado frente al Cabildo de Buenos Aires, el 25 de mayo de 1810, se encuentra a la derecha. El otro, que registra el momento de la Jura de la Independencia en Tucumán, el 9 de julio de 1816, está a la izquierda del observador.
En este último llama la atención una curiosidad o, dicho en términos técnicos de la Historia, un "anacronismo". Entre los congresales de la independencia, hay un infiltrado: se trata de Julio Argentino Roca, figura central en la construcción del Estado argentino en la década de 1880. La pregunta es, ¿por qué el presidente aparece en la obra, si la Independencia se declaró 27 años antes de su nacimiento?.
Los historiadores explican que "El Zorro" actuó como un mecenas de la célebre escultora tucumana, quien le rindió homenaje incluyéndolo en una de sus obras más reconocidas. En el relieve, el General aparece de cuerpo entero, vestido con su uniforme militar. La barba y la calvicie lo distinguen del resto de las figuras que integran la composición.
Según consignan los documentos de la época, no fueron pocas las críticas que debió enfrentar Lola Mora por la licencia artística que tomó en su proceso creativo. El mural con la sorpresiva figura incluida, fue descubierto en 1904, cuando se inauguró el templete de cristal para conservar el Salón de la Jura, tras la demolición del resto de la Casa Histórica.
La estatua de la Libertad, que actualmente se encuentra en Plaza Independencia, fue encargada junto a los relieves para emplazarla en el templete. Sin embargo, Roca también intervino para que su destino final sea el principal paseo público de San Miguel de Tucumán. De igual manera, fue uno de los principales entusiastas, junto a Bartolomé Mitre, para que la Fuente de las Nereidas, otra de las máximas expresiones artísticas de la tucumana, sea emplazada en la ciudad de Buenos Aires.
En las redes sociales
El debate histórico se instaló hoy, a tres días de la celebración Patria en las redes sociales, a partir de una publicación del humorista gráfico Bernardo Erlich, quien tomó la foto en el solar histórico. A partir del posteo, usuarios de la red social comentaron als distintas versiones que circulan sobre la inclusión de Roca en el mural.
Algunos señalaron que existió un romance entre el estadista y la talentosa artista, que desafió todos los cánones de la época. Otros, que el presidente era efectivamente su mecenas, como era muy común en la época. Tampoco faltaron los que juzgaron el histórico que tuvo el General en la construcción de la Argentina moderna, para bien o para mal. Lo cierto es que, al menos en lo referido a la curiosidad del mural, la historia tiene la última palabra.