"¿Querés ser mi papá?": Zoe y Sebastián, la gran historia detrás de la bandera en la cancha de San Martín

“Mi hija se llama Zoe y tiene 12 años. Las dos conocimos a Sebastián hace siete años. Yo, mamá soltera, empecé una relación con Sebastián y él desde el primer momento aceptó el compromiso con el combo completo: Zoe y yo”.

El 1º de enero del 2016, Vanesa los presentó: él es Sebastián, ella es Zoe. “Habíamos ido a pasar el día al río. Zoe tenía 5 años y estaba enojada, súper idiota, no quería saber nada con él. Pero Sebastián le regaló un bote de nieve, empezaron a jugar y ahí empezó todo”.

“Un año después de ese día que se conocieron, Sebastián y yo empezamos a buscar lo mismo: una familia. Nos casamos, nos fuimos a vivir juntos y desde entonces la relación entre mi hija y él fue creciendo. Ambos se ganaron su confianza mutuamente y es el día de hoy que son más que papá e hija: son amigos. ¿Yo? Soy un adorno en mi casa. Si tiene que elegir entre él y yo, ya sabés la respuesta. No tengo dudas”, sonríe Vanesa este martes en diálogo con eltucumano.

El diálogo con Vanesa, la mamá de Zoe y la esposa de Sebastián, ocurre luego de la bandera que apareció el sábado en Ciudadela, un pasacalles colgado en el entretiempo del partido contra San Martín de San Juan, un telón que asombró y emocionó a los hinchas entre el nerviosismo de la final anticipada. 

La bandera que resume esta historia decía: “Desde que llegaste a mi vida me amaste y protegiste haciendo hasta lo imposible para brindarme lo mejor. Le doy las gracias a Dios por ponerte en mi camino!!! Hoy quisiera saber si me das el honor de regalarme tu apellido y ser legalmente tu hija, papá!!!”.

“Seba siempre iba a la cancha de San Martín hasta que por trabajo dejó de hacerlo. Pero siempre le contaba a ella cómo era la cancha. Le decía todo lo que pasaba y a Zoe le encantaba escucharlo. Además, a Zoe le fascina el fútbol. Siempre quiso jugar al fútbol, siempre ha sido su pequeño deseo. Y antes del partido con San Juan, estábamos en la mesa y viene con la sorpresa: ‘Amor, hija, tengo algo para contarles: ‘¡Somos socios de San Martín!’”, se emociona Vanesa.

Luego de los gritos y los abrazos entre los tres, cuando Sebastián se fue a trabajar, Zoe se acercó a su mamá y le dijo bajito: “Mamá, ¿te puedo pedir algo? Necesito que me ayudés a hacer algo. Quiero pedirle a Sebastián que sea mi papá legalmente”. 

“Cuando Zoe me contó lo que tenía en la mente, lo primero que hice fue preguntarle si estaba segura. Me dijo que sí y la ayudé. Le dije que escribiera lo que sintiera en una hoja y yo le iba a pedir a mi amiga Lucy, que hace pasacalles, que me ayudara a hacer la bandera. Zoe había escrito un montón de cosas hermosas, pero no entraban en la bandera. Elegimos una parte, encargué la bandera, el sábado la retiramos, la puse en el baúl y nos fuimos los tres a la cancha. A todo esto Sebastián no sabía nada. Solo le había dicho que había comprado una bandera. Pero no se imaginaba. Era una sorpresa”. 

Cuando pasó el primer tiempo y San Martín igualaba 0 a 0, entre tanta tensión, Sebastián le preguntó a Vanesa ante la mirada cómplice de Zoe: “¿Y? ¿Cuándo van a sacar la bandera?”.

“Bajó Zoe, colgamos la bandera, algunos hinchas no entendían nada, otros sí. Sebastián leyó la bandera, le dijo que sí, que aceptaba ser su papá legalmente y todos lloramos. Todo fue muy hermoso. Era lo que Zoe quería. Ahora ella como su hermanito, como yo y como Sebastián, también va a ser Robles. Y todos unidos vamos a ir a la cancha. Ya tenemos compradas las butacas y vamos a ir. La bandera trajo suerte: la colgamos y ganamos. Y antes del gol le dije a Zoe: ‘Esta es’. ¿Sabés lo que me dijo? ‘Mamá, vos sos una bruja’. Así que es una cábala de ahora en más. Todos iremos juntos a la cancha alentando a San Martín: yo, Zoe y Sebastián, ahora sí, con todas las letras: su papá”.

Sebastián y Zoe, padre e hija.