René Alberto Alderete, El Hermano de la Electricidad
Es el dueño de uno de los apodos más maravillosos de la historia del fútbol argentino. Brilló en Atlético y jugó en San Lorenzo. A horas del partido clave para el sueño Decano, la historia fantástica de un fuera de serie. | Por Alfredo Aráoz
Eléctrico. Foto: Historia del Decano.
“Vos sabés que un día llego al barrio después de un partido, estábamos en un cumpleaños o en una comunión, habíamos ganado, yo había jugado bien, me esperaban los changos para felicitarme y cuando uno se acerca a darme un abrazo me dice: ‘Me has dado la corriente’. Lo miro medio raro y me acerco a saludar a otro amigo, me da la mano y me la suelta rápido: ‘Sí, a mí también me has dado la corriente, como una patada’. Los miro a todos los changos y les pregunto medio molesto: ‘¿Qué les pasa a ustedes? ¿Qué corriente dicen que les doy?’. Cuando les pregunté de nuevo, se rieron y me explicaron por qué”.
Nacido bajo las luces de una noche del 51, René Alberto Alderete había aprendido a jugar a la pelota en las calles de Villa Urquiza, tirando paredes contra los muros de la cárcel. Tenía 12 años cuando empezó a jugar en los campeonatos infantiles del 63 para la Caja Popular de Ahorros y después para Avellaneda, el club del barrio de Tucumán donde la libertad se sentía en el primer bocado a un sánguche de mortadela en la vereda: “El señor que nos llevaba a jugar con mi papá era utilero de Tucumán Central, me dijo si me quería probar, le dije que sí, quedé y jugué en la Sexta. Todavía, en esos años, nadie me decía que le daba la corriente”.
Gemelo del también futbolista Carlos Alderete, el famoso y popular Reneco le dijo a su hermano que se fueran a probar suerte a Buenos Aires, una aventura que duraría dos años justamente frente a otra cárcel, la cárcel de Las Heras en pleno corazón de Palermo donde actualmente los porteños se sacan los zapatos de la rutina para sentir el césped en la planta de sus pies, un poco de sol y alguna pelota que pega en el palo. “Había una cancha de la cárcel de Las Heras donde jugábamos tucumanos, santiagueños, jujeños, todos changos después del norte que la rompíamos ante la mirada de los cazatalentos de los clubes grandes de la A. Nos fue tan bien que a mi hermano lo eligió River y a mí Boca. Nos seleccionaron, pero no pudimos jugar porque no éramos jugadores libres. Mi hermano Carlos mintió que era libre pero lo descubrieron. Y nos volvimos a Tucumán”.
Todavía en Buenos Aires, René Alderete leyó en el diario que su amigo Santillán jugaba en Atlético y vio la puerta para jugar en un grande de Tucumán: “Tucumán Central me quería hacer jugar sin entrenar para afectarme la firma, pero Atlético ya me andaba buscando y me fui. En esa época había acomodo, pero yo me probé y quedé. Empecé como 9 hasta que en el 71 faltaba un wing. El técnico me dice: ‘Alderete, queremos que juegue de 7, ¿se anima?’. Imaginate si no me iba a animar. Jugué como wing, la rompí contra Boca un día que le ganamos 1 a 0, y desde entonces no paré más. Yo era atrevido para jugar. Si perdía la pelota, la perdía; pero si gambeteaba al defensor, no me paraban más. Ahora que hablo con vos, cierro los ojos y recuerdo el ruido de la Laprida como si fuera ayer”.
René Alderete, Reneco, el Melli, iba a brillar un día como nunca. Es ese día que Marzolini y Suñé todavía lo siguen buscando para intentar frenarlo. Es el día que contra Boca, René Alderete la rompió tanto que Osvaldo Cafarelli, el eterno relator de LV12 inmortalizado por el gol de Villa justamente a San Lorenzo, transmitía el partido junto a Luis Rey cuando vio un desborde de René y lo rebautizó con uno de los mejores apodos de la historia del fútbol argentino: “El Hermano de la Electricidad”.
“Vos sabés que cuando yo jugaba, sabía que relataba Cafarelli y que comentaba don Luis Rey. Pero por supuesto que no tenía idea qué decían. Mis amigos del barrio, los changos de Villa Urquiza, grababan la transmisión de LV12 en un cassette y ahí escucharon por primera vez cuando Cafarelli me dijo: ‘Ahí va El Hermano de la Electricidad’. Ahí fue cuando pasó lo que pasó ese día que te contaba al principio: yo había salido de la cancha, había vuelto al barrio, estaba en un cumpleaños o en una comunión, los changos me tocaban y me decían que les daba la corriente. Cuando les pregunté, me dijeron: ‘¿No te enteraste cómo te puso Cafarelli? 'El Hermano de la Electricidad''. Cuando les pregunté a Cafarelli y a Luis Rey por qué, me dijeron que porque mi juego era electrizante: picaba y tenía una potencia única”, le cuenta René a eltucumano este viernes a la noche, a horas del partido de Atlético contra San Lorenzo, el otro club donde jugó el protagonista de esta historia.
“Me costó irme de Atlético. Los hinchas, hasta el día de hoy, me recuerdan por aquellos años gloriosos. Pasa que Atlético no salía campeón hace rato y entre el 72 y el 75 salimos campeones de todo y jugamos el Nacional. Eso al hincha lo conmovió. Aún hoy cuando voy a la cancha, más allá de mis problemas de rodillas y el tobillo, la gente es agradecida. Y los elogios llegaron a oídos de San Lorenzo, donde jugué solo 13 partidos porque me rompí los meniscos. Pese a ese dolor, no me olvido más de lo vivido. Yo soy hincha de Boca, pero haber jugado en San Lorenzo con el Lobo Fischer, en el Viejo Gasómetro de avenida La Plata, en el Wembley de la Argentina, fue enorme. Y haberme encontrado con amigos que había dejado en Boedo cuando me fui a probar con mi hermano, vivir todo eso fue una gran alegría, fue algo hermoso”.
A horas del partido entre San Lorenzo y Atlético (este sábado a las 14.30, en el Bajo), René Alberto Alderete sonríe esta noche mientras posa para la foto que le toma su hijo Federico, una imagen con la camiseta nueva del Decano y la sonrisa de un padre que emociona a su hijas Cecilia y Paola. Junto a su compañera de vida, Virginia Sánchez, René Alberto Alderete es el hombre que sostiene en sus manos dos fotos encuadradas: una con la camiseta del Decano y otra con la del Ciclón. Cuando las mira, repara en un detalle y se despide con un elogio a otro crack: “Claro que haber jugado en Atlético y en San Lorenzo es único. Y que se enfrenten este sábado es especial para mí. Pero ojo: como tucumano, quiero que gane Atlético".
"Es importante el partido de este sábado. Si Atlético gana, se prende en la lucha por el título. Y con el regreso del Pulga, ¿cómo no soñar con pelear el campeonato? ¿Cómo no creer en un futbolista que puede ser titular en cualquier equipo de Primera? Y se los digo con conocimiento: he jugado y he visto a Lito Espeche, al Kila Castro, a Palomba, a Villa, a los jugadores más grandes de la historia de Atlético. Pero no lo dudo: el Pulga es un fuera de serie, un jugador extraordinario, un pensador, de esos jugadores que ya no vienen”, cierra René Alberto Alderete, El Hijo de la Electricidad, el que espera que este sábado frote la lámpara el crack de Simoca. Que brille. Que se ilumine. Como lo hacía él.
Estampa de crack. Foto: Historia del Decano.
Reneco junto a su señora Virginia y a su hijo Federico. En sus manos, una foto con la camiseta de Atlético y otra con la de San Lorenzo: "Gambeta, desborde y centro". Foto: Federico Alderete.
El Hermano de la Electricidad, el primero de la izquierda de la fila de abajo. Foto: Familia Alderete.