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Laboratorios Flores: la receta, el secreto y cómo se cocinó el triunfo de San Martín

ANÁLISIS

Qué pasó antes del partido con los dirigentes, cómo se fue el equipo al vestuario y qué cambió el DT para seguir en el cargo. | Por Alfredo Aráoz

El laboratorio del Traductor, pa.





También queda en Ciudadela, a un par de cuadras de la cancha. Sobre la avenida Colón, lo habitan personas de delantal blanco, cara lavada y una sonrisa amable detrás del barbijo. Quizás lo conociste durante la pandemia cuando te metían un cotonete tamaño baño para decirte, después de unos días, las palabras tan temidas o el alivio más esperado: Reactivo/No reactivo, Reacciona/No Reacciona.

Los laboratorios Flores, como muchas cosas en esta vida, también se mueven en base a resultados, a diagnósticos inobjetables. Y tienen entre sus pacientes a personas que confían de primera mano. Generalmente, no buscan una segunda opinión. Se quedan con el diagnóstico dado y si hay valores preocupantes en los estudios o datos alarmantes que hacen ruido en los análisis, acá también hay dos opciones: o te ponés las pilas o que sea lo que Dios quiera.

En una noche donde el ciclo Flores podría haber quedado a un paso de otra empresa del mismo apellido ubicada en el pasaje Padilla, que los anticuerpos del Traductor hayan funcionado este lunes es motivo suficiente para sacarse por unas horas el miedo a perderlo todo, a quedarse en la calle, a que esa calle sea un cabildo abierto y que la renuncia sea el pedido público sin mucho más por hacer.

Esos anticuerpos los encontró Flores justamente en los que le pusieron el cuerpo a un escenario tan preocupante como tener un familiar enfermo. Son los jugadores los que salieron a responderle con altura a Zafarana ante la prensa, acaso dolidos por las declaraciones del jugador marginado por el DT, pero ya sin más tiempo que perder en boludeces después de la eliminación de Copa Argentina, de la pérdida del primer puesto en la zona del campeonato y de convivir con los hinchas calientes por lo reflejado en la cancha en los últimos tiempos.

Los resultados, como en cualquier ámbito Flores de la vida, mandan. Pero también los gestos. ¿Es importante que Banegas corra a abrazar a Flores después de un gol? Sí. ¿Es importante que Sand le responda a "Zafa" después de decir que a Flores no lo quiere nadie? Sí. Pero más importante es cómo el plantel reaccionó ante el malestar de los hinchas trasladados a toda la dirigencia. ¿Qué hicieron los jugadores antes del partido de esta noche? Como el hambre de gloria de los hinchas no se calma con una victoria, los referentes invitaron el sábado a los dirigentes a una comida para despejar rumores, para renovar el pacto de compromiso y para sellar todo con una promesa: “Vamos a salir de esta situación todos juntos”.

Esa calma que se llevó la dirigencia al café de la sobremesa necesitaba cristalizarse esta noche donde El Traductor también dimensionó que no hay caprichos ni nombres por encima de San Martín. Dejó de lado su sello propio en el fondo, rompió por fin con la línea de 5 y apeló a los experimentados para que den la cara y absorban la presión que la noche demandaba.

Además de la comida con la CD, el triunfo de San Martín se cocinó gracias a que, antes que nada, Sand salvó las papas. ¿Se acuerdan de Purita? Casi rompe el arco de los milagros en la última jugada del primer tiempo y agarrate de las paredes con ese vestuario. Pero por eso Darío es el arquero y por eso es el capitán de San Martín.

El triunfo de San Martín también se cocinó porque Nahuel Banegas es la bandera de este equipo y con un tacazo de billar y algo de carambola volvió a abrir el arco. Flores sabía que contaba con ellos dos. Siempre. Pero no alcanzaba con Sand y Banegas esta noche. Entonces también quemó su propio libreto y mandó a Pablo Hernández para que por fin demuestre que es titular en San Martín y a Gonzalo Rodríguez para que Turbo calme las aguas turbias post-Santa Fe.

Si a ellos se le suma la racha de Klusener que con 40 años parece más picante que Junior Arias, bueno, San Martín empieza a encontrar en los más grandes lo que la experiencia realmente te da: uno por línea con chapa y pinta el candidato de nuevo. Uno por línea con chapa y a un punto de la punta. Uno por línea con chapa y a la cancha de Racing nos vamos. Uno por línea con chapa y mirá si Fedele, Bettini y Cuevas terminan de entender dónde juegan. Uno por línea con chapa y la receta no falla. Uno por línea y que todos los sábados vuelvan los asados al Complejo con los dirigentes y no se olviden de un hincha. Uno por línea con chapa y las jugadas preparadas de laboratorio se materializan.

Después de poner en duda su trabajo, después de que él mismo reconociera la deuda con el hincha, vaya una nueva cuota de confianza al laboratorio de Flores que elaboró en la semana las dos pelotas paradas para que esta noche te vayas al sobre con una sonrisa. No es poco. Después de perder la fe por un par de penales, siempre es bueno volver a brindar por el triunfo. ¿Lunes por la madrugada? Vacíe, buen Ciruja. Después de todo, la salud va y viene.