Copado: Atlético Tucumán bailó al ritmo de Pereyra y sueña en grande
El Deca piso fuerte en La Plata y nos volvimo a ilusionar. El 10 frotó la lámpara y ni la lluvia pudo detenerlo. A ganar en casa para volver a eso que tanto te gusta. A levantar las Copas y seguir brindando, por un 2024 de etiqueta.

Pase filtrado de Pereyra y a celebrar con El Chelo. (Foto: Facebook Atlético Tucumán)
Copado:
- Adjetivo: que tiene Copa.
- Adjetivo: entusiasmado o fascinado.
Atlético Tucumán metió un triunfazo, un Decanazo bajo el temporal en La Plata que le permita soñar con el bronce de las Copas en 2024. El Decano ganó y ganó bien porque pisó fuerte en el barro del Bosque, porque se plantó firme y lo buscó y se repuso del golpe que significó el empate y ahora -el día después, pasado de Copas- mira ahí cerca esa Copa, ese sueño, esa ilusión.
La Dupla Orsi-Gómez volvió a apostar por la línea de 5 para plantarse mano a mano ante el 442 irrenunciable de Madelón, y lo cierto es que -sin brillar- este esquema saca a relucir lo mejor de muchos de sus jugadores, que se sienten más cómodos: Tesuri con toda la banda para él, Ortiz sin las obligaciones de ser lateral-lateral, El Bebe más rodeado, El Chelo con un equipo más vertical son los principales beneficiados del 541 tucumano que no enamora pero garpa y garpa bien.
La lluvia le pone un freno a las swifties en River, pero nada frena el tren de la ilusión del Deca. La noche del viernes se pinta de Celeste y Blanco, lata viene lata va, y El Deca baila al ritmo de Joaquín. El zurdo arrancó por derecha con libertad para ir hacia adentro y desatar el fútbol que le gusta a la gente, a la gente del Deca. El 10 del Gigante del Norte flota en el barro, se agranda en la mala y este equipo juega a otra cosa cuando se enchufa y se junta con el picante Coronel, un fuego arranco desde la izquierda para enganchar para adentro.
Por ahí llegan las primeras insinuaciones del Deca en un duelo áspero, que se rompe cuando Jony Cabral intenta salir por abajo y arriesga un pase filtrado que Tesuri muerde como perro de presa para dejarle la bocha servida al 10 que frota la lámpara, uno, dos, tic; "tomá y hacelo" parece decirle al Chelo y Tamo Chelo porque el 9 la cruza y la pelota besa la red y el artillero tira esa tipo hang loose en el festejo que ya sabés y que te encanta y vos también a veces la tirás cuando moja El Chelo, todo mojado, todo ilusionado, y mirá al cielo y vos también, y se rompe la garganta y vos también.
Minutos después, repitieron la fórmula y casi llega el segundo, como para corroborar una vez más que El Deca tiene que dársela al 10 y el 10 se la tiene que dar al 9 -que lleva la 19 pero qué más da- porque cuando están en sus noches, ninguno te deja a gamba. Y las noches de Pereyra y Estigarribia son tus noches, las noches que te merecés, las noches de Copas que tanto te gustan
Gimnasia empuja desesperado, obligado, apremiado y apurado por la tabla de abajo que le viene encima y te acordás que esa pelea El Deca la dejó atrás hace rato, aunque parecía que todos lo querían ver de rodillas. Nobleza obliga: no brilla, no luce, pero acá está El Deca de La Dupla. Salvado, holgado, con aire, con puntos, soñando con la Copas. Cuando el local apura, aparece Marchiori, la garantía total, el arquero que gana puntos y partidos.
Sin embargo, nada pudo hacer el 1 con la bomba de Abaldo, un misil que besa la red y un puñal a tu ilusión, un baldazo de agua helada como la lluvia que ahora envalentona al Lobo platense. Encima el local ahora ataca y ataca, pero Atlético pisa tierra firme aunque esté pisando barro y comiendo mierda y se levanta. Bravo por el coraje Decano para reponerse del golpe e ir a buscar su primer triunfo de visitante en esta última parada ajena de la Copa de la Liga.
El milagro parecía lejano cuando Ortiz le dio al palo desde el piso y la pelota cruzó la red y cómo no vas a entrar... encima, después le quedó servida al Chelo, que le dio con el alma y le reventó el bocho a uno de ellos que se vistió de héroe parado en la línea. Encima, el VAR y el árbitro revisan la jugada, ven la mano clarita, pero deciden que acá no hay penal para El Deca.
Pero la Fe Decana mueve montañas y sentís que algo va a pasar cuando Pereyra toma carrera y la acaricia de zurda, cerrada, venenosa, buscando algo en el primer palo y encontrando en el segundo: ahí está Nicolás, la joya de la casa, el zurdo que te enamora con su firmeza, fiereza y elegancia también, el 6, tu 6.
Nicolás Romero, el que marca atrás pero ahora también marca en el área contraria, el que la va a buscar y se tira con tu misma Fe Decana, con alma corazón y vida para puntearla de zurda por el fondo, ver como la pelota besa la red y desatar la locura, besar el escudo más hermoso y agradecerle al cielo Celeste y Blanco porque ahora sale el sol hasta en esta noche oscura y pasada por agua. Golazo Decano y a otra cosa. Abrazos para todos, manitos al aire y a brindar.
Con el resultado y el reloj a favor, El Deca pisó más firme todavía en el barro para soportar la arremetida y transitar casi son sobresaltos los minutos finales. La Dupla movió el banco para refrescar las piernas, resistir con aguante, poner algún ladrillo más en la pared y construir el muro de los lamentos platenses y la alegría total a la tucumana. Sin llegadas de peligro ni sustos, el árbitro pitó el final del partido y le dio rienda suelta a la ilusión y la ansiedad.
Tras una noche de Copas, ya es sábado, mirás la tabla y te ves ahí, cerquita. A pasar el fin de semana en paz, en familia, en familia Decana, y esperar. Esperar que jueguen los rivales directos –que ahora son los de allá arriba- y esperar que nos digan cuándo, cuánto falta para volver a casa, al José Fierro, a la esquina de tu vida, para la hora de la verdad, para jugar una final con Huracán -que pelea arriba y abajo- con la ilusión de volver.
Porque cuando El Deca mete y juega y lucha y saca pecho en cualquier cancha... eso te copa. Y ahora El Deca sueña y sueña con volver a las noches de Copas, esas en las que El Pituco de barrio Norte se pone saco y corbata, se viste de etiqueta negra, se lustra los zapatos y se viste de gala porque sabe que toda América lo mira y le gusta, le sienta bien. Queda una parada más en El Monumental, para ganar y cerrar el 2023 bien arriba, finalmente Copado, para que en Navidad brindemos por El Deca Copero, tomemo somo Atlético y llenemos las Copas por n 2024 lleno de Copas. Al gran Pueblo Decano, Salud.