Top

"Uno puede cambiar de Dios, pero no de pasión": Luis, el cura de la misa decana

Pisando el área

Párroco y fanático de Atlético, Luis Zazano defiende la pasión por el fútbol y revela su amor incondicional por Atlético: “La liturgia es como una cancha de fútbol”.





Así en el José Fierro como en el cielo, Luis Zazano es un hombre de devociones inclaudicables: la palabra de Dios y los colores decanos. Entre esos amores, el celestial y el terrenal, el cura predica con pasión de hincha. Por eso, este párroco tucumano hace suyas las palabras de Pablo Sandoval, el personaje que interpreta Guillermo Francella en la película El secreto de sus ojos: “Uno puede cambiar de Dios y de religión, pero no puede cambiar la pasión. Ahí está la clave, cuando uno tiene pasión por algo se la juega de verdad, por la verdad y para la verdad, siempre, por eso, muchas veces el trabajo de un cura es trabajar para que una persona se apasione por Dios y no por una institución”. 

El primer templo al que el Padre Luis asistió con ferviente devoción fue el de 25 de Mayo y Chile. Ahí lo llevaron su papá y un tío desde los cinco años. Después, cuando se hizo más grande, empezó a ir junto a sus amigos Cristian y El Negro. “Pensaba ser médico, casarme y tener familia y después… ¡pum!  cambió la situación de vida”, confesó en el estudio de Pisando el Área cómo fue que decidió convertirse en cura. 

Según su manera de ver el mundo, desde la tierra hasta el cielo, la pasión que un hincha vuelca en ir a la cancha para seguir a su equipo puede considerarse una experiencia profundamente espiritual: “Cuando te encontrás un chico de ocho años ahí colgado para ver el partido de Atlético sin importarle el jugador y cómo va en la tabla, pero que sigue alentado, eso es como decir acá hay una presencia religiosa”. 

Criado en el barrio popular de Villa Luján, a Luis le tocó atravesar los primeros años de su adolescencia en plena crisis económica que derivó en la eclosión social de diciembre de 2001: “Era juntar guita para ir a ver el partido y que podamos acompañar”. En este punto, el cura pasa de la teología a la sociología para referirse a la importancia del fútbol en nuestras vidas: “Te hago un análisis social de esto, en esos momentos en que la sociedad sufre por la situación económica, política, social, como en el caso del 2001, se aferraba a lo pasional como el club o como esto que ha sido el mundial, creo que ha sido un alivio social para nosotros”. 

“El mundial ha sido teológico porque hemos tenido que enfrentar el triunfalismo…Cuántos de nosotros hemos experimentado el miedo después de perder el primer partido”, reflexiona y hace una analogía entre esa misa futbolera que vive en carne propia cada vez que va a la cancha del Deca y la misa en ese otro templo donde ejerce como párroco: “Tenía un profesor que decía que la liturgia es como una cancha de fútbol”.

“Detrás de vestirte como Pato Lucas, detrás de ser un cura, hay un ser humano… Tenés tu historia de vida, un camino y, hay veces, que yo también estoy cansado y, muchas veces, mi descarga es ahí, es ir a la cancha, ser uno más, reencontrarme con mi niñez, reencontrarme con mi historia, hacerle honor a mi viejo, a mi abuelo, que han sido hinchas de Atlético y han apostado por el club. Cuando estoy ahí en la cancha soy Luis”, comenta el cura decano, confeso devoto de San Pusineri.

En la vida y en el fútbol, en el cielo y en la tierra, Luis Zazano elige creer porque maravillosos milagros van a suceder. 

Mirá la entrevista completa: