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Punto y seguimos: los jugadores bancaron a Pusineri en la cancha

ANÁLISIS DECANO

No hubo Resurrección milagrosa, pero Atlético Tucumán mostró una mejor versión, puso huevo y sumó en Victoria ante un rival superior. Marchiori fue la figura. Mateo Coronel no puede salir nunca. Ahora, hay que dar vuelta la página y escribir un Nuevo Testamento de La Pasión Decana según San Lucas.

Retegui no pudo con Marchiori, la gran figura del Deca. (Foto: ESPN)





Tres derrotas consecutivas y una eliminación prematura en Copa Argentina ponen en duda a cualquiera. La Comisión Directiva lo bancó en la semana, pero había un manto de dudas respecto a la continuidad de Lucas Pusineri en 25 de Mayo y Chile. El Decano rescató un valioso punto en Victoria ante Tigre porque los jugadores bancaron en la cancha al entrenador, pusieron lo que había que poner y se cortó la racha. Un punto y seguimos.

Es sábado a la noche y toca alentar al Gigante del Norte a la distancia. Te ponés la Celeste y Blanca, te prendés de la 95.9, prendés la tele y ahí estás, como siempre. Lo único frío acá es ese fernet -ya más puro- que te servís, que no es ni el primero ni el segundo. Hay nervios, hay tensión. En la previa, te enterás que Pusi manda al banco al Bebe Acosta y al Polaco Menéndez y ya no sabés si está bien o está mal, porque últimamente al Deca no le sale nada.

Desde el arranque, Tigre demuestra su mayor jerarquía. Apurás el vaso y vas perdiendo el paso con un despeje fallido de Ortiz a los pocos segundos y la ves negra cuando los ves tocar a Colidio, a Zabala, a esos laterales que pasan como flechas al ataque. Pero en el arco Decano esta noche está Tomás Marchiori, y el 1 se ha convertido en una garantía de confianza. Esta noche fue una muralla y no pudo con él ni siquiera Mateo Retegui, el 9 de la Selección de Italia y gran killer del fútbol argentino.

Lo mejor de Atlético, como siempre surgió de los pies de Joaquín Pereyra y las gambetas de Mateo Coronel. El 10 y el 37. Que no te falten nunca, Decano. Luego de que Retegui reventó el palo, la pelota le quedó al zurdo Pereyra, que le puso tiza al pase filtrado entre líneas que dejó mano a mano a Coronel. El Picante se la quiso picó a Marinelli, y la pelota se fue besando el palo. Era un golazo y hubiera significado un triunfazo.

Más allá de algunos sobresaltos, el tridente Ortiz - Bianchi - Nico Romero aguantó bien a Colidio y Retegui, bien asistidos por un incansable Renzo Tesuri por derecha y Orihuela en la izquierda. El volante derecho dejó la piel, corrió todas y sobre la hora fue reemplazado por Cabral. Otro ladrillo en la pared, un mensaje más que claro desde el banco y al final de la noche un puntito importante para sumar en la tabla y cortar la racha de derrotas en fila.

El Deca mejoró mucho cuando ingresó El Bebe Acosta por Di Franco y se acomodó al lado del correcto Kociubinski, pero había perdido mucho con la salida prematura de Coronel: al 37 no hay que sacarlo nunca, Pusi. El Picante te puede sacar un gol de la galera y convertir este punto valioso en una Resurrección con mayúsculas, que encienda la fiesta en 25 de Mayo y Chile y haga posible el milagro de convertir el agua en vino y vuelva a poner de pie al Gigante del Norte.

Pero no será esta noche. Ruiz Rodríguez corre y corre, pero está errático más allá del gol por Copa Argentina que algo de crédito le otorgaba, nobleza obliga. Braian Guille ratificó que por su zurda pasan cosas interesante -aunque le cuesta el ritmo todavía- y puede ser un socio interesante para Pereyra y Coronel. 

Sobre la hora se animó Atlético con un zurdazo de Guille, una bomba de derecha de Pereyra y un pase filtrado del exOlimpo para El Polaco Menéndez, otro ingresado, pero el ídolo no llegó a controlar cuando quedaba mano a mano sobre la hora y soñaba con vestirse de héroe como tantas veces.

Atlético peleó, metió, luchó y hasta se animó a tratar de ganarlo. Ante el buen juego de Tigre, no es poca cosa. Si alguien tenía alguna duda, los jugadores respaldaron a Pusineri en la cancha, que a fin de cuentas es donde hay que respaldarlo, donde vale.

San Pusineri se queda en 25 de Mayo y Chile y se viene Arsenal de local. Una final. No será como las finales de 2022, esas noches eternas en las que el primer Santo Celeste y Blanco hizo soñar en grande al Pueblo Decano. Pero las finales se ganan, y con la entrega de esta noche y más vigor en ataque, volver a la senda triunfal es posible. 

Ahí estará el Pueblo Decano, que quiere reconciliarse con el técnico, quiere recuperar la Fe, quiere volver a identificarse con este equipo y quiere que El Deca gane, por sobre todas las cosas. Para toda la alegría de la gente, para arrancar de caravana después del partido, para que tomemo somo Atlético, para que todo 25 vuelva a ser un carnaval

El viernes, en el José Fierro, es el momento indicado para dar vuelta la página y empezar a escribir un Nuevo Testamento de La Pasión Decana según San Lucas. Amén.