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"No gritábamos los goles, los aplaudíamos": San Martín, la final con Güemes y el recuerdo de un equipazo

juega el santo

El Santo visita Santiago del Estero donde hace casi 35 años atrás vivía una de las tardes más felices ante el mismo rival de hoy. Un campañón que empezó en la liga, que terminó en Primera, pero que en el medio tuvo una gran alegría: ascender al Nacional B por primera vez. Inolvidable.

Plantel de San Martín antes de la segunda final. De fondo la hinchada del Santo copando Santiago del Estero.





Esta tarde, San Martín se verá las caras con un viejo conocido que trae gratos recuerdos al Pueblo Ciruja, al menos a esos que ya peinan canas y su antigüedad en Ciudadela ronda los 35 años. 

Sucede que en junio del 88, San Martín conseguía algo que se le venían negando desde hacía dos años: ascender al Nacional B. 

El objetivo se había frustrados en dos ocasiones: en el 86 con una derrota inesperada contra en la serie definitiva contra Atlético Concepción, cunado todos lo daban por ascendido tras haber ganado “la final adelantada” en el clásico de semifinales. 

Un año después, dirigido por Petrella, un verdadero equipazo que arrasó en las primeras fases fue eliminado por Arsenal de Grondona en cuartos de final en una serie polémica en cuyo partido de vuelta, el Santo tuvo cinco expulsado, perdiendo el duelo por o completar los siete jugadores mínimos que se requieren para jugar al fútbol. 

Bajo la dirección técnica del Nelson Pedro Chabay, para el 88, luego de ganar la Liga Tucumana 87 de punta a Punta, se conservó la base de los planteles de los años anteriores, reforzándolo con jugadores de jerarquía como Jorge López y el uruguayo Julio Cesar Jiménez. 

La campaña empezó en Aguilares con un empate a dos contra Jorge Newbery, donde un joven Miguel Tigre Amaya marcó los dos tantos de los locales, mientras que Noriega y Galván harían los del Santo. 

En la segunda fecha, ante Social Vespucio llegó la primera de tantas goleadas en Ciudadela (4 a 0): “A ese equipo íbamos a ver por cuanto ganaba, porque el triunfo y la lluvia de goles estaban aseguradas”, recuerda Gerardo. 

La campaña siguió con un San Martín que de visitante alternaba triunfo y empates con excepcionales derrotas, y de local ganaba, gustaba y bailaba a quién se le ponga al frente. 

Siendo puntero en las dos primeras fases, casi sin caídas, el equipo se metió de lleno en los play off donde se cruzarían en cuartos de final con Belgrano de Paraná (dirigido por Leopoldo Jacinto Luque), despachándose con un 6 a 2 en Ciudadela luego de haber empatado en entre Ríos. 

“Esa tarde no fuimos a la cancha, fuimos al teatro”, comenta Pituto Bellomío que tiene a aquel equipo como el mejor que vio jugar en Ciudadela. En el mismo sentido, Gerardo aporta: No gritábamos los goles, los aplaudíamos”. 

Ese 11 que salía casi de memoria tenía el funcionamiento perfecto de una defensa con laterales que atacaba mucho y bien (Pedro Pablo Robles y Dante Unali), combinados con centrales tan firmes como elegantes (Pichón Juárez y Walter Villafañe); un mediocampo que jugaba un fútbol de alto vuelo con Chazarreta, Noriega y Jiménez, alternando bastante seguido Juan Carlos Daza; y tridente ofensivo inolvidable integrado por Jorge López, el Mono Campos y la Rana Troitiño. 

Después de los paranaenses, las semifinales fueron más difíciles de lo esperado y un corto 1 a 0 en Ciudadela obligaba a aguantar el empate en Villa María ante Leones de Córdoba. El 1 a 1 dio el pase a la fina contra un muy buen Güemes de Santiago que venía de eliminar a Nueva chicago y a Sarmiento de Resistencia. 

La Ciudadela repleta fue el escenario del primer duelo disputado el 29 de mayo del 88, donde el Santo se encaminó al ascenso con un insoslayable 5 a 1, luego de haber empezado perdiendo 1 a 0 en el arranque del partido. 

Una semana después, el 5 de junio del 88, en la cancha de Cerntral Córdoba de Santiago invadida por más de 10.000 Cirujas, el Santo confirmó el ascenso a pesar de perder por la mínima ante un equipo santiagueño que dignificó su derrota inapelable en la serie. 

Así, los de Ciudadela se consagraron campeones del Torneo del Interior, ascendiendo al Nacional b por primera vez en su historia. 

Sin embargo, ese campañón no terminaba ahí, porque los de Chabay tenían la oportunidad de jugar el reducido de la B por un lugar en Primera. En el propio vestuario visitante en Santiago, el técnico uruguayo anticipaba lo que estaba por pasar: “San Martín es un equipo al que le sobra calidad para ganarle a todos los del dodecagonal de la B, si piensan que lo vamos a jugar solo para cumplirá, están equivocados”, decía y tenía razón, pero esa es otra historia.  

Final en Santiago del Estero: Arriba: Pedro Pablo Robles, Luis Pocho Moreno, Haymal, Walter Villafañes, Dante Unali, Pichón Juárez, Pato Ibáñez, Roque Martínez y juan Carlos Daza. Abajo: Jorge López, Héctor Chazarreta, Mono Campos, Uruguayo Jiménez, Tuta Torres, Chaqueño Galván y Troitiño. 

Finales. ida en ciudadela, vuelta en Santiago del Estero.