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Los Pecados Capitales del Deca de San Pusineri y los puntos que más duelen

ANÁLISIS DECANO

El Decano salió a atacar a Barracas y ganaba con un golazo de Estigarribia, pero San Pusineri lo quiso cerrar antes y se lo empataron. Coronel sigue intratable y se ganaron los aplausos los pibes Brandán y Maestro Puch. De la Gula a la Avaricia y la Lujuria, en una Noche que pintaba para Fiesta y ahora es pura Ira, nunca Envidia.

Estigarribia mira al cielo y festeja el 1-0 parcial. Un golazo. (Foto: Laura Zamora, Soy Decano)





Es sábado a la noche, Tucumán se pinta de Celeste y Blanco y vos te preparás para una noche de Fiesta en 25 de Mayo y Chile. Bailamos todos al ritmo de la gambeta de Mateo Coronel el primer tiempo, El Deca va al frente como loco, El Chelo Estigarribia hizo un golazo y se siente que el de Maestro Puch está al caer. Pero el equipo de San Pusineri tiene Pecados Capitales que pagó caro cuando quiso cerrar antes el partido, no lo liquidó y Barracas Central se lo empató sobre el final.

Ya ibas por la segunda o tercera lata y una  cuarta ya era de Gula en la previa Inimitable en una noche de gargantas calientes por Barrio Norte cuando te enteraste que Pusineri se la jugaba con los pibes Moisés Brandán e Ignacio Maestro Puch de titulares y con tres delanteros de arranque. La noticia es bien recibida por el Pueblo Decano, que se emociona con los chicos de la casa y el fútbol de ataque que le impone su historia. Humo Celeste y Blanco, banderas en tu corazón, El Decano sale a la cancha y se viene abajo el José Fierro: no será el mejor momento, pero qué grande que es El Deca y su gente. Por eso es El Gigante del Norte, y No es Soberbia, es amor.

La apuesta de San Pusineri paga bien porque El Deca es una tromba los primeros minutos y ataca por arriba y por abajo, somete a Barracas y acaricia el primer gol de la noche con un cabezazo de Orihuela, otro de Estigarribia, tiros del lateral izquierdo y de Mateo Coronel, imparable por todo el frente del ataque. El arquero Desábato es figura y se luce volando ante la volea de Pereyra, de pique al suelo, que pedía a gritos romper el cero. Mucho grito de 'GoooUUUHHHH' los primeros minutos y Dale Dale Deeeeeee la banda está loooocaaaaaa que se viene el primero.

El reloj marca 26' cuando Bruno Bianchi conduce en la salida, levanta la cabeza y encuentra a Mateo Coronel con un preciso pelotazo que en realidad es un pase nivel Premier League; el control del 37 es caviar y le permite eludir a su rival y meterse al área con tiempo y pelota dominada. El Coronel de la alegría Celeste y Blanca amaga una vez, amaga dos veces, no encuentra lugar para el remate y le cede el tiro a Estigarribia: el 19 estaba agazapado en el área, se tiró unos pasitos atrás, arqueó el cuerpo y la puso con clase contra el palo para desatar la locura en 25 de Mayo y Chile. ¡Tamo Chelo! Te abrazás con cualquiera en el festejo porque gana merecidamente El Deca y el José Fierro es una fiesta.

Con la ventaja en el resultado, Atlético intenta controlar el juego que hasta el momento le fue muy favorable. Kociubinski se planta bien de 5 clásico y libera a Guillermo Acosta: cuidado Bebe suelto dice el rival, porque el Gran 8 Decano aparece por todos lados, hace un surco por derecha como en aquellas Noches de Copas y busca conectarse con los movedizos Coronel y Puch, permitiéndole a Pereyra partir desde la izquierda y entrar en contacto con la pelota en la zonas donde más lástima sin la obligación de tirarse atrás a construir. El 10 se anima de tiro libre buscando emular el golazo con el que se anotó en aquella Noche de Golazos que no se olvida y quiere volver a ser.

El Deca domina al Guapo y bajo las estrellas del cielo tucumano hay Fiesta Celeste y Blanca en 25 de Mayo y Chile. Mateo Coronel, el mejor de Atlético, se manda un jugadón en la primera del segundo tiempo, Kociubinski se anima al tiro libre y sigue volando de palo a palo Desábato. De Barracas, casi nada: Orihuela y Brandán tienen controlados a los peligrosos Centurión y Colitto, y Bianchi como El Cata Nico Romero no pasan sobresaltos ante un 9 bravo y mañero como Sepúlveda. Encima, cuando asoma el visitante, El Bebe Acosta mete una barrida espectacular para extirparle de atrás la pelota a un atacante de la visita y se viene abajo El Monumental para ovacionar al Gran Capitán.

Se ponen nuevamente rojas las palmas del Pueblo Decano para aplaudir a Maestro Puch cuando Pusineri manda a la cancha a Renzo Tesuri: el técnico rearma el 4-4-2 y Atlético poco a poco pierde el control del partido, resigna metros y posesión y espera agazapado una contra fulminante. Casi la encuentra cuando Pereyra le metió un preciso pelotazo a Coronel y el 37 se la quiso cucharear al arquero, pero no pudo anotarse con otro golazo de antología para ponerle el broche a otra noche inolvidable, Inimitable. Fue la Lujuria Celeste y Blanca, el deseo excesivo del placer del golazo histórico.

Pero Atlético se cuidó de más, a la vez que se quiso comer el postre antes que la cena. Cuando todos soñaban con otro 4-0 a puro baile, lo que cayó fue un baldazo de agua helada en el empate. Centro de Centurión y cabezazo de Mater, que apareció en el área cuando nadie lo tenía en el catálogo para ganarle de cabeza a los centrales y dejar sin chances a Marchiori: la pelota picó adentro, todos se quedaron parados y vos miraste al cielo para putear por el triunfo que se escapa de las manos.

Lo que era una Noche de Fiesta en 25 de Mayo y Chile termina siendo otro empate con gusto a poco. Ante Instituto, Atlético corrió de atrás y cuando encontró el empate que tanto buscó se conformó con eso, en lugar de ir por más; ante Barracas, pensó en hacer el tercero antes que el segundo y después dejó de atacar con voracidad, buscando planchar el partido con más de 20' por delante. Y lo pagó caro. La avaricia es el amor excesivo por la riqueza, y Atlético tiende a cuidar de más algunos resultados. Dos empates en los que El Pueblo Decano quería más y merecía más, y que duelen por esa sensación de merecer más de lo que se tiene y ver que por esos puntos hoy la chance de pelear arriba se hace más lejana.

A no claudicar, Decanos. Ésta es la receta de San Pusineri, el artífice de la Revolución 2022 que enfrenta el desafío de la Reconstrucción 2023 y va probando trucos nuevos que ojalá hayan llegado para quedarse. Pereza seguro que no hay, el técnico labura y sigue probando, buscando su mejor versión. Brandán y Romero en el fondo, El Bebe suelto, Pereyra liberado y tres delanteros constituyen una propuesta atractiva que esperemos se sostenga en el tiempo.

A bancar a pesar de toda esa Ira y esperar que El Deca salga a jugar todos los partidos como en éste primer tiempo que atacó por todos lados y desbordó de ambición. Te lo pide toda la gente, San Pusineri. Miremos el vaso medio lleno, nos aferremos a que ya son tres partidos sin derrotas y esto es largo, y a disfrutar que siempre que juega El Deca 25 es una Fiesta, 25 es Carnaval. Envidia a nadie, jamás. Tomemo Somo Atlético y que venga lo mejor, Decanos. Salud.