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La noche que Polonia conoció la Ciudadela y no pudo con San Martín

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En la previa del partido de la Selección, recordamos un duelo inverosímil que la mejor generación de futbolistas polacos protagonizó contra el Santo.





Este miércoles, argentinos y polacos se enfrentan por la tercera fecha del Mundial de Qatar y en eltucumano.com recordamos esta historia de un partido atípico, raro, inverosímil, del que ya pasaron más de 45 años. Se jugó la noche del 7 de junio del 1977 en el estadio de La Ciudadela y sus protagonistas fueron San Martín y la Selección de Polonia que por entonces era una verdadera potencia mundial.

Y no exageramos ni un poquito cuando decimos que Polonia era una Selección de primer nivel y solo basta repasar sus campañas internacionales de aquellos años para comprobarlo: Oro Olímpico en Munich 1972, medalla de Plata en Montreal 1976, tercer puesto en el Mundial de Alemania de 1974, quinto puesto en Argentina 1978 y otro tercer puesto en España 1982.

Para los argentinos la primera noticia sobre esa generación dorada de futbolistas polacos llegó en el Mundial 74, cuando en el debut nos vencieron 3 a 2 sin atenuantes.

De ese torneo todos recuerdan a la famosa Naranja Mecánica de Cruyff que perdió la final ante la Alemania de Beckenbauer. Sin embargo, Polonia se subió a ese mismo podio obteniendo 6 triunfos y una sola derrota justamente ante el local y campeón en semifinales. Además, fue el equipo que más goleador y tuvo a los dos máximos artilleros (Grzegorz Lato y Andrzej Szarmach).

Tres años más tarde, Polonia realizó una gira por Sudamérica buscando rodaje para el Mundial 78. En nuestro país enfrentó al Seleccionado Nacional en la Bombonera, a Newell’s, a Talleres y al Santo.

En la Ciudadela jugaron todas las figuras, incluido el talentoso volante Kazimierz Deyna, a quién un año más tarde el Pato Fillol le atajaría una penal clave en un durísimo partido por la segunda fase del Mundial en cancha de Rosario Central. Años después, en el 89 falleció en un accidente de tránsito que conmovió a toda Polonia.

También estuvo un muy joven Zbigniew Boniek, que Argentina 78 tendría una buena actuación, aunque explotó en España 82 cuando fue la gran figura de su equipo que también fue tercero. De hecho, tras ese mundial fue comprado por la Juventus e integró ese equipazo que junto a Platiní y Laudrup se consagró campeón de Europa y después Intercontinental. Su carrera terminó en la Roma donde fue toda una estrella a tal punto que la FIFA lo incluyó en la lista de los 100 mejores jugadores del siglo XX.

Por supuesto que en Tucumán también estuvo la dupla goleadora y temible del 74. Lato, a pesar de que su pinta de oficinista cuarentón, era un verdadero crack, infalible frente al arco y con una velocidad pocas veces vistas.

Szarmach,  menos recordado que los otros era un delantero de área, con todos los recursos para definir: de derecha, de zurda o con la cabeza, este polaco te la mandaba a guardar como sea, y fue él quien venció a Maguna en Ciudadela.


El partido se jugó en medio de la competencia del primer anual organizado por la Liga Tucumana de Fútbol que se había fundado meses antes por un decreto del Gobierno Militar que unificaba todas las entidades que regían el fútbol de nuestro provincia.

San Martín se prepara también para el Nacional que arrancaría en noviembre de ese año y al que había clasificado gracias a haberse consagrado campeón de la última edición del certamen organizado por Federación antes de la unificación.

Las crónicas de la época hablan de que hubo unas 12 mil personas en la Ciudadela para ver Al Santo medirse de “igual a igual contra una de las mejores selecciones del mundo”.

Los polacos arrancaron mejor: a pura velocidad y precisión dominaron a los tucumanos en el primer tiempo, aunque se encontraron con un Maguna infranqueable y una defensa aguerrida que luchó como león herido.

“En el primer tiempo ellos fueron mejores, tenía otra velocidad y a los nuestro les costaba seguirle el ritmo”, recuerda Gerardo que por entonces era un adolescente que desde la Pellegrini fue a alentar al Santo. 

“Me acuerdo que nos sorprendía que el arquero, Tomaszewsky, hacía llegar la pelota a mitad de cancha de un puñetazo”, agrega.

En el segundo tiempo, la cosa cambió y de Pilla Pollo Marchese empezó a recuperar en el medio para dársela a los talentosos  Lito Espeche y a Jacinto Eusebio Roldán que se juntaban para esconderles la pelota a los europeos. 

Así el Santo fue pisando el área cada vez más seguido, hasta que en una Pacheco fue derribado por Ianas y el árbitro cobró penal. Lito Espeche se encargó de cambiarlo por gol a los 15 del complemento.

Lito Espeche es uno de los mejores jugadores que ha tenido el fútbol tucumano, ídolo absoluto de Atlético, terminó su carrera en San Martín justo ese año en el que le marcó a Polonia, en tiempo donde cambiar de camisetas no era un pecado mortal.

Después del 1 a 0, el Santo pudo aumentar, pero falló y cuando quedaban 10 para el final Szarmach sacó sus credenciales de goleador y empató el partido: “No lo podíamos creer que casi les ganamos”.

“Un partido así, hoy no se podría jugar y la diferencia sería abismal. Es como si trajeras a la Selección de Bélgica, por nombrar alguna de primer nivel con una gran generación, que no sea de las potencias históricas”.

El 1 a 1 histórico se festejó en Ciudadela y terminó siendo un premio merecido por la entrega de San Martín que supo pararse de frente a potencia mundial y jugarle de igual a igual en un partido tan histórico como irrepetible. 

Formación de San Martín 

Maguna; Salinas, Laguna, Kolhi (Díaz) y Moreno; Espeche, Marchesse y Roldán; Ignacio (Martínez y luego Sánchez), Rivadeneira (Pereyra) y Pacheco.

Formación de Polonia

Tomaszewsky; Dziuba, Zmuda, Maculewicz e Ianas; Boniek, Lato, Masztaler, Deyna; Szarmach y Nawalka