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"He pensado en mi viejo": así se siente gritar un gol con tonada tucumana en Qatar 2022

TUCUMUNDIAL

Emanuel llegó con sus valijas al estadio y se retiró lleno de ilusión.





Partido cerrado. Un primer tiempo que hacía suponer lo peor. Al descanso sin goles, sin ideas, con la esperanza pendiendo de un hilo. Los jugadores del seleccionado argentino se retiran con la cabeza gacha, todavía golpeados por la derrota ante Arabia Saudita en el debut. La tensión en el estadio inunda el aire, que se puede cortar con un cuchillo. Allí, en la parte alta del estadio se encuentra Emanuel Armengol y su amigo Joaquín Araujo. Ambos tucumanos, horas antes habían sido captados por cámaras de TyC Sports por dirigirse al estadio con todo su equipaje a cuestas. Ahora su preocupación es otra: ¿podrá la Selección Argentina cambiar el destino del partido?

De vuelta al campo, los dirigidos por Lionel Scaloni parecen experimentar un cambio de actitud. Llega el minuto 18 del segundo tiempo. Lionel Messi pide la pelota, la pasa, vuelve a posicionarse hacia el centro. Camina para generarse su propio espacio y cuando percibe el momento indicado vuelve a pedir el balón. Lo acomoda bajo su suela, levante la cabeza por un segundo y suelta un zurdazo rasante. ¡Gol! Emoción absoluta. El estadio y sus casi 90 mil almas parecen venirse abajo. También los tucumanos Emanuel y Joaquín.


“Una locura absoluta, una felicidad increíble”, describe Emanuel el momento del gol del mejor del mundo. “Si hay alguien que nos tenía que abrir el partido, ese era Messi”, agrega.

Cuatro minutos antes de cumplir el tiempo reglamentario, vendría el segundo gol de Argentina, el que sellaría la victoria ante el Tri. El gol de la tranquilidad definitiva y la conquista que ayudaría a millones de argentino a recobrar su fe en la albiceleste. ¿El responsable? Enzo Fernández y una verdadera joyita, un golazo más bien.


¿Qué se siente gritar un gol de mundial? ¿En qué se piensa cuando pasa? Es lo que preguntamos al tucumano más famoso de Qatar, quien acudió al estadio con su equipaje a cuestas y se retiró de allí cargado de ilusión. “He pensado en todo lo que hemos hecho para estar ahí, el esfuerzo económico y extrañando porque estamos solos y muy lejos”, revela. Pero también ha recordado a una persona muy especial para él, aquel que lo llevó a su primer Mundial y a quien todavía agradece por esta nueva Copa del Mundo que puede disfrutar. “He pensado en mi viejo, he ido al último mundial con él; falleció en 2020 y gracias a él estoy acá”, lo recuerda y se le quiebra la voz.

Emanuel y Joaquín tienen pensado quedarse hasta donde llegue la selección. Tienen pasajes hasta después de la final. Van paso a paso, no se animan a vaticinar nada. Su objetivo ahora es disfrutar todo lo que puedan, guardar en la memoria todos esos momentos épicos que solo un Mundial es capaz de generar.

“Es algo único, viví mi primer mundial en 2018 y sabía que iba a volver el que viene porque es una experiencia hermosa”, señala Emanuel.

Desde el borde de cancha

Otra tucumana, la fotógrafa Florencia Tan Jun, vivió el partido desde un asiento privilegiado: el verde césped del Estadio Luisail. Un lugar que requiere de templanza y mucha disciplina, ya que se debe estar siempre atento al mínimo detalle del partido para obtener el mejor plano de los protagonistas.

Florencia confiesa que, por su trabajo, le es difícil dejarse envolver por las emociones circulantes. Como reveló en una nota anterior a este diario, es la previa lo que más le cuesta, ya que no puede dormir de la emoción y la espera se vuelve eterna.

Amable como desde la primera vez que pudimos contactarla, Flor nos cuenta cómo se sintió el encuentro desde la cancha misma. “Mucha tensión, el primer tiempo sobre todo”, describe. “Pero el primer gol fue un alivio total”, añade.