"Hoy es el día": el tucumano que se tatuó a Messi en el peor momento

Matías se levantó a las seis de la mañana y salió de su casa en Villa Alem para ir a lo de su viejo a ver Argentina - Arabia Saudita, como hacen cada vez que juega Lionel Messi. Desde hace tiempo quería plasmar su admiración por el 10 en su piel, pero la derrota de La Scaloneta y las cosas que leyó y escuchó contra el astro rosarino lo llevaron a pedir turno y tatuarse casi de inmediato: "Hoy es el día", se dijo. Y cumplió.

"Después del partido ya estaba escuchando cosas contra Messi y dije 'esto es no es así'. Esa ingratitud no la comparto. Ahí me dije: 'voy a plasmar lo que Messi significa para mí'. Perdimos después de 36 partidos, después de la Copa América y La Finalissima. Yo eso no lo comparto y dije 'hoy es el día'", le explica a eltucumano, ya con Messi marcado a fuego en su pantorrilla derecha.

"Iba a esperar que termine el Mundial para tatuarme a Messi, pero lo de ayer fue el motor para concretar lo que quería hacer hace tiempo. Fue el impulso, fue la excusa", admite. Tras el 2-1 en contra, comenzó a buscar un turno urgente con varios tatuadores, lo que sabía que no era una tarea fácil, ya que algunos de ellos tienen turnos asignados hasta para dentro de varios meses.

Un par de horas después del debut con derrota en Qatar, Matías ya se acomodaba en la camilla del tatuador que por esas cosas de la vida tenía un turno disponible: "Hoy es el día, hoy reivindico mis sentimientos, todo lo que significa para mí Messi", se dijo. Y cumplió. Sobre el tatuaje en sí, confiesa: "Quería que tenga formato como de figurita de álbum. Quería tenerlo en la piel".

En 2012, este tucumano de 32 años viajó a ver Cataluña a visitar a su padrino, quien le transmitió desde chico la pasión por el Barca. "Estaba loco con Figo", afirma al recordar al portugués que pasó de Barcelona a Real Madrid cuya "traición" volvió al eje del debate con el documental El Caso Figo. Conoció el Camp Nou, disfrutó de un 3-0 y función estelar del rosarino y se deleitó con los catalanes que celebraban "otro día más en el patio de casa" con la goleada y toda la magia del 10. "Pude ver lo que era el Barca, pude ver lo que era Messi".

Ahí todo cambió: "Me enamoró el juego del Barca, el juego de Messi. Empecé a ver todos los partidos con mi viejo, como una misa, él jamás veía fútbol. Hasta faltó alguna vez al laburo para ver los partidos. Empezamos a ver y disfrutar los partidos juntos".

¿Qué es lo que más admira de Messi? Lo tiene muy claro: "Messi intenta, intenta y sigue. La resiliencia es un valor que tomo de él para la vida. El partido fue la excusa para plasmar la admiración lo que siento por él. Es mi reconocimiento a esa grandeza".

Con esa determinación sabe que el 10 encarará el partido contra México, donde Argentina se jugará sus chances mundialistas. “Yo a Messi no le exijo nada”, aclara, pero con la confianza firme de que el 10 le permitirá a La Scaloneta volver a la senda triunfalista.